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Mermelada de naranjas del Real Alcázar de Sevilla para la reina de Inglaterra

Se ha retomado la costumbre de enviar algunos kilos a la Casa Real Británica para la elaboración de confituras

El monumento cuenta con más de mil naranjos, muchos centenarios

Uno de los jardineros del Real Alcázar durante la recolección de las naranjas. / Antonio Pizarro

Un exquisito manjar. El Real Alcázar de Sevilla ha recuperado la bonita tradición de enviar un lote de naranjas amargas recogidas en sus jardines a la Casa Real británica para la elaboración de mermeladas. Fue el año pasado cuando se retomó una costumbre de la que han sido parte importante el cónsul en Sevilla, Joe Cooper; y el embajador en España, Hugh Elliott. En los jardines Alcázar existen 1.053 naranjos y 39 limoneros, cuya recolección es contratada anualmente a una empresa especializada. Algunos de estos ejemplares tienen siglos de antigüedad, siendo sus frutos muy apreciados para la elaboración de ricas confituras, como sin duda podrá comprobar la Reina Isabel II.

El envío de naranjas amargas a la reina de Inglaterra para la fabricación de mermelada era una costumbre que se había perdido. Se recuperó el año pasado por iniciativa de quien era alcaide del monumento, Manuel del Valle, fallecido el pasado 27 de marzo. Así lo relata la directora, Isabel Rodríguez: “Él nos contó que antiguamente existía la tradición de mandarles naranjas amargas para que hicieran mermeladas. Nos pusimos en contacto con el cónsul en Sevilla y se mostró encantado. Preparamos unas cajas muy bonitas y las recogió. Se las mandó al embajador y de ahí a la Casa Real. Nos dijeron que estaban encantados con retomarlo”.

Este año se ha vuelto a hacer pero de manera diferente. Han sido los propios ingleses los que estuvieron en el Alcázar recogiendo las naranjas. La idea era elaborar aquí la mermelada antes de mandársela a la reina. “Antes de la gran recogida vinieron, Seleccionamos las mejores naranjas y se mandaron a la embajada. El embajador iba a elaborar él mismo la mermelada antes de mandarla”, comenta la directora. Elliott ha prometido enviar algún frasco con el manjar para que comprueben el resultado.

Las naranas tras ser retiradas se depositan en unas espuertas. / Antonio Pizarro

El naranjo de Carlos V e Isabel de Portugal

De los 2.174 árboles del Real Alcázar, 1.053 naranjos y 39 limoneros. Algunos de los naranjos son muy antiguos. Cuenta la leyenda que fueron Carlos V e Isabel de Portugal quienes plantaron un naranjo en los jardines con motivo de su enlace matrimonial, celebrado el 11 de marzo de 1526. Esta historia no se ha podido verificar, pero sí se ha comprobado científicamente que un naranjo ubicado junto al Cenador de la Alcoba data de principios del XVI. Cinco siglos para un árbol que aún sigue vivo y dando naranjas amargas, del que se han extraído numerosos esquejes para ser plantados en otros lugares y que es patrimonio del buen hacer de los jardineros del monumento.

Los jardines del Real Alcázar de Sevilla. / José Ángel García

Otra particularidad de los naranjos del Alcázar son los ejemplares “en espaldera”. Se trata de una tradición oriental por la que los árboles sirven de recubrimiento vegetal para las paredes. Las ramas se van guiando hasta que cumplen esta función. “Es algo propio de los jardines hispano-musulmanes, aunque por este tratamiento dan muy pocas naranjas”, agrega la directora del monumento.

Sevilla, la ciudad de los 50.000 naranjos

Sevilla es una ciudad conocida por los naranjos que lucen en sus calles y por el olor a azahar que desprenden en primavera. Para que estos sea así y salgan las flores es necesario retirar previamente los frutos. El número de naranjos en el viario público y en los parques y jardines de Sevilla ronda los 50.000. La recogida de algo más de 47.700 compete al Servicio Municipal de Parques y Jardines.

La campaña de recogida de la naranja amarga 2020-2021 se inició el 16 de diciembre, antes que en cualquier otro año. El motivo de este adelanto fue el incremento esperado en la producción: 5,7 millones de kilos, tras un aumento del rendimiento del 37,5% con respecto a la campaña pasada (2019-2020).

Naranjas en el suelo del Alcázar. / Antonio Pizarro

Por contra de lo que piensan muchos ciudadanos, la utilización de la naranja amarga de Sevilla para la alimentación humana es muy reducida debido a los controles de calidad en la industria agroalimentaria. Los frutos que recogen se envían a vertederos autorizados y de gestión controlada para destinarlos a la fabricación de compost y cosméticos, a explotaciones ganaderas para la alimentación de ganado caprino, o a la planta del Copero de la empresa metropolitana de aguas, Emasesa, para la elaboración de compost o a la generación de electricidad a partir del gas generado.

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