El Faro de Chipiona: el más alto de España y el quinto del mundo
Pertenece a la Autoriadad Portuaria de Sevilla desde el 1 de enero de 1993.
El faro marítimo de Chipiona, en la Punta del Perro, es una construcción realizada bajo un proyecto y dirección del ingeniero Font, que inició los trabajos en 1863 y finalizó el día 28 de noviembre de 1867, día en el que funcionó por primera vez. Está considerado como el más alto de España, el tercero de Europa y el quinto del mundo, con 72 metros sobre el nivel de mar y 69 metros sobre el terreno hasta la estructura de la linterna, según el proyecto que ha salido a licitación para renovar su lucernario.
Sus materiales constructivos fueron piedras extraídas de la playa y de canteras inmediatas, además de otras localidades como Rota, Sierra Carbonera y la Bahía de Algeciras. Sus principales elementos son: sillería de arenisca y piedra ostionera. Posteriormente, con las reformas sufridas, se fueron añadiendo nuevos materiales, como los tabiques de ladrillo, los falsos techos de escayola, o la cerrajería de las ventanas.
Una de las características de este faro es que es aeromarítimo. Su haz de luz ilumina horizontal y verticalmente, por lo que sirve de ayuda además de a los barcos, a los aviones. En la actualidad su haz de luz alcanza 25 millas naúticas y emite destellos de luz cada 10 segundos, producida por una lámpara halógena, aunque sigue siendo de luz blanca, tiene una tonalidad diferente, la de antes era más amarillenta porque la bombilla era de filamento incandescente.
Recientemente se ha modernizado toda la instalación eléctrica. Los primeros faros no eran eléctricos, eran de gas o de petróleo y el mecanismo de giro era un peso que cae por el interior de la torre, y arriba hay una máquina de relojería que es lo que hace el giro.
Es faro de primer orden por la distancia que alcanza su luz. Las señales que emite, así como la que produce la baliza de Salmedina, señalan la Punta del Perro y el arrecife de Salmedina.
Es de recalada, hacia los que hay que dirigirse, frente a los de peligro, que hay que dejar pasar porque indican zonas de rocas o un punto de la costa, etcétera. Por ello la embarcación que quiera llegar a Sevilla por el Guadalquivir tendrá que buscar, como referencia, el Faro de Chipiona.
Desde su inauguración nunca ha dejado de funcionar, salvo en 1898 durante la Guerra de Cuba y en la Guerra Civil, cuando estuvo tres años apagado.
El Faro de Chipiona pertenece a la Autoridad Portuaria de Sevilla desde el 1 de enero de 1993, fecha de inicio de la nueva Ley de Puertos del Estado y de la Marina Mercante. Se encuentra noventa kilómetros al sur del núcleo donde se efectúan las operaciones portuarias en Sevilla, señalando a los barcos la entrada al estuario del río Guadalquivir.
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