Alarma por la adicción a los juegos de azar: se estrenan con apenas 15 años y el 70% repite
Día sin juego de azar | 29 de octubre
El 3,8% de los chicos de 15 a 18 años tiene una conducta de riesgo en juegos con apuestas
Un estudio de la Diputación de Huelva revela que la edad media de inicio de esta práctica se sitúa en los 15,6
La proliferación de casas de apuestas y salones de juego dirigidos a una clientela joven, a la que se enfoca la publicidad, es mucho más que una percepción ciudadana. Es una realidad que, si no se toman medidas de prevención y regulación, se reflejará en los próximos años en un aumento de las adicciones al juego, la ludopatía, con consecuencias tan graves desde el punto de vista psicosocial como las de cualquier droga.
Así se ha trasladado este martes -29 de octubre, Día sin juegos de azar- en unas jornadas organizadas por la Federación Andaluza de Jugadores Rehabilitados (Fajer) y la Consejería de Salud y Familias, en la Casa de la Provincia, con la colaboración de la Diputación de Sevilla, en las que se ha presentado uno de los pocos estudios realizados sobre la prevalencia del juego en adolescentes, con el reto de dar herramientas para detectar de forma precoz síntomas de una adicción patológica.
Se titula Juegos de apuestas y predicciones psicosociales en adolescentes en la provincia de Huelva, aunque sus datos son extrapolables a la cercana Sevilla. Con 2.500 encuestas que suponen casi el 9% de la población entre 15 y 18 años de esa provincia, los resultados apuntan a un "panorama francamente sombrío", según Alfonso Ramírez de Arellano, jefe de servicio de la Unidad de Prevención Social de la Diputación onubense.
Más del 39% -prácticamente cuatro de cada diez adolescentes- ya han jugado y apostado con dinero antes de los 19 años. Es una cifra muy elevada, dado que la tasa de continuidad es del 70%. Es decir, la mayoría de los que juegan una vez repiten.
Además, el 3,6% de los encuestados ya presentan conductas de riesgo con el juego, por la frecuencia de la actividad, al mismo nivel del consumo de alcohol y el cannabis. No obstante, han recordado que se trata de una práctica que lleva relativamente poco tiempo extendida en nuestro territorio. El 1,8% de los encuestados ya es un jugador "problemático".
El estudio, que se ha hecho en colaboración con la Universidad Miguel Hernández, refleja que la edad media de inicio está en 15,6 años, cuando se supone que la práctrica está prohibida a menores de edad.
La conducta se da principalmente entre los chicos: el porcentaje se eleva al 58%, es decir, seis de cada diez menores ha apostado. En las chicas, está en el 31%.
Jugar al fútbol, factor de riesgo
Antonio Pelayo, técnico de la Diputación de Huelva, ha destacado que si el deporte ha sido un "factor de protección" de cara al consumo de drogas, en este aspecto es factor de riesgo. Porque la práctica totalidad de los chavales que practican fútbol también apuestan, en grupo normalmente.
El estudio refleja que la publicidad es efectiva, que se juega con la expectativa de ganar y con una percepción de riesgo "muy baja", entre otras cosas, por la falta de regulación que tiene efectos siempre de cara a la opinión pública. La presión del grupo es determinante (como con cualquier droga, una de las claves en el inicio del consumo es que se convierte en una forma de socialización), de ahí que una de las claves que se han apuntado para prevenir la adición sea la "prevención entre iguales".
Cuando los padres juegan el riesgo de que los hijos lo hagan también es mayor. En el caso de Huelva, hay pocas diferencias entre zonas costeras, más pobladas, o rurales. Paradójicamente, es en la comarca del Andévalo, más aislada y de municipios más pequeños, donde las tasas se disparan, según se cree, porque los adolescentes comparten los lugares de ocio con otros jóvenes adultos. Los expertos inciden también en que apostar sale normalmente más barato que cualquier otra actividad de ocio.
Durante las jornadas se ha puesto de relieve que hay que hacer un esfuerzo en la prevención, pero que las medidas de este tipo serán poco eficaces sin la regulación del juego, en cuanto a la publicidad, la accesibilidad y la disponibilidad.
"Hay una barra libre" en todos esos aspectos, en palabras de Antonio Pelayo, que apunta que las empresas lo saben y se están aprovechando mientras dure. Pero también ha recordado que, aunque no haya una ley, los ayuntamientos pueden regular los lugares en los que pueden abrir este tipo de salas.
En las jornadas han participado más de un centenar de expertos en el tratamiento de adicciones. También se ha trasladado que aunque la ludopatía es una enfermedad crónica que necesita tratamiento se puede dejar de jugar.
La demanda de tratamiento por juego patológico supone ya el 5,4% en Sevilla
El 5,4% de las 4.454 personas que iniciaron o reiniciaron tratamientos por adicciones en la provincia de Sevilla durante el año 2018, el último del que hay datos cerrados, lo hicieron por juego patológico, lo que supone 239 casos, según la Memoria de la Red Provincial de Drogodependencias y Adicciones de Sevilla, que gestiona la Diputación, con 27 centros de tratamiento ambulatorio en la provincia. La edad media de los que pidieron ayuda por este problema es de 38 años, lo que supone una de las más bajas sólo superada por la cocaína, en la que la edad media se situó en 35 años. La gran mayoría fueron hombres, con sólo once mujeres, si bien, como ocurre con otras cosas, la conducta está mucho más estigmatizada en mujeres y el problema aflora con más dificultad cuando existe.
En el conjunto de Andalucía, han sido 1.083 personas atendidas en 2018, la cifra más alta de la serie histórica y que está creciendo desde 2015. Los datos de 2019 (910 casos, hasta octubre) apuntan a que se alcanzará un nuevo récord. El 1% eran menores de edad. El 70% juega de forma presencial, aunque se estima que las nuevas tecnologías y los juegos on line supondrán un importante cambio que se reflejará en unos cinco años en la demanda de tratamientos.
El director del Centro Provincial de Drogodependencias, José Tenorio, ha destacado durante su intervención en las jornadas, que si hasta hace unos años las personas que acudían a pedir ayuda por su adicción al juego tenían entre 45 y 55 años y lo hacían con su mujer y familia, ahora el perfil ha cambiado: tienen entre 25 y 35 años y suelen venir acompañados de sus padres, sobre todo de su madre. "Hay verdaderos dramas", ha señalado, porque es difícil que el chico comprenda que tiene una adicción.
Francisco Abad, presidente de Fajer, ha destacado que el grupo de jóvenes con ludopatía de entre 18 y 25 años es ya el tercero más numeroso de los que tienen y que a sus asociaciones llegan chavales con 16 años y deudas de entre 12.000 y 20.000 euros que han contraído con prestamistas ilegales debido al juego y que son difíciles de denunciar. "El ojo de la diana está en los jóvenes", ha corroborado, y señala que pasa como con la botellona, que aunque esté prohibido el juego con apuestas para menores, o no se controla o éstos manda a un adulto a hacer su apuesta. Además de regulación, han reclamado que se controle de forma efectiva el acceso a estos locales de apuestas a menores de edad.
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