La lluvia en Sevilla

El coche de San Fernando

Cuando dicen "hay retenciones en el nudo de la Gota de Leche", me imagino un grumo de coches

En las primeras horas, navego por la casa como quien comprueba que los duendes insomnes, otra noche más, no han fregado los platos de la cena; paso revista a la maceta de claveles señoritos y a la buganvilla, con cuyas hojas una tal abeja cortadora se está hartando de hacer turulos; y certifico que el sol amanece cada día más temprano con el mismo estupor de una troglodita en el año de las cavernas. Mientras trato de que las cosas de casa sigan lentas, en la radio dan cuenta de la frenética agitación en las avenidas. Cada vez que dicen que "hay retenciones en el nudo de la Gota de Leche", no puedo dejar de imaginarme un grumo, un gran grumo de coches y camiones al amanecer. Si hay algo que define (para mal) una urbe, es el tráfico, los atascos, las filas de coches somnolientos que pintan de gris cualquier ciudad y día.

Por eso defiendo el transporte público. Bien vertebrado, con ágil frecuencia de paso, vías preferentes, y correctas coberturas en días extraordinarios. Porque algo funciona bien, se usa. No es al contrario, como nos hicieron creer para desmantelar los trenes que pasaban por los pueblos. Quien prometa incentivar el transporte público tiene que invertir y diseñarlo en condiciones. Los efectos serían de lo más deseable: la ciudad se convierte en poco tiempo en un lugar descongestionado y más descontaminado. Hace unos días, en Luxemburgo, cuando estaba a punto de advertir a mi anfitrión que nos estábamos volviendo a colar en el funicular, me explicó que allí el transporte público está sufragado al cien por cien por impuestos, y han descubierto que la inversión ha traído beneficios en prácticamente todos los órdenes de la vida de la ciudad y de sus gentes.

Sigue la radio de fondo. Cuenta que Tussam y Metro amenazan con huelgas desde el domingo de Ramos. Los autobuses, para exigir que les quiten las multas a 90 conductores pillados por el foto rojo (así lo llaman). La Agrupación Sindical de Conductores de Tussam arguye que se trata de un asunto de frenada de estos vehículos con pasaje y de alto tonelaje. En Metro piden que el salario se ponga al día con el IPC de 2022. De ir para adelante ambas convocatorias, nos queda prácticamente el de San Fernando -de calavera muy venerada aquí- para ir y venir de miles de personas a uno de los días más grandes y populosos de la ciudad. Una de las grandes asignaturas pendientes de Sevilla es la de sus transportes públicos, la conexión con sus estaciones y aeropuertos, así como de barrio a barrio, la cobertura de días especiales (lo de Nochevieja, por ejemplo, resulta inverosímil). No niego que hayan mejorado, sino que aún queda mucho por andar. Dicho sea, casi, literalmente.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios