Mil años del Reino de Sevilla: de la dinastía Abadí a los Borbones

En los ámbitos universitarios y académicos ya se empieza a dar forma a una efemérides que se cumplirá en 2023

Los turistas hacen cola para entrar en el Real Alcázar, el palacio en uso más antiguo de Europa. / D. S.

De Abú Al-Cásim a Felipe VI. De la dinastía Abadí a los Borbones. De la Taifa de Sevilla, a la monarquía parlamentaria. Del año 1023 a 2023. El Reino de Sevilla cumple mil años y un destacado grupo de historiadores y profesores universitarios está preparando ya este singular cumpleaños. Todavía quedan dos años para el aniversario, pero no quieren que caiga en saco roto, como sucede en esta ciudad con la mayoría de las acontecimiento relevantes, y que se limite al desarrollo de puros actos académicos, con toda la importancia que ello también tiene, pero que reduce su trascendencia. El milenario Reino de Sevilla requiere de la implicación de las autoridades y de la ciudadanía a la que quieren hacer partícipe de todos los hitos y el importantísimo legado que se ha ido conformando en todo este tiempo.

“El Reino de Sevilla nace en octubre de 1023 y dura con ese título hasta la Ley de Provincias que se promulga en 1833. Pero el Reino de Sevilla sigue vigente hoy en día. Felipe VI tiene entre sus títulos el de Rey de Sevilla. La Casa Real lo ha conservado a lo largo de la historia por su importancia. Que cumpla un milenio es algo que no se puede dejar pasar. Es muy importante”, subraya Manuel García Fernández, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Sevilla. Este profesor es junto al arabista Emilio González Ferrín, también profesor de la Hispalense, el gran impulsor de una celebración en la que también están implicados personalidades tan importantes como Alfonso Jiménez, Antonio Almagro o José Peral.

La etapa islámica

Dinares acuñados durante el reinado de Al Mutadid. / M. G.

La conmemoración busca analizar y resaltar las distintas edades de Sevilla como ciudad y del reino que encabezaba a lo largo del último milenio. La primera etapa es la islámica. Va desde el año 1023, cuando Abú Al-Cásim rompe la dependencia de Córdoba, al 1091, cuando los almorávides se hacen con el poder. Se trata del periodo en el que la dinastía Abadí gobierna la ciudad, primero con Al Mutadid y luego con Al Mutamid, último rey que sufre el cruel destierro que dejó inmortalizado en sus poemas. “Es una edad de oro. Sevilla se convirtió un crisol de culturas. El reino abarca desde Murcia a Silves, en el Algarve. En el año 1070 se llega a incorporar Córdoba. La extensión por el norte llega a Sierra Morena y por el sur a las costas de Málaga, donde se enfrenta al rey de Granada”, subraya García Fernández.

Felipe VI sigue ostentando entre sus títulos el de Rey de Sevilla

Bajo el reinado de Al Mutamid, el Reino de Sevilla era vasallo de Castilla, con monarcas como Fernando I o Alfonso VI, al que se le pagaban unas parias y que en varias ocasiones vino en defensa del rey poeta con su ejército, en el que se militaba el Cid Campeador.

La columna de Al Mutamid en los jardines del Alcázar. / D. S.

A finales del siglo XI los almorávides terminarán por conquistar los reinos taifas, anexionando el sevillano en 1091. Durante el gobierno de los almorávides y, posteriormente de los almohades, se unifican los distintos territorios. Se llega así la segunda gran edad del Reino de Sevilla: la cristiano-castellana.

La reconquista cristiano-castellana

Abarca desde la reconquista de la ciudad por Fernando III de Castilla hasta el gobierno de los Reyes Católicos. “En este tiempo se alcanza su verdadera extensión territorial que llega hasta 1833. Grandes ciudades como Cádiz, Jerez, Antequera, Carmona, Écija, Huelva... forman parta del Reino de Sevilla”, recalca el catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Sevilla.

En esta época nace la gran vocación atlántica del reino, cuya corte se instala en la ciudad bajo los reinados de Alfonso X y Pedro I, convirtiéndose en un gran centro cultural. Nace el estilo mudéjar y se crean edificios de suma importancia que han llegado al día de hoy, como los palacios mudéjar y gótico del Alcázar, que es el palacio real en uso más antiguo de Europa; las Reales Atarazanas, o un buen ramillete de iglesias. Son varios los castillos y fortalezas de este periodo que todavía siguen perteneciendo al Ayuntamiento de Sevilla como heredero del reino, aunque desde hace años se está despojando de ellas. Bajo el reinado de Alfonso X, de cuyo nacimiento se cumplen 800 años, se articula el reino jurídica y administrativamente.

Fernando III recibiendo las llaves de Sevilla. / M. G.

De los austrias a la creación de las provincias

La tercera gran edad del Reino de Sevilla comprende desde el gobierno de los Austrias al año 1833, cuando se hace la división territorial de España. En ese momento, el Reino de Sevilla incluía las provincias de Sevilla, Huelva, Cádiz, el norte de Málaga y el sur de Badajoz. Por ejemplo, Gibraltar perteneció a Sevilla hasta la firma del tratado de Utrech de 1714. “En esta etapa se configura definitivamente el territorio. La ciudad vive grandes momentos de esplendor, como convertirse en puerto y puerta de América, la boda del emperador Carlos en 1526 o el llamado Lustro Real (1729-1733) cuando Felipe V traslada la corta a Sevilla”, explica García Fernández.

Hasta 1833 el reino se extendía por Cádiz, Huelva y parte de Málaga y Badajoz

Durante este tiempo de esplendor y de resurgir del reino se vive la explosión del barroco sevillano, con una importante pléyade de artistas y obras en todas las disciplinas. Se produce el movimiento inmaculista y la eclosión de las cofradías y su simpar Semana Santa. “No hay parangón. Todo eso tiene que resaltarse. Los sevillanos tienen que conocer cómo ha sido la historia de su milenario reino que aún perdura en la figura de Felipe VI. No todos los territorios pueden presumir de tener un reino milenario”, incide el profesor.

Mapa del año 1748 en el que se refleja la extensión del Reino de Sevilla. / M. G.

Las personas que están dando forma a la celebración ya se han puesto en contacto con el Ayuntamiento para su necesaria implicación. También lo harán con las academias, universidades o la Casa Real. “Sevilla hasta el siglo XVIII era la ciudad más importante de Castilla. Aún siendo parte de su corona tenía sus peculiaridades y características que se exportaron a otros territorios. Como nuestro arte y arquitectura, que se llevaron a América. Queremos que todo esto se conozca y se vea en la calle, que los sevillanos se sientan orgullosos”, sentencia el Manuel García Fernández, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Sevilla.

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