Urbanismo estudia una nueva ubicación para la placa de Martínez Montañés retirada de la Magdalena
Los promotores del hotel han realizado esta propuesta al Ayuntamiento que pide que se justifique su correcta visibilidad desde la plaza
El aniversario más triste de Martínez Montañés
Desplazada en la calle José de Velilla. Esta es la propuesta que los promotores del hotel de la Plaza de la Magdalena han trasladado al Ayuntamiento para reubicar la placa en la que se recuerda que en este espacio, que antiguamente ocupaba la parroquia, está enterrado Martínez Montañés. Los técnicos de la Gerencia de Urbanismo se encuentran ahora estudiando esta nueva ubicación para la lápida conmemorativa. Uno de los condicionantes para que se pueda aprobar el traslado es que quede suficientemente visible desde la plaza, ya que ofrece una importante información histórica sobre el lugar y un personaje capital en la Historia del Arte.
La desaparición de la placa de Martínez Montañés de su ubicación en la Plaza de la Magdalena ha generado una importante polémica desde que comenzaran las obras del hotel. Esta controversia ha estado alimentada por la poca información que el Ayuntamiento ha trasladado sobre le vuelta de la lápida a la plaza. Según ha podido saber este periódico, los promotores del hotel hicieron al Ayuntamiento la última propuesta para recuperar este elemento en enero. El planteamiento que estudia la Gerencia de Urbanismo consiste en presentar la placa encastrada en un marco metálico y situada sobre la fachada norte de uno de los edificios del hotel, concretamente el número 26 de Rioja, por lo que quedaría instalada en la calle José de Velilla.
La reubicación en su lugar original, el otro edificio que estuvo ocupado primero por Galerías Preciados y después por El Corte Inglés, queda prácticamente descartada por motivos de seguridad, ya que el nuevo revestimiento de la fachada no permitiría el anclaje de un elemento pesado y de esas dimensiones.
La reposición también está a expensas de la reproducción de la dedicatoria de su reverso. Como avanzó este periódico, tras retirarse de la pared en la que se instaló en el año 1937, se descubrió que el material había sido reutilizado. La placa recordaba en su cara oculta a Vicente Picaluga García, académico que fuera director de la Escuela Superior de Artes e Industrias y Bellas Artes. Este homenaje data de 1907, pero se desconoce dónde estaba instalada y porqué se decide reutilizarla para honra de Martínez Montañés. Esta circunstancia habría generado el retraso en la recolocación. Los promotores ya habrían contactado con la escuela de artes para reproducir este reverso y así salvar este escollo.
Durante los últimos meses se han estudiado diversas ubicaciones para la placa de Martínez Montañés. Una de los propuestas era trasladarla a la fachada de la Parroquia de la Magdalena. Esta ubicación fue rechazada puesto que la actual parroquia era el convento dominico, y porque una de las funciones de la lápida era ofrecer información histórica sobre el lugar, quedando descontextualizada con este desplazamiento. También se planteó su reubicación sobre un pedestal en la propia plaza, permitiéndose así su doble lectura. Finalmente, la opción elegida es la de mantenerla sobre fachada, aunque en una ubicación distinta a la original. Ahora tendrán que ser los técnicos municipales los que determinen si mantiene la notoriedad de antaño en el lateral de uno de los edificios.
Una vinculación de más de un siglo
La vida de Martínez Montañés estuvo fuertemente ligada a la antigua Parroquia de la Magdalena, derribada en 1811 durante la invasión francesa. Su familia estuvo vinculada con esta iglesia durante más de un siglo. El primer documento que se conserva de Martínez Montañés en el archivo parroquial data de 1598 y recoge el nacimiento del segundo hijo de su primer matrimonio con Ana de Villegas. Ese mismo año se instaló en la calle de la Muela, actual O’Donnell.
El archivo de la Parroquia de la Magdalena conserva otros muchos documentos relacionados con el imaginero, que fue feligrés ilustre junto con Zurbarán o Murillo, como el documento de su segundo matrimonio o el certificado de defunción fechado el 18 de junio de 1649.
La placa, con categoría de monumento, fue instalada en 1937 por la Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría. Como explica el Diagnóstico de los Monumentos Públicos de la Ciudad de Sevilla, "esta lápida es resultado de una iniciativa cultural que recuerda un hecho histórico relacionado con este lugar. En este sentido, debe entenderse como un monumento homenaje al escultor Juan Martínez Montañés. También aporta información histórica sobre este lugar".
El texto de la misma dice lo siguiente: "Juan Martínez Montañés yace sepultado en esta plaza, antigua iglesia parroquial de Santa María Magdalena y tuvo el taller de sus famosas esculturas en casa cercana a dicho templo".
La Plaza de la Magdalena, que es resultado de una transformación urbanística acontecida entre 1840 y 1850, perdió sus bellos edificios de finales del siglo XIX. Ahora, tras la remodelación del espacio, esta lápida, es el único eco que queda del pasado ilustre de la plaza.
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