Sevilla vive la solemnidad del Corpus Christi en los barrios

Los cortejos más numerosos y destacados son los de Triana y la Magdalena

La belleza íntima de la procesión del Sagrario no tiene parangón

Bendición y Esperanza se convierte en hermandad de penitencia

Corpus de la Magdalena 2024 / José Luis Montero

Todavía no son las nueve y media de la mañana cuando el cortejo del Corpus de la Magdalena se dispone a salir de la parroquia. Los coches aún pasan por la calle San Pablo y la grúa se afana en retirar algunos vehículos mal aparcados en la calle Cristo del Calvario, frente a la capilla de Montserrat, donde el estandarte del Amparo se presenta en un cuidado altar. A esta hora el público todavía es escaso. La mañana es fresca y la luz es clara. Salen los niños que acompañan al Dulce Nombre de Jesús. Es esta una procesión en la que participan muchos chiquillos, lo que infiere a la escena un halo de ternura. Suenan las campanas de la espadaña de la señorial parroquia, otrora templo dominico del que salieron figuras tan destacables como Bartolomé de las Casas. El tráfico ya se ha cortado y el paso, inconfundible su templete, avanza en busca de la calle Bailén mientras suena Dulce Nombre de Jesús, una de las celebradas marchas del maestro Pedro Morales, en los instrumentos de la banda de Tejera.

La cera roja, la juncia, el romero, los cantos litúrgicos, las genuflexiones, se han apoderado de muchos barrios de la ciudad en este domingo en el que la Iglesia celebra la Solemnidad el Corpus Christi. Las más conocidas, por participación y solera, son las ya citada de la Magdalena y el Corpus Chico de Triana, con su gran carga popular. Pero en esta mañana hay muchos otros cortejos que recorren las calles de la ciudad. Del mismo centro a Nervión. Del Tiro de Línea a San José Obrero. De Pino Montano al Corpus Christi...También hay procesiones más íntimas. Casi ocultas. Como las que se viven en las clausuras de San Leandro o San Clemente. O como la bellísima procesión claustral de la Sacramental del Sagrario por el Patio de los Naranjos del Salvador. Que en este domingo sí es de libre acceso. Al menos si se indica que se acude a adorar a Su Divina Majestad.

Corpus de Triana

Este domingo de Solemnidad del Corpus Christi es día grande en todas estas feligresía que ofrecen a Su Divina Majestad lo mejor que tienen. En la Magdalena destaca sobre todo la majestuosidad y solemnidad de todos y cada uno de los detalles. A ello también contribuyen los altares montados por las hermandades del Amparo o el Museo o un recorrido entre casas señoriales que ofrecen sombra y aportan un plus de belleza a la escena. El público es eminentemente local, muy cofrade, de Iglesia. Muchos matrimonios jóvenes con hijos pequeños que aprenden a vivir la fe en Cristo. Uno de los momentos más destacados de la procesión se produce en la Plaza del Museo. El cortejo rodea la plaza en la que, como cada domingo, se desarrolla el mercadillo de arte. Los tres pasos –el Dulce Nombre de Jesús, la Inmaculada y la Custodia– se cruzan. Tejera pone la música. Suena Virgen de las Aguas. A los sones de la genial marcha de Santiago Ramos el Corpus de la Magdalena pasa ante el Museo de Bellas Artes, que hasta su desamortización fue la Casa Grande de la Merced, otro de los grandes conventos masculinos de la ciudad. La conversación versa sobre uno de los temas de actualidad de los últimos días. “¿Te has enterado que van a cobrar 6 euros por entrar en el museo?”.

Triana y su manera de vivir la fe

Procesión claustral con Su Divina Majestad de la Sacramental del Sagrario por el Patio de los Naranjos

En la otra orilla, a eso de las 11:00, el Corpus Chico de Triana se despliega por las calles Pureza y San Jacinto. Es esta otra procesión eucarística cargada de sabor y personalidad. Niños y niñas de comunión. Un Niño Jesús que dibuja izquierdos a los sones de las Tres Caídas, un barrio que se vuelca para vestir sus mejores galas al paso del Santísimo... El público local se mezcla aquí con el forastero. Camisetas de AC-DC y excursiones masivas en bici que son incapaces de respetar el momento de recogimiento que viven los presentes. “Perdone. ¿Es usted de Sevilla? ¿Me puede decir qué es esto?”, preguntan en el Altozano. El calor ya aprieta y la concurrencia busca la sombra que ofrecen los frondosos árboles. Un trianero de pro advierte al periodista que la turistificación masiva que sufre el antiguo arrabal se nota en la falta de adornos en muchos balcones del recorrido procesional. Signos de los tiempos que nos ha tocado vivir o sufrir.

En la misma Catedral, en la parroquia del Sagrario, la Solemnidad del Corpus tuvo su más bello epílogo con la procesión claustral por el Patio de los Naranjos con Su Divina Majestad.

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