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Una deuda histórica saldada 90 años después. El Ayuntamiento de Sevilla y el Ministerio de Hacienda han cerrado un acuerdo para la adquisición por parte de la ciudad de las casas 7 y 8 del Patio de Banderas. Estas viviendas albergan en su interior los restos del palacio fundacional del Real Alcázar de Sevilla. La importancia de la compra desde el punto de vista patrimonial es enorme, puesto que permitirá en un futuro que los visitantes del conjunto palaciego puedan dar un salto hacia atrás en el tiempo de doscientos años para conocer el recinto islámico, hasta ahora prácticamente inaccesible. La operación se ha cerrado en unos cuatro millones de euros y ya sólo falta concluir el expediente administrativo. La intención del Alcázar es que, tras unas primeras obras de acondicionamiento, se pueda abrir para que todos los sevillanos puedan conocerlo.
Cuando el Gobierno de la Segunda República entregó a la ciudad el conjunto de los Reales Alcázares quedó pendiente la devolución de las casas del Patio de Banderas, cuyas rentas eran suculentas para el Estado. Desde entonces, se ha intentado sin éxito la incorporación de estas viviendas al patrimonio de la ciudad. Ha tenido que ser en 2021, justo cuando se cumple el 90 aniversario de la cesión, cuando la operación se ha cerrado, recuperando la ciudad las dos primeras casas, la 7 y 8, las más importantes desde el punto de vista histórico y patrimonial. Ha sido la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, la que anunciaba este miércoles durante una visita a la ciudad este acuerdo que se ha venido fraguando en los últimos meses.
En el año 2012 comenzaron los trabajos promovidos por Patrimonio del Estado en las viviendas 7 y 8. Las catas llevadas a cabo por el equipo del Alcázar, con Miguel Ángel Tabales a la cabeza, sacaron a la luz los restos de dos arcos de herradura bajo uno de los muros tabicados de este inmueble. Se habían hallado los restos del palacio más antiguo del recinto, del que Diario de Sevilla fue pionero en informar.
Tras un minucioso trabajo de restauración y consolidación, se ha conseguido rescatar estas estructuras, dimensionar la estancia principal de ese palacio y rehabilitar todo un lienzo de muralla islámica que recorre las casas.
Los numerosos estudios realizados han permitido a los expertos lanzar una hipótesis cronológica sobre esta construcción. El primer recinto parece razonable adscribirlo al periodo abbadí, concretamente al final del reinado de Al Mutadid y al gobierno de su hijo Al Mutamid (finales del siglo XI). “Las obras de la muralla del primer recinto se iniciarían por el lado noreste durante el reinado de Al Mutadid y avanzan hasta ser terminadas por Al Mutamid, quien comenzaría la ampliación y duplicación hacia el sur, a la vez que iniciaba las obras del palacio del recinto fundacional, obra que no vería terminada, ya que probablemente fue rematada de un modo mucho más tosco por los primeros gobernantes almorávides”, señalaba Miguel Ángel Tabales a este periódico hace unas semanas durante una visita a las casas.
La importancia de todos estos hallazgos precipitaron unas negociaciones para su compra que se aceleraron en los últimos meses con la designación de Román Fernández-Baca como alcaide del Real Alcázar. Tras el anuncio del acuerdo, el alcalde, Juan Espadas, ponía de manifiesto su relevancia para la ciudad: “La incorporación de las casas del Patio de Banderas al Alcázar es una reivindicación municipal histórica que debe contribuir a la protección, conservación, mejora y promoción de nuestro patrimonio histórico”. El acuerdo tiene como punto de partida la renuncia por parte de Hacienda a ejecutar en el caso de las casas 7 y 8 la línea de subastas de bienes del Patio de Banderas de legislaturas anteriores. De este modo se garantiza el carácter público y vinculado al Alcázar de estas dos viviendas a través de un acuerdo económico y se evita una operación de venta para otros usos a promotores privados que se resuelva en función de la mejor oferta económica.
Muy satisfecho se ha mostrado también Román Fernández-Baca en declaraciones a este periódico. El alcaide ha anunciado que a corto plazo se deben celebrar unas jornadas de puertas abiertas para que se pueda conocer este inmenso patrimonio recuperado: “Hay que darle la enhorabuena al Ayuntamiento, que llevaba mucho tiempo trabajando en esto. Tras unos primeros trabajos de acondicionamiento básico y de seguridad, ya que la obra está terminada en bruto, habría que hacer unas visitas para que los ciudadanos puedan conocer lo que se ha comprado, que es un patrimonio de toda la ciudad, el legado de Al Mutamid. Eso hay que explicarlo bien”. Estas visitas serán limitadas, con un recorrido general que incluirá previsiblemente la terraza, que permite la una visión en altura del Patio de Banderas, el Alcázar y el entorno de la Catedral.
Más a medio y largo plazo se elaborará un proyecto de puesta en uso del edificio. Para ello, se procederá a la musealización de las casas 7 y 8, con los restos del palacio fundacional y el primer recinto y su incorporación a la visita general del conjunto del monumento. De manera paralela, se elaborará un proyecto de acondicionamiento general de las viviendas y se procederá a la incorporación de distintos servicios públicos complementarios para la atención a visitantes y de los que ahora se carecen y para infraestructuras necesarias del Real Alcázar de Sevilla, como pudieran ser un almacén arqueológico, el archivo, o una sala de audiovisuales.
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