La Caridad presenta la restauración de 'La Exaltación de la Cruz', la mayor obra de Valdés Leal en Sevilla
La pintura, que completa el programa inconográfico ideado por Mañara, ha sido intervenido durante los seis meses por Ágora con el patrocinio de la Caja Rural del Sur.
Una intervención que ha deparado importantes sorpresas. El Hospital de la Santa Caridad ha presentado este lunes la restauración de la obra La Exaltación de la Cruz, de Valdés Leal, que preside el coro de la iglesia de San Jorge. Esta pintura, la más grande realizada en Sevilla por el artista barroco, ha sido intervenida durante los seis últimos meses por la equipo de la empresa especializada Ágora, dirigida por Juan Aguilar. En la presentación han participado el hermano mayor de la Santa Caridad, Eduardo Ybarra; el catedrático de Arte, Enrique Valdivieso; el presidente de la Fundación Caja Rural del Sur, José Luis García-Palacios Álvarez, entidad que ha sufragado la restauración; y el propio Juan Aguilar, que se ha encargado de explicar cómo ha sido el proceso.
La Exaltación de la Cruz, con unas medidas de 10 metros por más de cuatro en su parte más amplia y con 115 personajes (75 de ellos terrenales y el resto ángeles y criaturas celestiales), narra el episodio en el que el emperador Heraclio lleva la Santa Cruz a Jerusalén. Cuando llega a su destino, no puede cargar con la reliquia. En ese momento se abre el cielo y descienden los profetas, que le comunican que podrá entrar en Jerusalén solo de manera humilde, como lo hizo Jesús. Heraclio entonces baja del caballo, se quita la armadura, se despoja de la pompa y el boato y los ricos ropajes y carga la Cruz sobre sus hombros, de esta manera se abren las puertas de la ciudad.
El mensaje que Mañara quería transmitir a sus hermanos con la obra es muy claro. "Recordad que ningún rico entrará por la puerta del Reino de los Cielos. No se puede acceder si no se tiene el alma limpia", ha explicado el profesor Valdivieso. El catedrático emérito, conservador de las excepcionales obras de arte del Hospital de la Santa Caridad, ha expuesto que esta pintura es un hito en la producción de Valdés Leal, que para la institución caritativa también realizó las célebres pinturas de las postrimerías -In ictu oculi y Finis gloriae mundi- que se pueden ver en los muros laterales bajo el coro: "Esta es una obra excepcional. En todo el panorama barroco español no hay nada igual. Es una obra con la que Mañara quiso poner el punto y final al mensaje que toda la iglesia contenía".
El responsable de la restauración, Juan Aguilar, que ha contado con un equipo de cuatro personas, ha explicado las dificultades a las que se han tenido que enfrentar durante la recuperación del cuadro. La más importante, que han tenido que trabajar en altura al no poderlo bajar de su ubicación: "Al comenzar descubrimos que se trataba de una pintura mural y no de caballete, por lo que tuvimos que ir cambiando sobre la marcha el proceso de intervención. La obra está montada sobre un lienzo fijado a una estructura de madera separada de la pared 20 centímetros. Es decir, el lienzo no estaba montado sobre un bastidor normal sino sobre una estructura fija que no se podía retirar".
Este relevante descubrimiento se explica por una deficiencia en la construcción y fue adoptada como solución técnica a finales del XVII. "La pintura debió realizarse abajo, pero cuando lo fueron a colocar se dieron cuenta de que había una patología. El muro de los pies de la nave y la bóveda tienen movimientos distintos. Como consecuencia se produce una grieta por la que se filtra el agua de la terraza. Optaron por colocar la pintura sobre un lienzo, en lugar de que fuera un mural, como estaba previsto. De ahí esa estructura de madera", ha añadido Aguilar.
El lienzo presentaba graves problemas de exfoliación de la capa pictórica, deformaciones del soporte textil, desprendimientos del lienzo de la estructura de madera a la que está fijado, barnices oxidados y suciedad general sobre la superficie que desvirtuaba la visión de la obra.
Las actuaciones se han realizado in situ, desmontándose sólo el marco, de considerables dimensiones conformado por seis piezas. Para el desarrollo de los trabajos ha sido necesario colocar un importante andamiaje sobre el coro para situar, sobre él, una plataforma de trabajo. Encima de esta plataforma se dispuso un andamio rodante desde el cual se llevaron a término los trabajos sobre el lienzo, el marco y el muro.
Uno de los principales problemas de la pintura era la capa de barniz que se le dispuso en el siglo XIX y que desvirtuaba la visión del conjunto. "Al reaccionar con la calcita de la capa de óleo oscurecía mucho la obra. El cuadro se conserva íntegramente. No ha sufrido ninguna limpieza a lo largo de los siglos y sólo presentaba esa barniz del XIX ahora eliminado. Ahora vuelve a ser una gran pintura mural. El brillo del barniz no lo condiciona. Se observa integrado dentro del espacio arquitectónico", ha finalizado Juan Aguilar.
El presidente de la Fundación Caja Rural del Sur, José Luis García-Palacios Álvarez ha indicado la satisfacción de la entidad de haber participado en esta restauración que "brinda a los sevillanos la oportunidad de contemplar una obra única que refleja muy fielmente los valores que mueven a la Santa Caridad como es la caridad con los más necesitados".
Por su parte, el hermano mayor de la Santa Caridad, Eduardo Ybarra, ha agradecido la colaboración de la Fundación Caja Rural del Sur en la restauración de este gran cuadro además de las anteriores restauraciones desarrolladas con el respaldo de la entidad andaluza.
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