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La Cruz de la Cerrajería presenta de nuevo problemas de conservación

El Ayuntamiento tendrá que intervenir de nuevo en el monumento para darle una nueva capa de protección tras perderse la aplicada en 2018

Descarta problemas de corrosión en el hierro a pesar de su aspecto

Los recurrentes problemas de conservación de la Cruz de la Cerrajería / Juan Carlos Muñoz

Un nuevo tratamiento de protección. Cuando no se han cumplido todavía dos años de la última restauración de la Cruz de la Cerrajería, situada en la Plaza de Santa Cruz, el monumento de hierro forjado presenta una imagen un tanto preocupante. Muchas de sus piezas parecen haberse oxidado, presentando un aspecto anaranjado. Desde el Ayuntamiento han negado que el templete presente un problema de oxidación, aunque sí reconocen que ha perdido la capa protectora, que le será repuesta en cuanto sea posible.

La Cruz de la Cerrajería, un monumento de estilo de gran valor artístico y simbólico realizado a finales del siglo XVII por Sebastián Conde, presenta problemas de conservación con cierta frecuencia. En ello incide que está realizado hierro y que se compone de múltiples pequeñas piezas. La atención que le brinda el Ayuntamiento, a través de su campaña para la conservación y mantenimiento de monumentos, es atmbién constante, por lo que es sometido a continuas revisiones. En las últimos meses se ha evidenciado un cambio en el aspecto del templete, presentando en varias de sus zonas una imagen oxidada que podría delatar la corrosión del material.

Desde el Ayuntamiento, consultado por este periódico, se asegura que el monumento tan sólo ha perdido la última capa de protección que se le aplicó en la restauración de 2018. Argumentan que al ser hierro el material de fabricación, la pátina protectora no funciona igual de bien que en otro soporte, como el bronce, donde dura más; pero -insisten- el hierro no tiene daños ni está oxidado.

Estado actual de la Cruz de la Cerrajería. / Juan Carlos Muñoz

Para resolver la falta de protección, se va a aplicar un nuevo tratamiento inhibidor y después se le dará última capa de cera. Este método se ha consultado con expertos en la materia que trabajan en el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), añade el Ayuntamiento, que justifica que estaba previsto hacerlo sobre estas fechas pero la pandemia del coronavirus ha trastocado los planes. Se intervendrá, probablemente, después de la restauración de las columnas de la Alameda que está ahora en desarrollo.

Restauraciones en 2015 y 2018

La última intervención sobre la Cruz de la Cerrajería fue llevada a cabo por el Ayuntamiento en septiembre de 2018. Esa intervención sirvió, fundamentalmente, para aplicar un nuevo barniz protector más acorde a las temperaturas sevillanas. La actuación de 2015 sí revistió una mayor profundidad.

La Gerencia de Urbanismo invirtió hace cinco años 19.700 euros en la restauración. Se llevaron a cabo tareas de recomposición de la cruz en su emplazamiento, tras lo cual se acometió también la reparación de la verja de forja, de estilo historicista, que delimita el monumento. Para la realización de las tareas de restauración de la cruz, ésta fue desmontada pieza por pieza, y durante cuatro meses fue sometida a una minuciosa operación de limpieza, consolidación y recuperación de elementos originales.

Los estudios realizados entonces determinaron que el estado del monumento era preocupante, tanto por la avanzada corrosión que afectaba al hierro, como por las numerosas piezas que se habían ido desprendiendo a lo largo del tiempo. Se redactó entonces un proyecto que abarcaba la restauración global del monumento, mediante la utilización de las técnicas tradicionales de forja y la reproducción de los modelos originales que se habían ido perdiendo con el paso de los años.

Imagen de archivo de un grupo de turistas ante la Cruz de la Cerrajería. / D.S.

En el año 2015 se le aplicó al monumento una capa protectora que tres años después se demostró que no funciona con las altas temperaturas que se registran en Sevilla. Por ello, en una actuación con un coste de 10.800 euros, el Ayuntamiento procedió a eliminar la capa antigua mediante una llama y se le aplicó una nueva más eficiente contra el calor.

El único problema que presentaba en 2018 la Cruz de la Cerrajería era esa pérdida del barniz protector, aunque esta ausencia de capa de sacrificio no supuso una alteración en la pasivación del hierro ni conllevó la corrosión del mismo. Los técnicos de la Gerencia de Urbanismo procedieron exclusivamente a la retira del barniz existente y la aplicación de un nuevo protector que se anunciaba como más eficiente.

Cuando no se han cumplido todavía dos años de aquella rectificación, el monumento vuelve a sufrir un problema en su capa de protección que ahora se subsanará de nuevo.

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