El paso de las cofradías por el Postigo se complica por unas vallas
En los últimos días se ha instalado un cerramiento por las obras de las Atarazanas que estrechan la zona
El tránsito de las cofradías por el Postigo, uno de los puntos más sensibles de toda la ciudad, será este año aún más complicado sino se pone remedio. En los últimos días se han instalado, tanto en la calle Dos de Mayo como en Temprado, unas vallas debido a las obras de rehabilitación que se están llevando a cabo en las Reales Atarazanas desde hace hace algo más de un mes. Este cerramiento deja aún más angosto un paso que en los últimos años había estado aforado para el público y que podría provocar problemas en el transitar de las hermandades.
Son muchas las cofradías que discurren por el Postigo y sus calles aledañas durante la Semana Santa. Además de las hermandades de Triana, salvo la O, Jesús Despojado, la Paz, Santa Genoveva, las Aguas, el Cerro, la Bofetá, los Estudiantes, Santa Cruz, el Baratillo, la Quinta Angustia, el Gran Poder, el Calvario y la Soledad de San Buenaventura, tienen este punto destacado en sus itinerarios. Las vallas de obra que se han colocado suponen una dificultad añadida al paso de los cortejos por esta zona que desde hace algunos está libre de público por los problemas que se generaban.
Las vallas estrechan de manera considerable la calle Dos de Mayo, justo a la salida del Arco, donde las hermandades hacen un giro a la derecha para buscar la calle Arfe. El Ayuntamiento, tras la consulta realizada por este periódico, ha asegurado que la instalación cuenta con su necesario permiso, pero el mismo está sujeto a lo que determine en el Plan de Seguridad de Semana Santa que elabora el Cecop. En los próximos días se analizará la situación y se ordenará, si fuera necesario, la retirada del cerramiento por motivos de seguridad.
Las vallas, además, son de chapa, un material que en un ambiente de silencio y recogimiento provoca un ruido importante si se golpea. Como informó este periódico en su día, el golpeo de una valla de estas características durante una procesión en Badajoz provocó una avalancha y unas carreras muy similares a las de Sevilla. Y es que el ruido es la principal correa de transmisión de este tipo de fenómenos. Por ello, el Ayuntamiento analizará con detalle el asunto.
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