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La Catedral de Sevilla restaura sus tesoros

El Cabildo cuenta con un importe programa de conservación preventiva para su inmenso y valioso patrimonio.

Este año se ha intervenido en varias capillas del templo metropolitano.

La Catedral de Sevilla restaura sus tesoros. / Belén Vargas

Una labor minuciosa, delicada, compleja, pero muy lucida e importante. El Cabildo acomete cada año importantes obras de restauración en la Catedral. No sólo en el edificio, sino también en sus capillas, obras de arte e innumerables tesoros. La tarea no es menor debido al vasto patrimonio que cobija el Templo Metropolitano. Además, el equipo de conservación, cuya responsable desde el año 2016 es Ana Isabel Gamero, lleva a cabo un importante programa de mantenimiento y conservación preventiva para que todo esté en perfecto estado.

Entre las tareas desarrolladas en el año 2018, destacan las intervenciones en las capillas de San Pedro, San Pablo o Santiago, esta última con la restauración y recuperación del sepulcro del arzobispo Gonzalo de Mena, que ha deparado importes hallazgos. Actualmente, entre otras actuaciones, se está restaurando a la Virgen de la Sede, imagen gótica del siglo XIII que da nombre al templo.

La Capilla de Santiago, con el sepulcro del arzobispo Gonzalo de Mena en su centro. / Belén Vargas

La restauración de la Capilla de Santiago, que comenzó en septiembre de 2017, ha abarcado desde el sepulcro, el relieve de la Virgen del Cojín, y el retablo. El trabajo de mayor envergadura ha sido el efectuado en el sepulcro del arzobispo don Gonzalo de Mena y Vargas, fundador de la Cartuja de Sevilla y de la Hermandad de los Negros, que ocupó en el último tercio del siglo XIV ocupó la sede hispalense, muriendo en el año 1401. Así queda reflejado en la placa de piedra encastrada en el muro norte de la capilla, situada justamente encima del lugar en el que se encontraba adosado el sepulcro.

El sepulcro ha tenido una ajetreada vida y ha estado en diversos lugares, incluso en la Cartuja desde 1594 a, probablemente, 1849. “En la Capilla de Santiago. Se dispuso adosado al muro colindante con el Patio de los Naranjos, lo que siempre hizo pensar que estaba incompleto, ya que el sepulcro, de estilo gótico y realizado en alabastro policromado, fue concebido como una obra exenta, que contaba con un total de catorce escenas en los paños laterales. De éstas, en el momento de comenzar estos trabajos, sólo se podían apreciar nueve, distribuidas entre las tres caras visibles”, explica la conservadora de la Catedral.

La restauración integral ha comprendido el desmontaje del sepulcro y su colocación en el centro de la capilla, devolviéndolo a su ubicación original, en la que se pueden contemplar sus cuatro lados. En su interior se encontraron tres escenas de su cara oculta, además de todas las piezas del basamento. “Hay que destacar que el sepulcro, en origen, estuvo dorado y policromado, capas decorativas de las que aún se conservan algunos vestigios. De ellos se tomaron micromuestras para ser analizadas y poder determinar su composición y su cronología”.

Detalle del sepulcro del arzobispo Gonzalo de Mena. / Belén Vargas

Dentro del sepulcro, en una caja de plomo, se encontraron los restos del arzobispo, que han sido objeto de un estudio antropológico. También se han restaurado una serie de piezas metálicas halladas en el interior del féretro: ocho monedas, una placa de plomo con una inscripción que data el traslado del sepulcro a la Cartuja y otro elemento de plomo, posiblemente el remate de un báculo. Estos objetos han quedado expuestos dentro de una vitrina.

Monedas y otros enseres que han sido hallados en el interior del sepulcro del arzobispo y que ahora se pueden contemplar en una vitrina en la Capilla de Santiago. / Belén Vargas

Además del sepulcro, se ha intervenido también en otros elementos que se encuentran en el muro norte. Como el relieve de la Virgen del Cojín, obra de los talleres de la familia Della Robbia, realizada en su característica cerámica vidriada. Igualmente se han restaurado dos placas de mármol con inscripciones y una hornacina con forma de mandorla, tallada en la piedra del muro norte, con restos de dorado y policromado, perteneciente al remate de un antiguo sepulcro que existió en el arcosolio existente en dicho muro, perteneciente al arzobispo Alonso de Toledo, fallecido en 1366. Por último se ha llevado a cabo una labor de mantenimiento y conservación preventiva del retablo realizado por Bernardo Simón de Pineda en el año 1663 para albergar el cuadro pintado por Juan de Roelas en 1609 que representa al apóstol en la Batalla de Clavijo. En el ático se sitúa otro lienzo de Valdés Leal sobre el Martirio de San Lorenzo.

Capilla de San Pedro

La Capilla de San Pedro, con lienzos atribuidos a Zurbarán en su retablo, ha sido restaurada en su integridad, recuperando el color original de sus paramentos. / Belén Vargas

Otra de las capillas intervenidas este año es la de San Pedro, junto a la Puerta de los Palos, cuyo retablo alberga ocho pinturas atribuidas a Zurbarán. Tres empresas y el grupo de mantenimiento del Cabildo Catedral, sumando alrededor de 15 profesionales, han participado en los trabajos, en los que destaca la limpieza de todas las superficies, los paramentos verticales y la bóveda, así como el retablo. Igualmente, se han rehabilitado las dos vidrieras. “En el retablo se realizó una tarea de limpieza, consolidación y mantenimiento, puesto que no se ha repuesto ninguna pieza, pero a nivel estructural se ha reforzado y limpiado. Las pinturas estaban en buen estado de conservación, sólo tenían suciedad en superficie en determinados depósitos, que ya se ha eliminado”, apunta Ana Isabel Gamero.

La actuación se ha completado con la limpieza superficial y química del sepulcro de alabastro del arzobispo fray Diego de Deza. Por último, como se hace en todas las intervenciones, se ha renovado la iluminación incorporando proyectores led de última generación con mucho menos consumo y eficientes. Estas luminarias permiten enfocar diferentes escenas otorgando una valor catequético a la visita.

Capilla de San Pablo

El retablo de la capilla de San Pablo que ha sido limpiado. / Belén Vargas

Otra gran capilla sobre la que se ha actuado a lo largo de 2018 es la de San Pablo o la Concepción grande, situada junto a la puerta de las Campanillas. En este caso, la intervención, puramente conservativa, se ha limitado a la limpieza de la suciedad superficial de los primeros cuerpos del retablo, una obra de Dionisio de Ribas con esculturas de Alonso Martínez.

Conservación preventiva

El mausoleo de Cristóbal Colón. / Belén Vargas

Además de estas intervenciones, en la Catedral están planificadas y programadas una serie de tareas de conservación preventiva que ejecuta el equipo de mantenimiento bajo la supervisión de Ana Isabel Gamero. Entre ellas, se encuentran la limpieza del mausoleo de Colón, que además ha sido iluminado recientemente; la limpieza de la plata y los ornamentos litúrgicos; o la limpieza y mantenimiento de la Custodia de Arfe, el tabernáculo de Alfaro, o la urna de San Fernando, estas tres últimas realizadas por profesionales especializados.

Recientemente se han iluminado estas puertas con relieves de Duque Cornejo (siglo XVIII) que próximamente serán limpiados para que luzcan en todo su esplendor. / Belén Vargas

Hace pocas semanas comenzó también la restauración de la Virgen de la Sede, imagen gótica del siglo XIII titular de la Catedral. El prestigioso restaurador Enrique Gutiérrez Carrasquilla se encarga de esta actuación. Para 2019, está previsto que se realice una limpieza de los relieves de Duque Cornejo de la puertas que dan acceso a la Sacristía Mayor; una mejora en las vitrinas en las que se expone el tesoro; o la conservación preventiva en el Altar Mayor, cuya restauración integral se realizó hace cinco años.

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