Plaza de Santa Cruz, el símbolo del barrio
LAS PLAZAS MÁS BONITAS DE SEVILLA
Ocupa un espacio donde había una iglesia del siglo XIV en la que fue enterrado Murillo
En Sevilla hay miles de cruces. Talladas, labradas o pintadas. Ninguna es tan icónica como la Cruz de la Sierpes, también conocida como de la Cerrajería. Da nombre al barrio más turístico de la ciudad, donde se encontraba la antigua judería. Pero antes de acabar en la confluencia de las calles Nicolás Antonio, Mezquita, Santa Teresa y la plaza Alfaro, estuvo en otros populares lugares de la ciudad.
La cruz, de forja y con cuatro faroles, fue realizada por el rejero almonteño Sebastián Conde en 1692 y se colocó en la esquina de las calles Sierpes y Rioja, donde actualmente hay un quiosco. En 1840 se desmanteló para favorecer la circulación de la zona y se trasladó al Museo de Bellas Artes, en donde estaría hasta 1921. En esa fecha se colocó en su actual ubicación: la Plaza de Santa Cruz.
La plaza, por su parte, también guarda una interesante historia, ya que ocupa un espacio en el que había una iglesia. Dicho templo, construido en el sigo XIV sobre una sinagoga ya existente, fue el lugar elegido para enterrar al pintor Bartolomé Esteban Murillo en 1682. Pero la invasión francesa en 1810 obligó a clausurar y derribar el templo, creando una plaza que Juan Talavera que proyectaría hace un siglo.
Precisamente, el arquitecto sevillano también fue autor en los años 20 de otras tres casas que se ubican en la plaza, destacando la que hace esquina con la calle Santa Teresa y que ha sido consulado de Francia hasta el pasado verano. Él es el responsable del aspecto actual, donde resaltan los jardines con naranjos que flanquean a la cruz, que cuenta con una base sobre varios escalones, proporcionándole así una altura destacada.
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