Love of Lesbian puso fin a una brillante noche de la MTV Music Week de Sevilla

MTV EMA SEVILLA

Love of Lesbian puso un espectacular broche de oro a la noche del viernes que comenzaron los Derby Motoreta's Burrito Kachimba sumando seguidores a la kinkidelia y consolidaron Carolina Durante y Viva Suecia con otros dos grandes conciertos.

Santi Balmes, cantante de Love of Lesbian / Juan Carlos Vázquez

El público iba llegando en la tarde del viernes a la pradera del CAAC tranquila pero incesantemente y desde las siete y media de la tarde Eme DJ calentaba el ambiente a fuego lento. Pero en cuanto subieron al escenario los componentes de Derby Motoreta’s Burrito Kachimba el crepitar de las llamas sonoras subió hasta convertirse en un estruendo, incluso molesto al principio porque el sonido fue un mazacote de graves que apagaba el colorido de The New Gizz con que empezaron su concierto. Duró poco; Grecas ya sonó como lo que es, la mejor unión del primer rock sevillano, con el posterior, de aires flamencos, la frivolidad gypsy y la sobrecarga de guitarras psicodélicas. El sintetizador se adueñó del aire mientras Dandy paseaba entre el público repartiendo abrazos y su sonrisa iluminaba las grandes pantallas de los lados del escenario. Alzó triunfante el manillar de la motoreta y Samrkanda fue dejando paso a Aliento de dragón. El sonido ya era perfecto; las guitarras y el bajo se hicieron más jevis en un final frenético y descontrolado. Pero la Nana del caballo grande lo acalló; los subgraves crearon en nosotros un escalofrío que recorría todo el cuerpo a medida que la canción se aceleraba. El espíritu de Camarón dejó paso a los de Black Sabbath que con La piedra de Sharon atronaron. El salto del gitano evidenció que este público, de la MTV y el imperio indie, no era el de la kinkidelia y no se sabía el iniciático grito, aunque seguro que desde esta noche tendrán nuevos seguidores.

Sí que se sabían Las canciones de Juanita y la cantaron con Carolina Durante: no sonamos mal, sonamos mejor que bien; una gran verdad, porque con ellos el sonido era bestial a la vez que nítido. Con Buenos consejos, peores personas se apartaron de la sombra de los Nikis para adentrarse en el rock más duro y Necromántico se acabó apenas empezada. 300 golpes, de menos a más, asentó el tono para lo que quedaba, otras catorce canciones en media hora, sencillas pero crecidas en la voz de Diego Ibañez; celebradas y coreadas por el público, que ahora sí conocía y entendía mejor lo que tenía delante. Y al final, 1-2-3 y todos a saltar, todos éramos Cayetano, el amigo del cantante, que nos describía perfectamente en su letra: en sus conciertos, ¡cómo lo pasamos!

Viva Suecia salió entre cantos gregorianos y desde Necesitamos tanto emprendieron una carrera sin respiro que hizo honor a las palabras de Rafa Val sobre que este era el primer concierto de lo que queda de sus vidas. La fiebre que padeció durante el día no impidió que todos tuviésemos lo que decían en su canción: Lo que te mereces. Antes la banda nos dejó que cantásemos Casi todo en lugar de ellos, pusieron uno de los puntos álgidos del concierto con Algunos tenemos fe y bajaron el tono con Días amables; después los espectadores se convirtieron en un colosal coro con Bien por ti y enloquecieron en cuanto empezó la línea de bajo que introduce Todo lo que importa. El final lo puso Hemos ganado tiempo, con Rafa entre el gentío bailando con una chica que desplegaba una bandera de Suecia.

Con casi media hora de retraso salieron Love of Lesbian, pero 1999 nos volvió a meter a todos en la fiesta y ya no salimos de ella. Nadie por las calles, Cuando no me ves, canciones que dejaban patente el ejemplar eclecticismo que señaló que las raíces, con habilidad, también pueden germinar en la vanguardia. Y Love of Lesbian tienen raíces fuertes; de las del soul salió Manifiesto delirista, una de las más celebradas por el público, brillantemente apoyada por el trío de metales que intervenía a veces; de las del country rock salió Incendios de nieve; tuvimos un flash con Incapacidad moral transitoria, la primera estrofa de John Boy se la dejaron cantar al público solamente; Los toros en la Wii terminó con guiños al Amante bandido de Bosé y al Lobo hombre en Sevilla de La Unión, entre repeticiones de la palabra final de la canción: fantástico, perfecta para describir el momento. Planeador llenó la enorme pradera de luces de móviles ondeando y después de Allí donde solíamos gritar todos volvimos a casa exhaustos y satisfechos.

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