Sevilla salda su deuda con José Gestoso en el siglo de su muerte
Exposición en la Catedral sobre quien promovió la llegada a Sevilla de los restos de Bécquer
El último tercio del siglo XIX fue nefasto para el patrimonio artístico de la Catedral de Sevilla. Dos rayos caídos el 26 de abril y el 20 de junio de 1885 causaron destrozos en la torre sur de la Giralda; el 1 de agosto de 1888 se hundió un pilar del coro arrastrando la bóveda, la vidriera, el órgano y la reja. El 24 de marzo de 1889, un incendio destruyó cuadros, documentos y mobiliario y afectó al lado derecho de la Capilla de la Antigua, habilitada como almacén y oficina de las obras de restauración de dicho incendio.
La suerte de Sevilla y del Cabildo catedralicio es que entonces estaba en pleno apogeo José Gestoso (1852-1917), que intervino como perito, restaurador o asesor artístico para mitigar tanto infortunio de la naturaleza o de la negligencia humana.
17 es el número clave del homenaje que la diócesis le hace a Gestoso: es el número de referencias que se pueden visitar en la Catedral convertida en recinto expositivo, un recorrido que empieza en la referida capilla y termina en la Giralda, a la que aportó capiteles musulmanes de su colección particular.
Nuria Casquete de Prado, historiadora y biógrafa de Gestoso -la biografía se presenta el lunes en la Academia de Bellas Artes- dirigió una emotiva visita presidida por Juan José Asenjo, arzobispo de la diócesis, impresionado por la obra de "un hombre enciclopédico, un humanista".
Historiador, poeta, pintor, ceramista, arqueólogo, bibliotecario, biógrafo de Valdés Leal, coleccionista de autógrafos como los que tenía de Rubén Darío o de Eugenia de Montijo, a quien acompañó en su visita por el Alcázar. La visita contó con la presencia de una nutrida representación de familiares de Gestoso.
Vecino de la calle Gravina, se casó con Maria Daguerre D'Hospital Buisson y tuvo cuatro hijas: Eugenia, Paz, Salud y Josefina. Con 89 años recién cumplidos, María Medina Gestoso, nieta del humanista, nacida en El Escorial, destacó de su abuelo que "era un estudioso, pero por encima de todo era un enamorado de Sevilla".
"Echo de menos a mi abuela, que se pasaba todo el tiempo hablando de su abuelo", decía María Aguilera Aranaz, una de las cuatro tataranietas que estuvieron en la visita catedralicia. Dos historiadoras del Arte, la propia María y Myriam Barón, Beatriz Aguilera y Cecilia Franco.
Gestoso gestionó el traslado desde La Habana y montaje del mausoleo de Cristóbal Colón; dibujó la bandera de San Fernando; creó el Museo Arqueológico Municipal; promovió la llegada a Sevilla de los restos de Gustavo Adolfo Bécquer, junto a los que reposan los suyos en el Panteón de Sevillanos Ilustres; fue retratado por Sorolla o por García Ramos, aunque es el retrato que le hizo José Macías y Macías el que sirve como icono de la exposición diseñada con mimo y rigor por Páginas del Sur.
De las cuatro hijas a las cuatro tataranietas; por medio, bisnietos como Ignacio Martínez o Javier Aguilera, arquitecto. Diseñó y dibujó los 25 azulejos alusivos a las Novelas Ejemplares de Cervantes, uno en la Puerta del Lagarto, otro junto a la del Perdón.
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