“¿El lugar histórico en la Semana Santa? Hoy en día no es un axioma que haya que seguir”

Francisco Vélez | Presidente del Consejo de Cofradías de Sevilla

Cerrados los cambios de la Semana Santa de 2023, el presidente se muestra satisfecho con lo conseguido pero se abre a nuevos cambios si así lo demuestra la práctica

Del ideal Jueves Santo a los cambios de recorridos de la Madrugada

Estos son los diez cambios más importantes de la Semana Santa de Sevilla 2023

Francisco Vélez en la azotea de la sede del Consejo de Cofradías.
Francisco Vélez en la azotea de la sede del Consejo de Cofradías. / Juan Carlos Vázquez

La profunda reforma de la próxima Semana Santa es uno de los temas más recurrentes de la ciudad en los últimos días. El presidente del Consejo, Francisco Vélez, se comprometió a tenerla cerrada antes de Navidad y así ha sido. Con la sensación de haber hecho un buen trabajo, el máximo representante de las hermandades reflexiona sobre cómo sido el proceso. Reconoce que hay jornadas, como el Miércoles Santo, que no son del todo de su agrado, y se muestra abierto a analizar nuevas configuraciones. Sobre el otro gran asunto, la pérdida de sillas de Sierpes, asegura que no le es agradable, aunque advierte que era imperioso llevarlo a cabo.

–No se le puede acusar de cobarde con la reforma de la Semana Santa. Ha cogido el toro por los cuernos.

–Eran algo que teníamos que hacer y llevábamos muchos años pensándolo. Cada año que pasaba las circunstancias nos rebasaban y había algo que hacer para reordenar la Semana Santa. Lo hemos acometido con seriedad y con criterio. Empezamos a trabajar inmediatamente después de tomar posesión. En septiembre comenzamos. Nos impusimos un calendario para que no se dilatara. Y se ha comunicado el día 19. Hemos cumplido escrupulosamente. No era bueno que se llegara a la cuaresma con este debate abierto. En ese momento salen muchos temas recurrentes y pensábamos que la cuaresma no debía ser objeto de este debate. Tenía que llegar todo completamente organizado. Lo hemos hecho. No ha sido fácil. Tampoco lo creíamos. Pero hemos conseguido sacarlo adelante con el esfuerzo y la colaboración también de las hermandades.

–Lo venía advirtiendo el Ayuntamiento. La Semana Santa necesitaba de una catarsis. ¿Cuánto ha influido en la reordenación?

–Esta reforma no era sólo cuestión del Ayuntamiento. Cualquier sevillano, cofrade o persona con responsabilidad en el mundo de las hermandades lo estaba viendo. Se pedía a gritos. Con el Ayuntamiento mantenemos una extraordinaria relación. Ellos no han hecho indicaciones concretas. Sabemos que somos partes complementarias y cuáles son nuestras competencias. Nosotros tenemos que cumplir unos mínimos de seguridad, siempre con el conocimiento del Ayuntamiento que está satisfecho con la forma en la que hemos acometido la reforma. No obstante, cualquier cosa que surja y que el Ayuntamiento entienda que no cumple con los requisitos, lo hablaríamos y lo solucionaríamos. Vamos de la mano y colaborando, que es como salen las cosas bien.

"La reforma que hemos acometido es un hito. Pero cualquier aspecto que haya que modificar lo haremos”

–¿Cómo de satisfecho está con el resultado final?

–Muy satisfecho. Esto ha sido un hito. Nunca había sucedido en el ámbito de las hermandades. También estoy con cierta expectación. Estoy convencido de que va a salir bien. Todos los ingredientes puestos encima de la mesa nos hacen pensar que el resultado será agradable y satisfactorio. No obstante, cualquier aspecto que haya que modificar se haría. Siempre he dicho que lo vamos a hacer con un carácter experimental. Creo que caben ya pocas variaciones. Hay jornadas en las que no hay que tocar nada, por lo menos sobre el papel. Si no lo veríamos, como ocurrió con el Martes Santo, donde de manera modélica se puso en marcha un proyecto que no satisfizo del todo y ahora se ha vuelto a poner otro que mejora el anterior. Incluso hay uno previsto para el próximo año en el caso de que no satisfaga los objetivos.

Francisco Vélez durante la entrevista.
Francisco Vélez durante la entrevista. / Juan Carlos Vázquez

–¿Qué ventajas o mejoras va a tener la Semana Santa de 2023 con respecto a 2022?

–Los días han mejorado. La concatenación de hermandades que había en algunas jornadas ha desaparecido en una gran parte. Hay días en los que la alternancia es absoluta, como el Jueves Santo. Ha mejorado mucho. Ya lo veremos. A eso le añadimos la mayor seguridad que va a tener la calle Sierpes, con más espacio para que los pasos y los cortejos pueden pasar con más seguridad y de forma más racional. Tengo fe en que en la próxima Semana Santa se vean unas mejoras importantes.

–¿La Madrugada queda ya solucionada?

–Cabe hacer más cosas, evidentemente. Este cambio es bueno porque hay tres hermandades, Calvario, Silencio y Esperanza de Triana, que se ven más desahogadas. Y el Gran Poder, al que hay que agradecerle su sacrificio, me parece que recorrerá apenas 68 metros más.

"En la Madrugada cabe hacer más cosas. Pero el cambio es bueno porque alivia la situación de tres cofradías”

–Los Gitanos ha vuelto a pedir un adelanto y su puesto histórico.

–Esto es algo tradicional en el cabildo de toma de horas. Entiendo que la Madrugada necesite más tiempo. ¿El lugar histórico? Hoy no es un axioma que haya que seguir. Este año se han cambiado puestos en las nóminas de distintos días. La antigüedad no es intocable. El adelanto que pide los Gitanos es de más calado porque afecta a más de una jornada. Habrá que acometerlo cuando proceda y de una manera monográfica para el Jueves y la Madrugada.

–La Madrugada tiene además un problema de tiempo de paso de las hermandades.

–Cada hermandad seguirá haciendo su propio esfuerzo. Hay que agradecerles lo que hacen. Como pasan los nazarenos de la Madrugada es algo encomiable. Pero ahora mismo no hay más tiempo. Tendremos que buscar posibilidades para que la Madrugada tenga más tiempo de paso porque el crecimiento ha sido grande. Por delante está condicionada por el Jueves Santo y en su final por los cultos de la Catedral. Hay que buscar la manera de aliviar ese corsé.

Francisco Vélez en la azotea de la sede del Consejo de Cofradías.
Francisco Vélez en la azotea de la sede del Consejo de Cofradías. / Juan Carlos Vázquez

–El Miércoles Santo ha alcanzado un acuerdo con la oposición frontal de algunas hermandades. El Cristo de Burgos, por ejemplo, ha pedido al Ayuntamiento que no lo valide. ¿Qué tiene que decir?

–Son errores que se cometen a causa del disgusto inicial. Yo creo que cuando se madure no se debe dar. A mí no me gustan los comunicados. Los trapos sucios, como se dice, hay que lavarlos en casa. El Consejo está para ayudar a las hermandades. Airear los problemas es disparar la polémica. Estas cosas son malas para las propias hermandades que sacan el comunicado, para la jornada, para la Semana Santa y para todos los que conformamos la Iglesia de Sevilla. No debemos dejar que estas cosas se desboquen, y así sucede cuando saltan a las redes sociales.

"Tenemos que buscar la manera de que la Madrugada disponga de más tiempo de paso”

–Una de las cuestiones que llama la atención es que a tres hermandades de San Lorenzo, cuyo punto más alejado de su sede canónica es la Catedral, se las mande de vuelta por el Postigo. El Buen Fin ha protestado enérgicamente.

–El tema del Buen Fin me duele. Creo que no es el recorrido que en puridad les puede corresponder. Pero siempre dijimos desde que se pusieron los criterios en septiembre que no hemos querido que fuera una imposición desde esta casa. Por eso queríamos que fueran los hermanos mayores los que resolvieran los problemas de sus días por una mayoría cualificada. Se ha hecho. En muchos días ha sido un resultado muy aceptable. Pero el Miércoles Santo parece que no ha sido el más acertado. Para el año que viene le tenemos que dar una pensada desde el Consejo. Hay cosas que tenemos que corregir salvo que la práctica nos diga lo contrario.

Francisco Vélez durante la entrevista.
Francisco Vélez durante la entrevista. / Juan Carlos Vázquez

–¿Ha echado en falta más colaboración o más espíritu fraterno en algunas jornadas?

–Todo se ha desarrollado razonablemente bien. Siempre se echa en falta y se desea más colaboración. Pero no sé si es porque ha habido menos o porque se esperaba más.

–¿Qué le diría el presidente del Consejo a aquellas hermandades que se han podido sentir más perjudicadas?

–Vamos a comprobar este año como funcionan las reformas y en función de ello veremos. No es algo inamovible. Intentaremos que esos perjuicios se vayan mitigando.

"La reforma del Miércoles Santo parece que no es la más acertada. Para el año que viene le daremos una pensada”

–La historia de la Semana Santa está marcada por cambios de orden o de días y sin ningún tipo de cisma o traumas. ¿A qué cree que se debe el inmovilismo actual?

–Creo que los hermanos mayores, como también los miembros del Consejo, estamos muy presionados y condicionados.

–Finalmente el Santo Entierro Grande será sólo para abonados. ¿Le hubiera gustado que tuviera una zona de público libre?

–Sí, me hubiese gustado. Se ha intentado pero no ha sido posible. Es una pena porque hubiera evangelizado a muchas personas que sólo podrán verlo por televisión. Las circunstancias han sido las que han sido. Desde aquí retiramos la propuesta cuando vimos que había algunas discrepancias.

–¿Va el Consejo a promover una procesión magna de glorias?

–Cuando acabemos con los retos del Santo Entierro Grande y el Congreso de Religiosidad Popular nos quedarán dos años todavía. Creo que hay algo que hacer con las hermandades de gloria. Es una afán de este Consejo que estos años algo se haga.

Francisco Vélez en la azotea de la sede del Consejo de Cofradías.
Francisco Vélez en la azotea de la sede del Consejo de Cofradías. / Juan Carlos Vázquez

–El Consejo por fin ha decidido meterle mano a la peligrosa calle Sierpes. ¿Qué tiene que decirle a aquellos abonados afectados?

–Las cartas salieron la semana pasada. Ya hay un gran número de abonados que la han recibido. Es algo que a mí no me gusta. Me tiene bastante disgustado. Pero era inevitable. La calle adolecía de una falta absoluta de seguridad. El propio Ayuntamiento está en esto con nosotros. Había que hacerlo. Es triste, vamos a intentar reubicar a todos. Otra cosa es que no le podamos ofrecer ni la calle Sierpes ni las sillas que tenían. Será en otras zonas, lo que va a provocar el malestar de muchos. Pero los primeros en sentirlo y lamentarlo somos nosotros. Pero no teníamos otra opción. Porque si llega a ocurrir algo nos íbamos a lamentar por lo que no se hizo.

"La reforma de la calle Sierpes me tiene muy disgustado, pero era algo inevitable. Había que hacerlo”

–¿Cuánto subirán las sillas?

–Estamos en negociaciones con los proveedores y subirán la media de lo que nos cueste de más el montaje para no perder poder adquisitivo. Quiero recordar que llevamos seis años sin subir las sillas. Con el coste de la vida disparado, subiremos lo que tengamos que pagar de más. Todos los costes han subido.

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