"El ruido es la causa de todas las avalanchas"

Madrugada 2017

El ingeniero Pedro Flores Domínguez-Rodiño, director de Inerco Acústica, ha estudiado cómo se generaron y transmitieron las carreras

El ingeniero Pedro Flores Domínguez-Rodiño
El ingeniero Pedro Flores Domínguez-Rodiño

Hay argumentos más que suficientes para asegurar que el ruido fue la llama que encendió la mecha de las carreras de la pasada Madrugada. O lo que es lo mismo, los estudios encargados por el Ayuntamiento descartan cualquier trama organizada una vez conocidas las conclusiones de los técnicos . Uno de esos profesionales que han visionado las secuencias de los vídeos, el comportamiento de las personas y cómo se fueron expandiendo las carreras es el ingeniero Pedro Flores Domínguez-Rodiño, director gerente de Inerco Acústica y profesor asociado de la Universidad de Sevilla. Es claro en señalar el ruido como foco principal de las carreras. "Puede decirse que es la llama que prende la mecha".

Este profesional consultado por las autoridades concluye que hay argumentos suficientes para dar por cierta la teoría que desde el principio han mantenido las autoridades. Él ha analizado las condiciones de ruido ambiental que se daban en la Madrugada, y que tienen unas características muy claras: "Hay mayor recogimiento y el nivel sonoro ambiental se reduce". En un momento determinado se produce un ruido y las personas reaccionan de manera muy determinada: "Oyen algo pero no saben lo que es. Psicológicamente se interpreta como una alerta o una situación de peligro y una de las primeras reacciones es gritar o salir corriendo. Esa reacción se transmite en cadena hacia el resto del público. El foco del ruido comienza a multiplicarse".

"El público oye algo y no sabe qué es, lo interpreta como una situación de peligro y sale corriendo"

Flores asegura que la expansión del ruido se ve favorecida por la trama urbana de la ciudad, especialmente por las calles estrechas, a lo que hay que unir el ambiente de recogimiento que hace que todo sea más perceptible. "No hay ningún impedimento físico para que el ruido se corte. Pero cuando llega a una zona amplia el efecto se diluye. Lo pudimos comprobar en algún vídeo en la Plaza Nueva. El público ve que no pasa nada y se para. Las zonas amplias no favorecen la transmisión del ruido".

Las propias personas corriendo, las estampidas, generan más ruido. "Tanta gente corriendo a la vez genera un efecto tambor en el suelo que se transmite 15 veces más rápido que por el aire". Este profesional asevera que en los vídeos se puede ver cómo el ruido se va transmitiendo por las calles, mientras las carreras lo hacen al mismo tiempo. "Cuadra perfectamente con la teoría sobre la expansión del ruido. Puede afirmarse que es el foco principal. Tenemos mucha gente en las calles estrechas y en un ambiente de recogimiento. Se dan todos los condicionantes para que la transmisión sea máxima".

Esta teoría también cuadra con las carreras que se produjeron en los años 1989 y 2016 en Badajoz y que afectaron a la Hermandad de la Soledad. En sendas ocasiones el origen de las carreras que desbarataron el cortejo de la patrona fueron dos golpes. El silencio contribuyó a su expansión y las personas salieron despavoridas sin saber por qué.

"Las carreras provocadas por el efecto del ruido se diluyen al llegar a una zona amplia"

El experto de Inerco incide en que la Madrugada es la jornada más sensible para que pasen este tipo de sucesos. "Un Lunes Santo por la tarde, por ejemplo, si se produce un ruido estaría mucho más enmascarado. Por eso es mucho más fácil de noche. En la Madrugada se dan todos los condicionantes".

Este ingeniero consultado por el Ayuntamiento también ha expuesto una serie de medidas correctoras que se pueden poner en marcha de cara a los próximos años para que no vuelva a suceder. "Se pueden hacer muchas cosas. Lo primero, teniendo en cuenta lo difícil que es, que no haya ningún elemento ruidoso". En vista de que esto es prácticamente imposible, la primera acción pasaría por analizar cómo reacciona el público. Hay que realizar una importante labor de concienciación para poner barreras: "Hay que trabajar mucho el efecto psicológico que sucede a un evento ruidoso para que éste no se transmita". En este sentido, el comportamiento de los propios nazarenos influye de manera determinante: "Pueden inocular tranquilidad al público o todo lo contrario". Otras medidas serían aforar las calles para que hubiera menos personas o evitar que las cofradías estén físicamente muy próximas.

Enmascarar el ruido también sería necesario. "Generar un contrarruido para anularlo". Esto se podría lograr con un sistema de megafonía por el que sonara alguna música, aunque actualmente estos montajes resultan demasiado costosos.

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