El Palmar de Troya: así se 'construye' un ayuntamiento

Dos años de la independencia como municipio

El presupuesto se ha multiplicado, se ha creado el Juzgado de Paz, sede del Registro Civil, y se han movilizado importantes inversiones, pero sigue sin cementerio y sin PGOU

Los vecinos lamentan que se hayan perdido las conexiones con transporte público y falten policías locales

El reto es que se le conozca por algo más que la iglesia palmariana, apostando por el turismo rural

El Palmar de Troya: así se 'construye' un ayuntamiento
El primer alcalde de El Palmar de Troya, Juan Carlos González (PSOE). / Juan Carlos Vázquez
Trinidad Perdiguero

30 de mayo 2021 - 07:00

El 26 de mayo, se cumplieron dos años de las elecciones municipales de 2019 y de un mandato en los ayuntamientos marcado por la pandemia, que ha dejado poco margen para el juego político. Sólo se ha producido un relevo en una alcaldía sevillana –en Los Corrales, en agosto de 2019– y en breve se consumará otro, en Sanlúcar la Mayor. Aunque lo más destacado del balance es el rodaje como municipio de El Palmar de Troya: el número 106 de Sevilla, con 2.343 vecinos. Funcionaba como Entidad Local Autónoma (ELA) desde 2003 y, después de años en los que parecía que la independencia no sería posible, llegó. Obtuvo su segregación de Utrera por decreto de la Junta el 2 de octubre de 2018. Con apoyo de la Diputación, se creó una comisión gestora como primer órgano de gobierno, hasta que de esas elecciones salieron sus primeros 11 concejales. Todos son del PSOE, por cierto.

La actividad en el modesto edificio de la casa consistorial –donde la calle Geranio muta a camino– ha sido frenética. Lo corrobora no sólo el alcalde, Juan Carlos González, sino Irene Morgado, la secretaria-interventora, que tras aprobar oposiciones con 26 años accedió a su primer destino en el pueblo dos meses antes de la segregación y que ha cursado todo un máster: “Se estudia la fusión, creación y segregación de municipios pero es raro, secretarios con 20 años de trayectoria no se han enfrentado a ello”, señala.

La secretaria-interventora, Irene Morgado, que aterrizó en la ELA de El Palmar de Troya  poco antes de la segregación, con 26 años, y está liderando el proceso desde el punto de vista técnico.
La secretaria-interventora, Irene Morgado, que aterrizó en la ELA de El Palmar de Troya poco antes de la segregación, con 26 años, y está liderando el proceso desde el punto de vista técnico. / Juan Carlos Vázquez

Ahora, que la letrada pacense estudia para aspirar a plazas de mayor población, sus preparadores le preguntan. Lo más difícil ha sido “cambiar la cultura” y la forma de trabajar en una entidad que durante 15 años ha contado con el respaldo del Ayuntamiento de Utrera. Con “mucha voluntad, actitud y esfuerzo” de todos los trabajadores se está logrando, dice.

En menos de dos años El Palmar de Troya ha tenido que aprobar casi 30 ordenanzas reguladoras y fiscales, en un proceso con dificultades. Por un error, no se pudo aplicar la del Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) y en lugar de los 97 euros previstos de media se tuvo que ir al mínimo, de 37,40. Se han tenido que firmar convenios con todas las administraciones y el Opaef, porque dejaron de tener validez los de la ELA.

Una de las luchas fue que Hacienda les mantuviera el CIF (Código de Identificación Fiscal), pero no era fácil hacerse entender con los funcionarios de Madrid, ajenos a la realidad de los ocho municipios que surgieron de aquel decreto andaluz: La Guijarrosa y Fuente Carreteros en Córdoba; Fornes y Torrenueva Costa, en Granada; La Zarza-Perrunal y Tharsis, en Huelva, y el gaditano San Martín del Tesorrillo, además de El Palmar. Todos los alcaldes mantienen un activo grupo de whatsapp en el que intercambian dudas, soluciones y logros.

Marta Vázquez con su hija Cayetana, una de las primeras vecinas en cuyo DNI constará como nacida en El Palmar de Troya. En 2020, fueron casi una veintena.
Marta Vázquez con su hija Cayetana, una de las primeras vecinas en cuyo DNI constará como nacida en El Palmar de Troya. En 2020, fueron casi una veintena. / Juan Carlos Vázquez

En estos dos años, en El Palmar de Troya se ha puesto en marcha el Juzgado de Paz y el Registro Civil, en que el se han inscrito los primeros matrimonios y defunciones, pero también los primeros nacimientos de niños, en cuyo DNI figurará que son de El Palmar de Troya. Fueron casi una veintena en 2020, suficientes para mantener una línea de Infantil en el colegio, y las cifras no son malas tampoco en 2021, como asevera Marta Vázquez –con su hija Cayetana de tres meses en brazos– satisfecha con la segregación. "Está funcionando bien, antes había que ir a Utrera para hacerlo todo".

El alcalde –41 años, técnico de emergencias sanitarias, aunque nunca ha ejercido– defiende que la segregación mereció la pena y que, pese al imprevisto de la pandemia, se notará en la calidad de los servicios y en las inversiones. De momento, supone mayor financiación.

Con las competencias delegadas, Utrera hacía el cálculo en función de su población y pasaba el 4,6% de la liquidación de su presupuesto. Pero sólo los ingresos por tasas e impuestos recaudados directamente suponen mucho más. El presupuesto local ha pasado de 1,5 millones en 2018 a 2,6 en 2021. El IBI rústica genera más de 160.000 euros, cuando como ELA obtenían unos 30.000; en el IVTM, aún con el el tipo mínimo, han sido 97.000, más del doble.

La basílica y el complejo de los Carmelitas de la Santa Faz, situados en una colina al oeste del casco urbano.
La basílica y el complejo de los Carmelitas de la Santa Faz, situados en una colina al oeste del casco urbano. / Juan Carlos Vázquez

Esos ingresos y los previstos por la no aplicación de la regla de gasto y el Plan Contigo de la Diputación permitirán importantes inversiones: se ha construido un centro cívico, que acoge el Juzgado de Paz, el centro Guadalinfo y la Biblioteca. El inmueble que ésta ha dejado libre se va a convertir en guardería, que ahora funciona con 41 niños en un edificio de las Hermanitas Salesianas.

El reto de no ser conocido sólo por la iglesia palmariana

El Ayuntamiento ha programado inversiones en materia turística, con el gran reto de no ser conocido por la iglesia de los Carmelitas de la Santa Faz, que cumplió medio siglo de historia el año de la segregación de la localidad de las apariciones. O no sólo por eso, porque el alcalde admite que las historias de los del Papa Clemente –el templo en una colina, el pueblo en la otra conforme se accede desde Utrera– han supuesto una publicidad impagable, que de alguna forma les ha puesto en el mapa.

Con la segregación, quedó adscrito al término de El Palmar el pantano Torre del Águila, donde el nuevo Ayuntamiento va a acondicionar el área de descanso y barbacoa: luz, agua, alcantarillado, un pantalán para la pesca. En el recinto ferial, hará un área para autocaravanas y se prepara una zona con pérgolas bioclimáticas para los veladores de casi una decena de bares, que tenían su negocio en el paso de la N-IV y a los que el cierre provincial ha traído una nueva clientela de campistas, senderistas y amantes de los paisajes.

Hay una feria de la tapa estos días. El Ayuntamiento también quiere plantear a los propietarios de los bellos cortijos de la zona rutas a caballo y paseo en charrés. Ya tenía Centro de Educación Infantil y Primaria (CEIP) bilingüe y campo de fútbol con césped artificial.

Las sombras del proceso

Vecinos de El Palmar de Troya en la céntrica Plaza de la Concordia.
Vecinos de El Palmar de Troya en la céntrica Plaza de la Concordia. / Juan Carlos Vázquez

Aunque no todo son luces en este joven pueblo, en el que el 90% de su población activa se dedica a las hostelería en ferias y fiestas por toda Andalucía con el complemento de la faenas agrícolas. Hay servicios que han perdido y centran el descontento de los palmareños que creen que independizarse de un Ayuntamiento de la entidad de Utrera ha sido un error, como apunta algún parroquiano de los que anima la tertulia en la Plaza de la Concordia, en la que llama la atención el toldo de una modesta tienda de comestibles, con una inconfundible marca, Troyapan, donde estuvo la sede del Grupo Independiente Pro Ayuntamiento de El Palmar de Troya, que impulsó el proceso en su día. A esta formación perteneció durante años el concejal que El Palmar sacaba en el Ayuntamiento matriz.

"Ha sido una equivocación, porque Utrera siempre es Utrera y hay montones de pueblos chicos que han tenido que cortar porque no son viables", señala un vecino tras las mascarilla, reticente a dar su nombre. En su día, el Consejo Consultivo de Andalucía emitió informe contrario a la segregación, apuntando, con otras palabras en el mismo sentido.

El Palmar no tiene transporte público (ni con Utrera, ni con Sevilla); carece de Policía Local (aunque se ha logrado solventar en parte con convenios con otros municipios); ni PGOU y falta suelo publico y ordenado para el cementerio –otro servicio básico que debe tener un ayuntamiento aunque ésto parece preocupar menos– o suelo industrial municipal.

Sin transporte público desde la pandemia

Juan Carlos González explica que la empresa de autobuses que cubría el servicio con Utrera (uno a la ida a las 09:30, otro de regreso a las 13:30) se fue con la pandemia. Es una competencia de la Junta, que estudia un servicio de taxi a demanda. Si no se resuelve, el Ayuntamiento baraja comprar un microbús y poner una conexión con la estación del Cercanías de Utrera, a 14 kilómetros.

En cuanto a la Policía Local –Utrera solía mandarles a agentes en segunda actividad, cuando podía–, González asegura que, en tanto que se tramitan 5 plazas de una Oferta Pública de Empleo, se han firmado convenios con otros ayuntamientos (Ronda, Los Molares, Cañada Rosal o La Puebla de Cazalla) para cubrir servicios ordinarios, aunque en lo peor de la pandemia los respectivos municipios reclamaron a muchos de ellos, porque los necesitaban o por temor a que se contagiaran fuera.

Esos cinco policías y un técnico de administración general constituyen el aumento de plantilla municipal que, por ahora, ha requerido la independencia. En total, son 17 trabajadores municipales que, según la temporada, rozan la treintena contando con personal de programas que cubre la Diputación: como monitores de distinto tipo.

Colinas y campos de girasoles, en el entorno del pantano Torre del Águila, muy concurrido por senderistas y campistas y donde se va a mejorar la infraestructura turística.
Colinas y campos de girasoles, en el entorno del pantano Torre del Águila, muy concurrido por senderistas y campistas y donde se va a mejorar la infraestructura turística. / Juan Carlos Vázquez

El otro lastre que no se ha podido solventar en estos dos años de rodaje es la falta de PGOU de El Palmar de Troya. Han asumido momentáneamente el de Utrera, con sus propios problemas jurídicos, para poder dar licencias de obras, ocupación y actividad. Pero no pueden afrontar crecimiento alguno. Hay una partida para contratar a un equipo redactor y arrancar.

Es ahí donde se determinará el suelo del cementerio, aunque el Consistorio ya está construyendo una sala de duelos para que, al menos para esa última despedida, los palmareños no tengan que desplazarse. El Palmar también se ha quedado sin suelo residencial.

En el marco de esa ordenación urbanística, el gobierno local quiere abordar la situación de la basílica y el complejo de la iglesia palmariana, cercada por un muro, catalogada como complejo de interés público y sobre la que está en conversaciones con la delegación territorial de Fomento.

José María sirve unos cafés en su bare, El Rincón de María. El 90% de los vecinos viven de la hostelería y de los caterings de ferias y fiestas de toda Andalucía.
José María sirve unos cafés en su bare, El Rincón de María. El 90% de los vecinos viven de la hostelería y de los caterings de ferias y fiestas de toda Andalucía. / Juan Carlos Vázquez

El olvido del núcleo de La Cañada en pro de la antigua Siarum

Una de las “espinas clavadas” del alcalde Juan Carlos González tras la segregación es que quedara fuera de El Palmar de Troya el núcleo de La Cañada, con unos 70 vecinos que tienen que pasar por mitad de El Palmar para llegar a Utrera, a 20 kilómetros. Juntos por Utrera y Adelante han denunciado recientemente el abandono en el que está, con viviendas pendientes de regularizar en la misma Cañada Real de Ubrique a Sevilla, con problemas de abastecimiento de luz y agua y calles en mal estado. Según González, cuando al fin lograron que el expediente de segregación se llevara al Pleno de Utrera, en 2013, la condición fue que La Cañada no entrara, por presiones de colectivos en defensa del patrimonio de Utrera que hicieron valer que bajo la misma están los restos de la antigua ciudad romana de Siarum, que acunó moneda propia, aparece referenciada ya en escritos de Plinio el Viejo y donde apareció, entre otros vestigos, la Tabula Siarensis, que se conserva en el Museo Arqueológico. Un nuevo expediente de segregación y su fusión con El Palmar es “inviable” en estos momentos.

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