Monticello
Víctor J. Vázquez
El auxilio de los fantasmas
EN el ecuador de la campaña, y sin abandonar el eje único, la posibilidad de pactar o no con Vox –pese a que parte de la izquierda aún intenta calentar la contienda con las ascuas del incendio forestal en la Costa del Sol, debe ser que no hay más cera que la que arde, si me permiten el juego de palabras–, al menos el presidente de la Junta de Andalucía y candidato a la reelección por el PP, Juanma Moreno, llevó ayer la cuestión a lo esencial: el único marco posible en el que el partido de Macarena Olona podría entrar en el Consejo de Gobierno: el Estatuto de Autonomía.
La acotación no es sólo pertinente, porque el autogobierno emana de la Constitución Española de 1978 y se concreta para el caso andaluz en esta Ley Orgánica 02/2007, que reformaba el texto original de 1981, sino muy inteligente porque sitúa a Vox en una contradicción que causa rubor: avisa sin parar que no habrá Gobierno tras el 19 de junio si su partido no lo integra al mismo tiempo que su ideario promete desmontar el Estado de las Autonomías.
Moreno enfatizó varios trágalas para Vox: la protección contra la violencia de género, que es la denominación que recoge el artículo 13, es intocable, como la existencia de Canal Sur, porque lo ampara el artículo 210.3.
Aunque veo la fundamental en el artículo 1: “Andalucía, como nacionalidad histórica y en el ejercicio del derecho de autogobierno que reconoce la Constitución, se constituye en Comunidad Autónoma en el marco de la unidad de la nación española y conforme al artículo 2 de la Constitución”.
Lo audaz es que esas contradicciones que Moreno resalta son un vigoroso argumento para convencer a quienes desde la moderación quieren impedir el acceso ultraderechista al Consejo de Gobierno de que una mayoría muy amplia del PP es la mejor garantía para lograrlo. Sobre todo si el votante es progresista y ve que hacerlo por el PSOE no garantiza ni una abstención que lo impida.
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