Las aportaciones de José Gestoso a las cofradías de Sevilla
El eminente historiador y protector del patrimonio sevillano fue uno de los ideólogos de que el Gran Poder saliera con túnica lisa. También colaboró en la realización el paso de la Quinta Angustia
Investigador, escritor, académico, archivero, protector del patrimonio, diseñador, arqueólogo, coleccionista, estudioso, erudito... en definitiva, uno de los personajes más influyentes del panorama cultural sevillano del último tercio del siglo XIX y las primeras dos décadas del XX. Ese era José Gestoso y Pérez, una figura fundamental, pionero en la protección del patrimonio histórico sevillano, clave en la historia de Sevilla y también de algunas de sus hermandades, a las que asesoró e instó a preservar y conservar algunas de sus joyas patrimoniales. Gestoso, a lo largo de su vida, colaboró con las hermandades de Roca-Amador, la Mortaja, la Quinta Angustia, la Virgen de los Reyes de los Sastres, la Macarena, San Hermenegildo, o el Gran Poder, pudiendo ser, con casi toda certeza, una de las personas que propició que el Señor luciera una túnica lisa desde el año 1910.
José Gestoso es un personaje con el que la ciudad mantiene todavía una gran deuda. Su actividad fue tan ingente y tantos los campos que abarcó, que los estudios en torno a su figura y sus aportaciones no eran lo suficientemente completos. Pero recientemente se ha publicado un trabajo de investigación que ha aportado nuevos conocimientos sobre su figura y su legado. Su autora es Carmen de Tena Ramírez, profesora del departamento de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla, que en el último Simposio sobre Hermandades de Sevilla, hizo una interesante exposición sobre su relación con las cofradías.
“No tenemos una evidencia cierta de que a Gestoso le resultara atractiva la Semana Santa. En todo caso, sí despierta en él su afán investigador e incluso antropológico. En un artículo que escribió sobre la Semana Santa en la revista La ilustración artística, ofrece una visión costumbrista de la fiesta religiosa. Se aprecia una relación emocional con la Semana Santa de su pasado”, explica de Tena.
La Hermandad de Roca-Amador
A Gestoso se le conoce una vinculación temprana con las hermandades del Silencio, donde ingresa el 12 de marzo de 1872; y la Soledad de San Lorenzo (6 de abril de 1874). El estudio realizado por Carmen de Tena circunscribe a Gestoso dentro de la labor que realiza a favor de la protección de su patrimonio cultural. La primera labor de asesoría que realiza con una cofradía sevillana es con la de Roca-Amador, en 1881, para la restauración de la valiosa pintura. “Este no fue el único contacto entre Gestoso y las hermandades de la iglesia de San Lorenzo, pues Francisco García Sarmiento, canónigo de la Catedral y secretario de cámara y gobierno del Arzobispado de Sevilla, le pidió consejo en 1888 sobre un proyecto de fachada para la capilla de la Hermandad de la Soledad, iniciativa que no llegó a materializarse”, explica de Tena.
La Mortaja y Santa Marina
En el año 1885, Gestoso pudo disfrutar de la restauración que la Sagrada Mortaja acometía en su entonces capilla de Santa Marina. Durante los trabajos se descubrió en la cúpula una lacería de ladrillo. “La hermandad se mostró interesada en recuperar esta ornamentación, por lo que compartió el hallazgo con la Comisión Provincial de Monumentos de Sevilla, y esta encomendó a José Gestoso la dirección de las obras de restauración. Él puso todo su interés en conservar ese importante hallazgo”.
Los Sastres y una bandera de San Fernando
La relación con la Hermandad de lo Sastres se debe a su interés por conocer una bandera que según la tradición había regalado Fernando III. “Gestoso se sintió entristecido por el pésimo estado en el que se encontraba la pieza, que consideró estaba ‘entre los objetos más curiosos que se conservan en esta ciudad’”. Dedicó gran parte de su tiempo a estudiarla, recuperar su integridad material y conservarla, costeando una “modélica restauración”, incluso propuso realizar expresamente un mueble para su correcta salvaguarda, algo completamente novedoso y que no fue atendido por los cofrades.
El paso de la Quinta Angustia
José Gestoso también tuvo su papel en la creación del paso de la Hermandad de la Quinta Angustia. “Su participación se debió limitar a una labor de asesoría artística, cuyo objetivo sería seleccionar a los artífices adecuados para materializar un proyecto de esta envergadura: Pedro Domínguez, la fundición Masriera y Campins y García Roldán”. No cabe duda de la importancia de su participación pero, a juzgar por la labor desarrollada por Domínguez en la restauración de la fachada de las Casas Capitulares, en el diseño del palio de la Virgen de la Victoria de la Hermandad de las Cigarreras, y en el paso que nos ocupa, la investigadora no ve motivos para pensar en una influencia estética directa de Gestoso.
La Macarena y la reforma de la puerta de San Gil
Entre 1902 y 1903, Gestoso inspeccionó para la Comisión de Monumentos la reforma en la puerta sur de San Gil que emprendió la Macarena para que el paso de palio de la Virgen de la Esperanza pudiera salir con mayor facilidad. Tras un tira y afloja, la corporación propone la restauración de la puerta norte a cambio del permiso para la reforma. “No nos cabe la menor duda de que esta petición habría sido idea de Gestoso, un hombre preocupado por la salvaguarda del patrimonio histórico-artístico, pero también pragmático, y sabedor de que a veces era necesario ceder en algunas cuestiones como esta, para poder conservar otras obras. Por esta razón aconsejó que se propusiera a la Academia de San Fernando restaurar la portada norte, en mejor estado, a cambio de terminar de mutilar la puerta sur de San Gil”, apunta de Tena.
El Gran Poder y la túnica lisa
La Hermandad del Gran Poder acordó en 1910 que el Señor luciera una túnica lisa durante la Madrugada. Fue una decisión polémica entonces y lo sigue siendo ahora. El nombre de Gestoso sale a relucir en ocasiones cuando se recuerda este debate, identificándose como uno de los autores intelectuales de esta decisión. “En un primer momento nos costaría comprender qué motivos le habrían llevado a pronunciarse de esta manera. Un hombre tan interesado como él por las artes suntuarias y conocedor y admirador del bordado, sus técnicas y artífices, debería defender su empleo en la vestimenta de imágenes devocionales. Pero esta afición contrastaba con su pulcro sentido estético, contrario al diseño abigarrado y falto de orden y simetría”, argumenta de Tena.
En algunos textos, el propio Gestoso lamenta el rumbo tomado en los bordados de la época. “Parece que los bordados que lucían las imágenes le resultaban estéticamente de mal gusto, pero lo que es aún más relevante es que consideraba que su presencia les podía restar efecto devocional”. Esta opinión coincide con la que lanzó en aquel cabildo de 20 de marzo de 1910 un miembro de la junta de gobierno que opinaba que con la túnica lisa la imagen del Señor resultaba más devota. “Hay que recordar que la vestimenta de este Nazareno ya había generado cierta polémica en 1908, con el estreno de la actualmente conocida como túnica persa de Juan Manuel Rodríguez Ojeda”, añade la investigadora.
San Hermenegildo y un retrato de Velázquez
Gestoso también procuró que el Retrato de Cristóbal Suárez de Ribera, obra de Diego Velázquez, perteneciente a la Hermandad de San Hermenegildo, fuera cedido al Museo de Bellas Artes. “Aunque sus gestiones no resultaron efectivas entonces, prepararon el posterior proceso de depósito de 1970, y sobre todo, supusieron su descubrimiento como pintura del célebre artista sevillano”.
Gestoso también desaprobaba la modificación de las imágenes para adaptarlas a los gustos de la época, como escribió con respecto a la Virgen del Rosario de Montesión, o del Amparo, de la que su mujer era camarera, censurando que se ocultaba la talla con ropas. También le “disgustó sobremanera”, como indica Carmen de Tena, el cambio en el diseño original de la presea para la coronación en 1904 de la Virgen de los Reyes.
En relación a este asunto, en una carta mandada en 1905 a su amigo el historiador del arte Manuel Gómez-Moreno Martínez, Gestoso le exponía lo siguiente: "Lo que priva en Sevilla son los palios de plata, de mucha plata, los terciopelos con oro, con mucho oro y… los armados de la Macarena…".
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