La Iglesia de Sevilla deja de ingresar casi 13 millones en el año de la pandemia por el cierre de la Catedral
Suben de manera importante las donaciones y legados, siendo las aportaciones voluntarias de los fieles la principal fuente de ingresos.
La Iglesia de Sevilla dejó de ingresa 12,8 millones en el ejercicio de 2020, marcado por la grave de crisis del Covid. A pesar de ello, la Archidiócesis ha conseguido mantener y desarrollar su gran labor asistencial y pastoral, en buena medida gracias a las aportaciones voluntarias de los fieles, que es la principal fuente de ingresos. Esta pérdida de recursos se explica por el desplome de los ingresos de la Catedral, cerrada durante buena parte del año a la visita cultural. El Cabildo ha pasado de ingresar 17,7 millones en 2019 a 5,9 en 2020.
El arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses; y el ecónomo diocesano, Alberto Benito, han presentado este viernes las cuentas correspondientes al ejercicio 2020. En el consolidado, que incluye los número de la Archidiócesis, la Catedral, Cáritas, la Casa Sacerdotal, Manos Unidas, las fundaciones y patronatos, las misiones, las parroquias y los seminarios, se obtuvieron unos ingresos de 36.535.684 euros, un 26% menos que en el año 2019. Por contra, los gastos ascendieron a 37.332.715. Por tanto, el déficit fue de 797.031. euros.
Como es habitual, las aportaciones voluntarias de los fieles, con el 37,83%, fueron la principal fuente de ingresos. Le siguieron la asignación tributaria (20,59%), los ingresos de patrimonio y otras actividades (6%), otros ingresos corrientes (25,29%) y los ingresos extraordinarios (10,27%).
En cuanto a los gastos, como también suele ocurrir la mayor parte fue para la conservación de edificios y gastos de mantenimiento (29,61%), seguido de la retribución del clero (20,35%), la retribución del personal seglar (19,90%), las acciones pastorales y asistenciales (15,21%) y los gastos extraordinarios (14,68%).
El desplome de los ingresos en la Catedral
Las cuentas presentadas por el Arzobispado están lastradas por la enorme pérdida de ingresos provocada por el cese de la actividad turística en la Catedral, que todavía se encuentra a medio gas y que estuvo inactiva durante buena parte de 2020. Los ingresos se situaron en 3.401.342 euros frente a los 5.891.869 euros de gastos, un déficit del 42%.
En el ejercicio 2019, las cuentas de explotación del Cabildo Catedral arrojaron unos ingresos de 17.761.441 euros. De esta cantidad, 17,4 millones fueron por ingresos corrientes de la visita cultural. Esta cifra se ha visto rebajada este año a 3,2 millones de euros.
La principal consecuencia de la merma de ingresos en la Catedral ha sido la paralización de prácticamente todas las obras de restauración, tanto del Templo Metropolitano como de otras iglesias de la Archidiócesis, así como la construcción de nuevos templos.
El ecónomo diocesano, Alberto Benito, pese a presentar estos números negativos, ha asegurado que la Archidiócesis de Sevilla ha sabido encajar el golpe mejor de lo esperado: "Ha sido un año difícil y complicado. Un ejercicio que será histórico, pero seguimos andando y con esperanza. Los planes de contingencia han funcionado bien. Hemos tenido que paralizar las obras, por ejemplo, pero la actividad pastoral ha seguido con la misma fuerza y energía".
Benito ha insistido en que, para minimizar el impacto de la pandemia, se han tenido que apretar el cinturón, como cualquier familia: "El déficit es significativo, pero tampoco es preocupante. Hemos dejado de hacer algunas inversiones previstas. Pero al mismo tiempo hay que decir que ha habido un aumento de las donaciones en el peor momento de la crisis. Se ha visto en el balance de Cáritas, por ejemplo".
Por su parte, monseñor Saiz ha resaltado el importante papel que tienen los fieles en la financiación de la Iglesia sevillana, destacando además de las aportaciones voluntarias, los ingresos procedentes del IRPF, donde Sevilla se volvió a situar diez puntos por encima de la media española, con un 42% de declaraciones a favor de la Iglesia: "Hay que agradecérselo a todas las personas que macan la X en la Renta. Y las que suscriben una cuota a favor de la parroquia o la diócesis. Muchas parroquias ha podido subsistir gracias a ello".
También ha incidido monseñor Saiz en el incremento de los legados y donaciones y ha hecho un llamamiento a no caer en la autocomplacencia: "Es necesaria la participación de toda la comunidad eclesial en el mantenimiento de la Iglesia. En el peor momento de la crisis, muchas parroquias y Cáritas han sido el último apoyo para muchas familias. La Iglesia está siempre con los débiles y los necesitados".
El ecónomo, por último, expuso que el nivel de los ingresos ha retrocedido hasta los del año 2015, tras máximos en 2018.
Los ingresos de Cáritas aumentan
El informe económico presentado por el Arzobispado muestra un importante incremento en las aportaciones de los fieles a Cáritas. Si en el año 2019 ésta se elevaba a 2.666.711 euros, en 2020 fue de 3.983.782. En cómputos totales, esta ONG de la Iglesia ingresó durante el pasado ejercicio 6.157.693 euros, algo más de un millón que en 2019.
En el caso de las parroquias, el balance global de 2019 se situó en 12.129.899 euros, una cifra superior en medio millón de euros a la registrada en el año marcado por la pandemia. En el ámbito parroquial, en cambio, llama la atención el ligero aumento de las suscripciones periódicas de los fieles (algo más de cien mil euros). En el caso de Manos Unidas, de los 1.260.798 euros registrados en 2019 se ha pasado a 1.162.724 en 2020.
Como cada año, el arzobispo hizo hincapié en la necesidad de aportar al llamado Fondo Común Diocesano, del que se nutren las instituciones con menos recursos. En el caso de las hermandades y cofradías se ha producido una disminución en estas entregas: de los 135.017 euros asignados en 2019 se ha pasado a 107.407 euros en el ejercicio pasado. Esta bajada de los ingresos se produce por segundo año consecutivo. En cuanto al dinero dado para el Seminario Metropolitano, la cantidad de 2020 fue de 79.145 euros.
Una ingente labor litúrgica, pastoral y asistencial
Los ingresos que obtiene la Archidiócesis de Sevilla se emplean en una ingente labor litúrgica y pastoral, la protección y salvaguarda de un inmenso patrimonio cultural, actividades educativas y formativa, la evangelización y la labor social en el extranjero, o actividades asistenciales.
Durante la presentación del balance del ejercicio 2020, el ecónomo, Alberto Benito, repasó algunos de los datos más significativos de la actividad que desarrolla la Iglesia de Sevilla. Cuenta con 264 parroquias, 368 sacerdotes diocesanos y 62 diáconos permanentes, 213 sacerdotes religiosos y de vida apostólica, 71 sacerdotes extradiocesanos, 49 seminaristas, 33 monasterios de clausura, 210 comunidades de religiosos y religiosas, 6 institutos seculares, 9 comunidades de otras formas de vida consagrada, 68 religiosos profesos no sacerdotes, 1.478 religiosas profesas, 2 sacerdotes en misiones y 658 profesores de Religión en centros públicos.
La Iglesia de Sevilla, además, mantiene en funcionamiento dos hospitales, 40 casas para ancianos, enfermos crónicos, inválidos y personas con discapacidad; 21 orfanatos y otros centros para la tutela de la infancia, 7 centros para la defensa de la vida, 13 comedores sociales, 258 cáritas parroquiales y una diocesana, 123 guarderías y colegios de enseñanza infantil, 111 colegios de primaria, 111 institutos de enseñanza media, 1 residencia sacerdotal, y 18 casas de ejercicios y espiritualidad.
Durante el ejercicio de 2020 se celebraron 6.665 bautizos, 11.167 primeras comuniones, 13.009 confirmaciones, 596 matrimonios y 13.476 exequias.
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