Las casas de apuestas se triplican en varios barrios y despiertan el rechazo ciudadano
Sevilla se suma al movimiento nacional para frenar estos negocios
Los riesgos ya se comparan con los de la heroína
Alcalá de Guadaíra, primer ayuntamiento que paraliza las licencias
El sector se defiende
Apuestas y hora feliz. La oferta es imbatible para un grupo de jóvenes aún imberbes que se concentra al término de las clases en la Macarena. Se cruzan con otra pandilla que se acaba de bajar del autobús. Vienen de La Rinconada, otros de Brenes con algunos euros en el bolsillo y con la intención de seguir probando suerte en las grandes casas de apuestas de la capital, donde pueden pasar una tarde viendo fútbol, entre un sinfín de competiciones, en grandes pantallas, ordenadores e invitaciones para hacer mil y una combinaciones que siempre apuntan a un posible premio. Y todo eso con una consumición, gratis o casi regalada en la mano. “Jarras de cerveza helada de medio litro a 1,50 euros”.
Es la publicidad en redes que atrae también cada viernes a muchos jóvenes hasta Triana, por citar un barrio donde abundan estos establecimientos. En Pagés del Corro es fácil toparse con cartelería con el siguiente reclamo: “Si apuestas 3 euros hoy, puedes ganar 1.458”. Es el plan perfecto para muchos jóvenes de 18 o veinte y pocos años. Incluso de algunos menores que prueban, con éxito, sortear los controles en locales donde la contraseña de entrada debería ser el DNI. Un nuevo modelo de ocio que gana la partida y que preocupa mucho porque encierra bastante más detrás.
El juego online se impuso hace unos años con fuerza de la mano, fundamentalmente, de las apuestas deportivas. Las apuestas en línea se legalizaron en España en 2006, cuando ya eran todo un fenómeno social en Reino Unido. En 2008 abrieron las primeras casas de apuestas, pero fue en 2011 cuando el panorama se revolucionó con las apuestas deportivas. Un teléfono móvil y una tarjeta de crédito son el pasaporte para jugar en tiempo real en cualquier competición del mundo. Las posibilidades sorprenden incluso a quien no tiene interés por el deporte: es posible arriesgar a decenas de partidos en vivo o por disputar incluso, se puede ir apostando qué jugador recibirá una tarjeta, quién marcará y en qué minuto... 30 ó 40 deportes y ligas donde elegir en España y fuera. Fútbol y hasta carreras de galgos, surf y e-sports.e-sports
193 salones en Sevilla y 750 terminales
Una fiebre online que permitía jugar sin moverse de casa y que acabó por extenderse a un sector más amplio de la población cuando las pantallas de las apuestas deportivas entraron en los salones recreativos y apareció la posibilidad de apostar también de manera presencial. Desde esto hace dos años, cuando se extendió un modelo franquiciado de marcas cada vez más familiares como Luckia, Codere, 888 Sport, Betfair, Bet365, Sportium o Bwin... Tiendas de apuestas hay sólo seis en toda Andalucía y de ellas, una está en la capital hispalense. Actualmente hay 193 salones de juego en la provincia de Sevilla, una cifra que revela un aumento del 25% en los últimos cinco años. Y el número de terminales repartidos en salones asciende a 750 de los 3.800 contabilizados en Andalucía, según los últimos datos publicados por la Junta de Andalucía.
La explosión tuvo lugar en 2017.La explosión tuvo lugar en 2017 El aumento de este tipo de negocios ha ido creciendo en Sevilla en torno a un 15% cada año desde entonces. Los cálculos apuntan que los locales de apuestas se han triplicado en algunos barrios de Sevilla. Especialmente llamativo es el crecimiento en la zona Sur, en el entorno de las zonas más deprimidas y en distritos como Cerro Amate. En algunos de esos puntos, además, la presencia de este tipo de negocios ha dado lugar a conflictos de orden público. En marzo, la Policía Local de Sevilla, tras la denuncia de los vecinos, precintó un local en la avenida de la Paz por permitir la entrada a menores, pero también requisó pequeñas cantidades de droga y un arma blanca a uno de ellos. Y hace sólo unas semanas la Policía Nacional detuvo a cinco personas por incendiar un salón en el Polígono Carretera Amarilla. Tras el suceso estaba el intento de uno de los agresores de hacerse con el monopolio de las apuestas en la zona.
Son casos extremos, pero la prueba de que estos negocios comienzan a proliferar en ambientes delictivos. También en barrios humildes, obreros, con mucha población juvenil en paro que se convierte en carne de ludópta con facilidad. Y esa realidad es la que ha hecho estallar un debate nacional debate nacionalque ha sacado ya a las familias a la calle. La semana pasada hubo una gran movilización en Madrid, pero en Sevilla el movimiento existe y hace un año que colectivos menores han empezado con una labor de denuncia y concienciación.
“La patronal del sector del juego dice que estamos generando alarma social y no es así”, explica José Jiménez, presidente de Asejer, la única asociación de jugadores patológicos que existe en la provincia de Sevilla. Cada año abren ficha a una media de 300 personas, 200 familias que acuden para buscar terapias que las ayuden a sobrevivir al juego patológico. Antes eran las tragaperras y juegos como el bingo, ahora el perfil ha cambiado mucho, la edad media del adicto ha bajado 15 años, hasta los 30 de media con el juego online y este tipo de apuestas deportivas, según explica Jiménez.
Una de cada cuatro personas que pasa por Asejer, que abre algunos días hasta tres nuevos expedientes, se ajusta a este nuevo perfil. “Antes eran hombres que venían acompañados de sus esposas generalmente, ahora son hijos que vienen con su madre o su padre y algunos incluso menores de edad que ingresan por adicción a los videojuegos y luego se enganchan con las apuestas”, apuntan en la asociación.
Un problema de salud pública
La desprotección de los menores preocupa desde hace ya un tiempo. En el último informe del Defensor del Menor de Andalucía ya se advirtió sobre los riesgos que conlleva esta adicción sin sustancia y que “amenaza con perder una generación, como ya ocurrió antaño con las drogas”.
No sólo es un problema social, esta ludopatía genera un problema de salud pública. En esto coinciden quienes defienden la necesidad de poner coto a un negocio que no deja de crecer. La Junta de Andalucía ingresa al año 165 millones de euros por impuestos del juego. Todas las apuestas deportivas presenciales están sometidas a una fiscalidad consistente en aplicar el 10% sobre el beneficio bruto obtenido después del reparto de premios, liquidándose la tasa fiscal trimestralmente, lo que da idea del volumen del gasto en este tipo de apuestas, pues las que se hacen online repercuten en la Hacienda nacional.
Algunos utilizan el símil de la droga para visualizar la gravedad del asunto. “Las apuestas online se han convertido en la heroína del siglo XXI”, es el eslogan que utiliza el movimiento ciudadano que la pasada semana organizó una gran manifestación en Madrid. En Sevilla la juventud comunista ha agarrado con fuerza la pancarta y ya ha celebrado alguna concentración en diferentes barrios. El pasado domingo hubo una en Cerro-Amate, en la puerta de un local cercano a un polideportivo. “Hay toda una estrategia de introducción al juego, ofrecen alcohol barato como reclamo y hay un patrón que se repite, pues se instalan cerca de centros de formación y zonas de ocio”, explica Carmen Gutiérrez, convencida de que hay un consenso generalizado en torno a la necesidad de limitar estas casas de apuestas.
Rubén Sánchez, portavoz de la federación de consumidores Facua, confirma que han recibido quejas particulares y no duda en sumarse también a este movimiento aportando, además, tres medidas que considera urgentes: regular esta actividad no sólo a nivel estatal o autonómico, también municipal, limitando la apertura de casas de juego y relegándolas fuera de los núcleos urbanos; prohibir totalmente la publicidad; establecer un régimen sancionador para que los negocios que incumplan la ley no puedan reabrir en menos de seis meses.
El negocio del juego (datos del primer trimestre de 2019)
Las casas de apuestas online obtuvieron un beneficio neto de 193 millones de euros durante el primer trimestre del año. Una cifra obtenida del importe total de las cantidades dedicadas a la participación en el juego, deducidos los premios satisfechos por el operador a los participantes. En el primer trimestre de 2018, los ingresos netos de las casas de apuestas online fueron de 160 millones de euros, un 20% menos que en el presente año.
Esa cifra coincide prácticamente con el aumento porcentual que han experimentado el patrocinio y la publicidad de estas plataformas en los últimos 365 días. En los primeros meses de 2018 se destinaron 44 millones a patrocinios y publicidad. Este año esa cifra ha aumentado a 52 millones, un 19% más.
Las principales ganancias de las empresas proceden de las apuestas, que suponen ingresos netos de 100 millones – en el primer trimestre – para las compañías. El segmento de las apuestas ha crecido un 26% en el último año. El casino (67 millones) y el póquer (21 millones), por su parte, son las otras dos modalidades de juego que más beneficios generan a las empresas.
La media mensual de usuarios activos (cuentas) es de 909.000, un crecimiento del 13% respecto al mismo trimestre del año anterior. Es decir, más de 100.000 cuentas nuevas activas en tan solo un año.
Medidas drásticas que se chocan a menudo con demasiados intereses. Desde Asejer, José Jiménez aboga por lanzar también un guante al sector. “Si son negocios que pagan sus impuestos, dan de alta a sus trabajadores y desarrollan una actividad legal no tienen por qué desaparecer, eso lo entendemos, pero sí deberían ejercer también una responsabilidad social”, comenta, sugiriendo que una parte de sus beneficios (el sector del juego ingresó el año pasado 700 millones de euros por casinos virtuales, apuestas deportivas, póquer y otros juegos de azar en formato digital, tres veces más que en 2013), se destinen a paliar los daños que provoca su negocio. “A la industria del tabaco o el alcohol se las obligó en su día a costear los tratamientos de los adictos a estas sustancias, no es descabellado”.
El juego patológico mata. Como prueba, Jiménez relata el caso de un joven de 35 años, con hijos, mujer y una condena de por vida: una adición al juego que lo llevó a robar en dos ocasiones para conseguir el dinero necesario seguir jugando sin dejar de mantener su casa. Cuando las deudas le hicieron tocar techo inició su rehabilitación, pero, coincidiendo con los juicios pendientes por los delitos cometidos, no pudo soportar la presión y se tiró por la azotea. Ha ocurrido hace un mes en Sevilla.
Deudas de hasta 40.000 euros
Es un caso tan trágico como verídico. Junto a él, en la provincia hay otros 300 dramas de familias destrozadas que suelen lanzar un SOS cuando se ven ahogadas en deudas que superan en muchas ocasiones los 40.000 euros. Es el detonante para que, más que el afectado, su entorno pida auxilio.
Pero la ayuda es poca. La que ofrece Asejer es grandiosa, pero sus recursos son más que limitados. “Al final es el jugador el que tiene que hacer el esfuerzo, depende de él, nosotros sólo orientamos”, comenta el presidente de una asociación, con cinco trabajadores “más otro que es un alquiler de 2.000 euros al mes”, que en el último año no ha recibido ni un céntimo de ninguna administración. Se mantienen con la ayuda de voluntarios que pagan cuotas movidos por la experiencia de haber sido antes pacientes, como es el caso del propio José Jiménez, que sabe lo que es estar pagando durante 17 años deudas a razón de 1.500 euros todos los meses.
Los jugadores en rehabilitación se sienten los patitos feos de las adicciones. No hay ninguna campaña de prevención oficial específica. ¿Por qué? “Imagino que es por el volumen de negocio que mueve el juego...”, apunta Jiménez.
El hermetismo es el denominador común de los gestores de los salones de juego. Cualquier pregunta se interpreta como una intromisión que cierra la puerta. Como patronal, las grandes casas de apuestas sí han dado su opinión. La Asociación Española de Empresarios de Salones de Juego y Recreativos (Ansear) defiende sus inversiones y asegura que sus negocios son legales y generan riqueza y empleo. Es por ello que niegue que los empresarios busquen barrios pobres para instalarse sino que, al contrario, necesitan zonas transitadas para ser vistos porque realizan unas inversiones muy altas. Sólo en marketing y publicidad, a nivel estatal, estas empresas invirtieron 300 millones de euros.
Empleo precario y 8.000 trabajadores
Los números son astronómicos y, según algunos trabajadores consultados, no siempre son acordes con las condiciones laborales. Los datos aportados por la Junta de Andalucía apuntan a 8.000 empleados directos en el sector y 3.000 indirectos en hostelería. “Conozco a gente que trabaja 12 y 14 horas estando contratados por sólo cuatro y no llegan a mil euros al mes por un trabajo que no tiene, además, ninguna valoración social”, confirma Jiménez, recordando el caso de un empleado que le comentó cómo el empresario le dijo el primer día de trabajo que no echara cuenta al ordenador que tenían en la entrada. Ese PC es el instrumento clave para controlar el acceso a los locales. Saber si quien entra es mayor de edad o si se ha autoprohibido en algún momento, por ser jugador patológico.
Muchos coinciden en que las empresas deberían poner los medios para no generar nuevos adictos y, de verdad, fomentar un juego responsable. Pero algunos empleados, que prefieren no dar la cara, aseguran que la consigna que tienen es dejar jugar, cuanto más mejor, y alargar la permanencia del jugador en el local con bebidas y hasta comida gratis si es necesario. A Jiménez lo indigna que, por ejemplo, los empresarios limiten las apuestas a los jugadores que ganan más dinero del apostado algunos días. Y nunca al contrario. “La banca siempre gana y cuando algunos que se creen que controlan se dan cuenta es tarde”, comentan los voluntarios de Asejer.
Multas de Hacienda
Algunas familias descubren el problema de sus hijos cuando les llega una multa de Hacienda por no haber declarado el premio. En el mundo de las apuestas deportivas hay aristas: tener ingresos inferiores a 22.000 euros exime de hacer la declaración de la renta, pero si se supera la barrera de mil euros en ganancias de apuestas deportivas online hay que declararlo. Es el consejo que hace en internet una de las asesorías fiscales sevillanas que se ha especializado en este tipo de juego. La existencia de esas consultorías son una prueba más de cómo el juego online ha experimentado un avance de vértigo, mientras que las soluciones para paliar sus efectos y regular el negocio se eternizan.
El Defensor del Menor lamenta que ocho años después de la entrada en vigor de la Ley estatal reguladora del juego, no existan un reglamento que regule la publicidad. Ahí está una de las claves del problema, en el bombardeo continuo en horario infantil que se produce de este tipo de negocios. Sin ir más lejos, las casas de apuestas patrocinan a todos los equipos de fútbol de la Liga, excepto a la Real Sociedad, cuyos socios decidieron rechazar esta opción. Las mejores estrellas del balón, los ídolos de muchos menores, lanzan mensajes difíciles de combatir y los propios niños pasean las marcas de estos negocios en las camisetas de sus equipos. Quienes defienden la necesidad de regular este tema reclaman también a los clubes de fútbol algún gesto.
A pesar de la ausencia de regulación, sí que se han dado pasos en este campo. Un sonado anuncio del presentador Carlos Sobera para la plataforma 888 fue retirado previa multa por incitar a jugar compulsivamente. Y en Sevilla, en junio, el Ayuntamiento ordenó quitar una campaña en los autobuses de Tussam con la publicidad de una casa de apuestas. Es más, el todopoderoso sector ya ha empezado a financiar algunas investigaciones sobre ludopatía, como es el caso de Codere, a modo de gesto.
Prevenir es fundamental y a ello se dedica también Asejer, que organiza charlas en los institutos con alumnos y padres para concienciar de estos riesgos. Por esta acción se ha interesado estos meses el Ayuntamiento de Dos Hermanas, entre otros. Pero hay algo más, de alcance municipal, que podrían hacer los gobiernos locales: limitar la apertura de nuevos locales y controlar con más celo los existentes.
Los ayuntamientos pueden hacer más
A nivel federal, Izquierda Unida presentó a finales de año una iniciativa para que los ayuntamientos aprobasen mociones encaminadas a revisar las ordenanzas o el PGOU para introducir limitaciones urbanísticas a la implantación de locales en las inmediaciones de espacios frecuentados por menores. Y en el pleno de la capital se llegó a aprobar. “Es algo que se puede hacer. ¿A alguien le resulta un método intervencionista? Se está haciendo con el tema de patrimonio, se ha decidido no dar más licencias de obras en Nervión hasta establecer el catálogo de inmuebles que hay que proteger. Lo mismo se puede hacer con las casas de apuestas mientras se legisla”, apunta Daniel González Rojas, concejal de Adelante Sevilla, que ha insistido con su pregunta al gobierno de Juan Espadas.
No sólo es posible, sino que ya hay un ayuntamiento sevillano, el de Alcalá de Guadaíra, que lo ha hecho. De momento, el de Sevilla asegura que está trabajando en una modificación de la ordenanza de publicidad para restringir mensajes y rótulos de las casas de apuestas, siguiendo el modelo que ya se estableció con la prostitucion. Y, mientras tanto, se están realizando inspecciones para actuar si hay incumplimientos.
El último intento de legislación en Andalucía, fallido
El miércoles fue un día triste para los jugadores en rehabilitación y quienes luchan a su lado. El Pleno del Parlamento andaluz rechazó, con los votos de PP, Ciudadanos y Vox, la toma en consideración de una proposición de ley del PSOE, apoyada por Adelante Andalucía, para limitar las salas de juegos y apuestas y prevenir el juego patológico que afecta “a muchos jóvenes de esta comunidad”.
En resumen, lo fundamental era establecer una distancia mínima de 500 metros de estos negocios con los centros educativos y de ocio frecuentados por menores y que Canal Sur, la radiotelevisión pública, prohibiera este tipo de publicidad, algo que ya pidió el Defensor del Menor hace un año. “El juego va por delante de la ley”, “ya está regulado”, “no es oportuno”, “se destruiría empleo”... argumentos que son difíciles de entender por Alejandro Torre, un malagueño de 22 años que siguió el debate desde las Cinco Llagas. “¿Cuántas familias más tienen que llorar?”, se lamentó en las redes sociales tras confesar su adicción, de la que está rehabilitándose. Sus tuits sí han generado un amplísimo consenso social.
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