Calle Rioja

Francisco Correal

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“¿Qué vieron los Reyes Católicos en Sevilla?”

Cultura. Coloquio en los Pinelo entre Sánchez Saus y Salvador Rus Rufino, coautor de una biografía política de Isabel de Castilla, que llevó un reino local a estar presente en tres continentes

Rafael Sánchez Saus junto a Salvador Rus Rufino.

Rafael Sánchez Saus junto a Salvador Rus Rufino. / José Manuel Morán

Es como si se hubieran vuelto a casar. Isabel de Castilla (1451-1504) tenía 18 años; Fernando de Aragón (1452-1516), 17. Contraen matrimonio el 19 de octubre de 1469 en Valladolid, la ciudad que está moviendo el proceso de canonización de la reina. Salvador Rus Rufino tardó treinta años en escribir la biografía política de Fernando el Católico, un proyecto que empezó en Roma en 1985. Ahora completa este puzle matrimonial con el libro Un mundo en transformación. Biografía política de Isabel I de Castilla, escrito con Eduardo Fernández García, profesor de la Cátedra Isabel la Católica de la Universidad de Ávila.

Aunque Rus Rufino se doctoró en Filosofía en la Universidad de Navarra, en Historia en la de León y en Derecho en la de Columbia, sevillano de nacimiento, hace 45 años coincidió en las aulas de la Antigua Fábrica de Tabacos con Rafael Sánchez Saus, medievalista y académico de Buenas Letras, institución que en la Casa de los Pinelo acogió un vibrante coloquio entre estos dos amigos y catedráticos, uno fernandino, isabelino el otro.

El coautor del libro no es un historiador al uso. Su especialidad es la vigencia del Pensamiento Clásico Griego en la Edad Media y Moderna. Además de las biografías de Fernando y de Isabel, escribió la de John Fitzgerald Kennedy y prepara una sobre Winston Churchill. Lo griego tiene mucho que ver en su última biografía. “En su biblioteca ambulante, la reina Isabel llevaba dos ejemplares de La Política de Aristóteles. Lo más sorprendente de esta mujer es que no está preparada ni nadie la forma para gobernar”.

Los Reyes Católicos. Dos palabras que hoy son pura contracultura en los arriates del pensamiento único. No es católica por beatería o santurronería, por los rosarios que rezara. En palabras de su biógrafo, “pasa de un reino local, el de Castilla, a que cuando muere está presente en tres continentes: América, África y Europa. Es católica por universal, en el sentido griego del término”. De igual manera, Fernando el Católico, su esposo durante 35 años, hasta la muerte de la reina, convierte un reino como el de Aragón “pobre, despoblado y endeudado en una multinacional. Por eso, Maquiavelo lo convierte en modelo de El Príncipe, que parecía reservado para el rey de Francia.

Isabel era la intendencia y Fernando la estrategia. Nada de lo que consiguió el rey habría sido posible sin su esposa. Ni el reconocimiento intelectual por parte de Maquiavelo; o que en 1515, un año antes de su muerte, el Papa lo convocara en Roma junto a los otros cuatro pilares de la Cristiandad: Lotario I, Astulfo, Godogredo de Bouillon, rey de Jerusalén, y Carlomagno”.

Compañera bibliográfica de Kennedy o Chuchill, Isabel I de Castilla “hizo lo que tenía que hacer cuando tenía que hacerlo y cuando la gente espera que lo haga”. En la película Hispanoamérica, de José Luis López Linares, se la considera una de las tres mujeres claves en esa historia de mestizaje, junto a Malinche y la Virgen de Guadalupe. Los dos acontecimientos ocurren en 1492. “El descubrimiento de América no fue tan importante para ella y sus contemporáneos como la conquista de Granada”. Ella nace el mismo año que cae Constantinopla y la toma de Granada tiene un papel similar, “demuestra al mundo que los musulmanes no son invencibles”.

Se amaban, se querían. Ese amor que ahora se ha convertido en moneda política ya existía en esa pareja, que pasó por no pocas vicisitudes. “Fernando quería resolver problemas del reino de Aragón en Francia, pero Isabel insiste en completar Málaga y Granada, no quiere guerras entre príncipes cristianos”. Isabel nace en Madrigal de las Altas Torres (Ávila). Fernando muere en Madrigalejo (Cáceres). Topónimos poéticos para unos reyes que atravesaron momentos muy prosaicos. “No estaban destinados para ser reyes, eran segundones”, dice Rus Rufino. Ambos son hijos de los segundos matrimonios de sus padres, Juan II de Castilla y Juan II de Aragón y de Navarra, respectivamente. “Se casan con una bula falsa y sin el consentimiento del padre de Isabel”. El siglo XV tuvo su particular Transición, evocada por Sánchez Saus. El Compromiso de Caspe de 1412. “Lo que en cualquier otro país europeo se resolvía con una guerra civil, aquí se arregló con un acuerdo jurídico entre los diferentes linajes”.

Más de medio milenio después de su muerte, todavía hay resistencias a la canonización de Isabel la Católica. “¿Qué ven en Sevilla cuando llegan, primero la reina, después el rey, en 1477?”, pregunta Sánchez Saus a su condiscípulo. “La Inquisición es un proceso europeo”, dice Salvador Rus, “una presión del Vaticano. Hay intentos de ruptura de la unidad religiosa de Europa. Hay problemas con las órdenes religiosas, hay una convivencia entre culturas y religiones. Tengo mis dudas de que en Valladolid la hubieran establecido”.

Además de la Inquisición, el otro hándicap para el santoral fue la expulsión de los judíos. “Son los penúltimos que los expulsan, no son los primeros. La Corte de los Reyes Católicos está llena de judíos y de conversos. En Sevilla había una gran población de moriscos, igual que en Córdoba o Toledo”. Para su regalo de boda, Fernando de Aragón tuvo que pedirle un préstamo a un judío de Valencia.

Isabel le da más importancia a la toma de Granada que al descubrimiento de la isla de Guanahaní, pero es ella la que cree firmemente en el proyecto de Colón. “Al principio se gasta más de lo que se recibe, pero valió la pena, se abre una raya en el agua, una autopista en el Atlántico”. Fernando el Católico, como otros monarcas europeos, era más reacio a financiar el proyecto de Colón. El rey que dejó su cuna en el pueblo donde nació, Sos del Rey Católico (Zaragoza) conquistó Navarra, conquistó Nápoles. “Se le resistió Portugal, que la anexionará su bisnieto”.

Reina contra todos y a pesar de todo, su gran mérito fue “conseguir el reconocimiento de su capacidad para gobernar, pasar de la potestas a la autoritas”. No es la primera reina en España. Antes lo fue doña Urraca, de la que acaba de aparecer otra biografía. Salvador Rus Rufino nació en Sevilla y reside en León, la estela de San Isidoro. Desmonta uno de los lugares comunes que antes se enseñaban en el colegio. “No es verdad que Isabel consiga la unidad de España, eso lo consigue Carlos I en 1519. Isabel no une España, integra diversos territorios en un mismo proyecto político”.

El profesor Rus Rufino fue el comisario del quinto centenario de las Comunidades de Castilla. Los comuneros Padilla, Bravo y Maldonado fueron ajusticiados el 23 de abril de 1521, la misma semana que Magallanes muere en una emboscada en las Filipinas cuando buscaba las islas de las Especias. Haciendo encaje de bolillos con el Tratado de Tordesillas suscrito en esa población de Valladolid el 7 de junio de 1494, reinando.

Isabel y Fernando, que ese año celebraban las bodas de plata de su matrimonio. Una boda que es el motivo central del banco de Valladolid en la plaza de España. Dos reyes a los que este profesor ha vuelto a casar.

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