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BRAY (IRLANDA)/Miles de personas dieron este martes un último adiós a Sinéad O’Connor al paso del féretro de la cantante por la localidad costera de Bray, donde efectuó una emotiva parada en la casa en la que vivió frente al mar durante 15 años.
Fans, amigos, músicos y vecinos de la artista, fallecida el pasado mes en Londres a los 56 años, cantaron, bailaron y lloraron al son de sus canciones, amplificadas desde la destartalada y colorida furgoneta que guiaba al cortejo fúnebre por el paseo marítimo de esta villa próxima a Dublín.
Después, la comitiva de vehículos prosiguió su camino para asistir a un entierro privado, según informó la familia de O’Connor, quien, aseguró en un comunicado, “amaba vivir en Bray y a su gente”.
Antes de su último trayecto por el paseo marítimo de esta pequeña localidad, los familiares asistieron a un servicio funeral privado, en el que también estuvieron presentes el presidente de la República de Irlanda, Michael D. Higgins, y el primer ministro Leo Varadkar.
Además de ofrendas florales y fotografías, sus vecinos recordaron con pancartas el carácter reivindicativo de la artista. El momento más emotivo del paso del féretro de Sinéad tuvo lugar ante su casa de Montebello, en mitad del paseo marítimo de Bray, convertido en un “salón de la fama” y altar para los irlandeses.
“Significó mucho para mí cuando era más joven, su música, su primer álbum, mi primer concierto. La admiraba tanto porque usó su voz para defender a los refugiados, a la comunidad LGTBI y para denunciar el racismo”, explica a EFE Veronica, de la misma edad que la artista y quien viajó de madrugada desde el oeste de Irlanda para despedirse.
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