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La Amargura será restaurada entre diciembre y febrero por Gutiérrez Carrasquilla

Así regresa la Virgen de la Amargura tras su restauración

El Señor del Silencio será intervenido en cuaresma y San Juan, en noviembre

Los trabajos, salvo los de San Juan, serán en las dependencias de la hermandad

La Amargura saliendo de San Juan de la Palma el pasado Domingo de Ramos / José Ángel García

La Hermandad de la Amargura ha aprobado en cabildo general extraordinario celebrado en la noche del martes la restauración de la Virgen de la Amargura, del Señor del Silencio y de San Juan Evangelista. Las intervenciones serán acometidas por Enrique Gutiérrez Carrasquilla. Tan sólo la imagen de San Juan será trasladada al taller del restaurador, que acometerá los trabajos en el Señor y la Dolorosa en las propias dependencias de la corporación. La Amargura será retirada del culto a mediados de diciembre y regresará al culto a principios de febrero.

En los próximos días, cuando la iglesia se encuentre cerrada al culto, se le realizará a la Dolorosa una Tomografía Axial Computarizada (TAC) para completar el informe de conservación de la imagen. Dependiendo de su resultado, se procederá a la consolidación de la grieta que presenta en el rostro y el sellado de la misma, así como a la reintegración de policromía de la misma.

La Virgen de la Amargura. / José Ángel García

La restauración en la Virgen consistirá en una limpieza superficial del rostro y las manos debido a la suciedad acumulada en los últimos años, la fijación generalizada de la policromía incidiendo de forma especial en los bordes de la grieta del lado izquierdo del rostro, la reintegración de las pérdidas de policromía producida por picotazos de alfileres en sienes y base del cuello, la reintegración de pérdidas de policromía en las manos (no los desgastes), la eliminación de las pestañas y los excesos de pegamentos en los párpados, la reintegración de pérdidas en estas zonas una vez eliminados los pegamentos y la realización y colocación de nuevas pestañas acordes con la estética tradicional de la imagen.

Por su parte, el Señor estará en restauración durante 10 días de la próxima cuaresma para la eliminación de exudaciones de resina, reintegrar el soporte de un mechón de pelo, eliminar manchas de las manos y reintegración de pérdidas de policromía (no los desgastes) provocadas por los besamanos y la reintegración de desgastes en los pies.

El Señor del Silencio el pasado Domingo de Ramos. / José Ángel García

La imagen de San Juan será la que más tiempo esté en restauración, dos meses. Será retirado en noviembre para una limpieza superficial de rostro y manos, la eliminación de cera de los pies y peana, la reintegración de pérdidas de policromía por picotazos de alfileres, la optimización de la zona de inserción de los pasantes para la fijación de las manos, mediante la colocación de tubos pasantes que eviten el roce con la madera, el reensamblado del dedo índice de la mano izquierda y reintegración de policromía de la zona afectada, la consolidación de los ensambles de la peana y eliminación de la zona en degradación sustituyéndola por injertos de madera y resina epoxi, la colocación de piezas fijas de latón para la sujeción del embellecedor de plata de la peana y la sustitución de las pestañas por unas más acordes con la expresividad del rostro.

Restauraciones anteriores

El Señor del Silencio ha tenido varias restauraciones a lo largo de de los años, como las de Emilio Pizarro en 1881, José Ordóñez en 1913 y 1917, Manuel Galiano en 1928, Buiza en 1959 y 1974, Peláez del Espino en 1980 y, la última, en 1995, por Fuensanta de la Paz en el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. Esta última intervención consistió en adaptar un nuevo sistema de sujeción en las articulaciones, eliminar un ataque de insectos xilófagos, resanar desperfectos en la espalda producidos en una restauración anterior y una limpieza de la policromía.

La última restauración en profundidad de la Dolorosa también data de hace casi 25 años. En 1996, los hermanos Raimundo y Joaquín Cruz Solís e Isabel Poza acometieron una limpieza completa. En 2008 la Virgen fue objeto de una intervención menor realizada por Enrique Gutiérrez Carrasquilla. Consistió en una leve fijación en el cuello de la imagen y la adopción de un nuevo sistema de sujeción en los brazos.

La Amargura ha sufrido otras intervenciones a lo largo de su historia, como explica la hermandad. En 1763, Benito de Hita y Castillo le hace un cuerpo y un candelero nuevo para que adoptara una posición dialogante con la imagen de San Juan. En 1832, Juan Bautista Petroni le recompuso los brazos y Manuel Rossi la restauró en 1886. Una intervención muy conocida es la que realizó en 1893 Antonio Susillo tras el incendio que sufrió el paso el Domingo de Ramos. El excepcional escultor le realizó las actuales manos. haciéndole además manos nuevas.

La Dolorosa también fue restaurada por Manuel Gutiérrez-Cano Reyes en 1902, Emilio Pizarro en 1912, Sebastián Santos en 1933 y 1941, Juan Miguel Sánchez en 1949 y 1961, quien restaura cuello y rostro, y Francisco Buiza en 1975, haciéndole un candelero nuevo.

En cuanto a San Juan, entre otras intervenciones, fue también restauradado por Susillo en 1893, por Sebastián Santos (1933 y 1941), Francisco Buiza (1972) y los hermanos Cruz Solís e Isabel Poza, en 1996, haciéndole una limpieza completa, como a la Dolorosa.

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