La Iglesia de Sevilla cuenta con una nueva virgen consagrada

El arzobispo ha presidido este sábado en la Capilla Real de la Catedral de Sevilla la consagración de Pilar Trujillo Berraquero

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La Iglesia de Sevilla cuenta con una nueva virgen consagrada.
La Iglesia de Sevilla cuenta con una nueva virgen consagrada. / M. G.

El arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz, ha presidido en la tarde de este sábado en la Capilla Real de la Catedral de Sevilla la consagración de Pilar Trujillo Berraquero como virgen consagrada. Será esta la primera consagración que celebrará monseñor Saiz desde que fue nombrado arzobispo de Sevilla. Al recibir a Pilar como virgen consagrada, el Ordo Virginum hispalense quedará formado en total por once vírgenes y algunas chicas en preparación. Es la forma de vida consagrada más antigua del cristianismo cuyo único superior es el arzobispo.

En su homilía, el arzobispo ha destacado que el carisma de la virginidad es un don de Dios: "Las vírgenes consagradas son un don de Dios para nuestras comunidades cristianas. La nueva floración de esta antigua vocación en la Iglesia es un regalo del Espíritu Santo que todos debemos acoger, acompañar y agradecer. Quiera Dios que en nuestra Archidiócesis y en toda la Iglesia sean muchas las jóvenes que se sientan atraídas por el testimonio de entrega total a Jesucristo de nuestras vírgenes consagradas, que permanecen en el mundo”.

Pilar Trujillo durante la consagración.
Pilar Trujillo durante la consagración. / M. G.

Seguir más de cerca a Cristo

Al consagrarse como vírgenes hacen público el propósito santo de seguir más de cerca a Cristo. Como subraya la web de la Archidiócesis, viven su misión en la Iglesia desde tres pilares: la esponsalidad, es decir, la vivencia de ser esposa de Cristo; la virginidad para ser totalmente de Cristo como la Virgen María y la diocesaneidad o maternidad, una misión que se manifiesta en “ser signo de la Iglesia allí donde están”.

Las vírgenes consagradas viven de su propio trabajo, en diversas profesiones como profesoras en la universidad, colegios, en el campo de la salud o en el jurídico y tienen encomendada una misión diocesana en sus parroquias o en tareas diocesanas. Viven en sus propias casas o con sus familias. Se reúnen todos los meses para rezar y compartir y están atendidas pastoralmente por un delegado en nombre del arzobispo, el sacerdote Leonardo Sánchez.

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