Una salida extraordinaria de la Virgen de los Reyes bien vale un aplauso
La Virgen de los Reyes acude al Ayuntamiento por el 75 aniversario de su patronazgo canónico en un ambiente típicamente festivo
En el cortejo estuvieron representadas medio centenar de patronas de la provincia
Bien vale un aplauso, y una lluvia de pétalos, y un fotografía bajo las luces de Navidad, y el canto de una tuna, y algunas marchas fuera del repertorio tradicional, y algún que otro desagradable agente de la Policía Nacional que no sabe muy bien lo que es acompañar a un paso en Sevilla. La procesión de la Virgen de los Reyes de este martes bien vale todo eso. Porque es lo que tienen los acontecimientos extraordinarios, que aunque se tratara de la misma imagen que recorre las gradas bajas de la Catedral cada 15 de agosto, poco, más bien nada, tuvo que ver la salida con la habitual.
Ya sucedió con la salida del Año de la Fe, que resultó fría como un témpano y demasiado extraña. Este martes, víspera de la Purísima, se podría decir que ha acontecido un poco de lo mismo. Al menos en algunos puntos del inusual itinerario que ha llevado a la Virgen de los Reyes hasta la Plaza Nueva. A nadie se le escapa que el público del 15 de agosto es distinto. Los que acuden desde las playas, los pueblos, o los barrios de Sevilla a contemplar a la Virgen en su salida anual van a ver a la Virgen. Esto, que puede parecer una perogrullada, es así. El público de hoy era completamente distinto.
Algunos estaban pasando la tarde en el centro y se encontraron con la procesión. Otros eran foráneos y estaban pasando el gran puente festivo. Otros estaban porque lo que tocaba era estar, como podrían haber ido a un gran centro comercial o a una cafetería a pasar la tarde. Ha sido a partir del Ayuntamiento cuando la Virgen se ha empezado a reencontrar con su público más fiel. El de siempre, que la esperaba en Hernando Colón, Alemanes o para verla entrar por la Puerta de los Palos. Tampoco ha ayudado mucho el hecho de que el día elegido para la salida extraordinaria fuera una jornada laborable, víspera de festivo, sí, pero ello seguro ha impedido la presencia de muchos fieles, que la Virgen los tiene y son legión.
La procesión comenzó con pesar para los miembros de la asociación de fieles. Los habían situado detrás de los niños carráncanos de la Sacramental del Sagrario. Justo al inicio de la comitiva. “Nos han puesto hasta delante de la Pastoral Juvenil”, decía alguno de ellos con lamento. Anunciado estaba que iría detrás de las representaciones de las patronas, pero el Cabildo cambió de idea cuando estaba todo prácticamente organizado. El arzobispo, monseñor Saiz, auténtico impulsor de la salida extraordinaria, quería empaparse de todos los detalles. “Estos son los carráncanos”, le explicaban al prelado cuando estaban detenidos ante la Capilla Real. “ Esta procesión es histórica. No se volverá a repetir hasta dentro de 25 años”, les espetaba monseñor Saiz a los niños que lo observaban atentamente.
El cortejo comenzó a salir por la Puerta de San Miguel a las 16:15. A esa misma hora, la Marcha Real interpretada en el órgano de la Catedral advertía de que el paso de la Patrona comenzaba a moverse en el Altar del Jubileo. Allí estaban ya el alcalde, Juan Espadas; el arzobispo emérito, monseñor Juan José Asenjo; los miembros de la corporación municipal, de la Diputación Provincial, o las representaciones militares y policiales.
El paso de la Patrona tardó 45 minutos en recorrer las últimas naves del Templo Metropolitano con el acompañamiento de la música del órgano y los cantos de la coral, que interpretó en primer lugar el himno de Urcelay. Uno de los momentos más emotivos de este íntimo recorrido fue la parada del paso ante la Capilla Real, donde descansa el cuerpo incorrupto de San Fernando. Frente a la cancela aguardaba a la Virgen Lolina, su eterna camarera y una de las personas que más ha hecho por la asociación, dedicándose a ella en cuerpo y alma.
Tras otra parada ante la capilla de la Virgen de la Antigua, el paso de palio de tumbilla quedaba enmarcado ante la Puerta de San Miguel. Eran las 16:55. Cinco minutos más tarde, la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla tocaba la Marcha Real. La Patrona ya estaba en la Avenida, donde el silencio del 15 de agosto se tornó en una gran ovación a la que siguieron algunas réplicas menores cuando el paso era arriado o, simplemente, cuando le parecía a alguno de los presentes.
A muchos sorprendió el repertorio elegido por la banda de música para acompañar a la Virgen. Tras su marcha, se pudo escuchar Esperanza de Triana Coronada, del maestro Albero. La Estrella Sublime, Virgen de la Paz, Virgen de los Negritos o Pasan los Campanilleros fueron otras de las piezas elegidas. La Virgen llegaba a la Plaza Nueva cuando los niños carráncanos se aproximaban ya a la calle Alemanes. En el andén tuvo lugar el acto central de la procesión. La Virgen era situada frente al monumento a San Fernando mientras la banda y la coral interpretaban el bellísimo himno a la Patrona. “A tus plantas se postra Sevilla”. Como hace 75 años, cuando el Papa dio oficialidad a lo que los sevillanos venían reconociendo desde hace siglos: proclamar a la Virgen de los Reyes patrona de la ciudad y su Archidiócesis. En ese momento, las autoridades se acercaron al monumento a San Fernando para depositar un ramo de flores. Los 350 años de la canonización de quien devolvió Sevilla a Europa y la Cristiandad bien valía para hacer algunos actos de más relevancia, pero la pandemia ha dado al traste con todo. Una lluvia de flores desde el balcón de la Casa Consistorial y la interpretación de Campanilleros mientras el paso buscaba la calle Granada pusieron las notas de color. Por supuesto, también hubo aplausos y algún amago de grito que, por fortuna, no tuvo más seguimiento.
Se empezó a hacer de noche cuando la Virgen discurría ante la portentosa fachada plateresca del Ayuntamiento. Muchas personas del público advertían la ausencia de luz en un paso hecho para ser visto de día. En este momento y a esta hora, las 18:15, los curiosos esperaban ya para captar la imagen de la Virgen bajo las luces de Navidad. Una instantánea que no se produjo hasta la calle Alemanes.
El cortejo, que aceleró su velocidad tras el paso por el Ayuntamiento, era esperado por una considerable bulla, aunque era relativamente fácil moverse. A las 19:00, el paso dejaba atrás la calle del cardenal Carlos Amigo. Y a las 19:05 estaba dando la vuelta ante el cancel de la Puerta de los Palos. La entrada en la Catedral se producía a las 19:15, con quince minutos de adelanto. El paso era colocado de nuevo en el Altar del Jubileo donde la tuna cantaba a la Patrona antes del acto con el que se cerraba el día en el que la Virgen de los Reyes salió en procesión extraordinaria por el 75 aniversario de la proclamación canónica como Patrona de Sevilla y su Archidiócesis. No ha sido como el 15 de agosto, pero tras dos años de ausencia en la calle, bien están los aplausos, las luces de Navidad o las lluvias de flores.
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