La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
Miles de personas aguardan en el exterior del palacio de Westminster para dar el último adiós a la reina Isabel II. En una cola kilométrica, las esperas se están alargando hasta 24 horas, como advirtieron a primera hora de este sábado las autoridades británicas.
El rey Carlos III y su primogénito, el príncipe Guillermo de Gales, acudieron este sábado a dos puntos de Londres para saludar y departir con miles de personas que aguardan su turno. Tanto el monarca de 73 años, como el heredero al trono, de 40, conversaron pausadamente y dieron la mano a numerosas personas que guardaban fila en la ribera sur del río Támesis.
"Gracias por aguardar tanto tiempo en la cola. Es increíble", expresó Guillermo a uno de los grupos con los que se paró a charlar. "Ya están más allá de medio camino, casi han llegado, muchísimas gracias", agregó.
Se estima que cuando la capilla ardiente cierre sus puertas el lunes por la mañana, antes del funeral de Estado por la que ha sido soberana británica durante siete décadas, habrán pasado frente al féretro cerca de 400.000 personas.
Durante la noche del viernes al sábado, cuando las temperaturas han bajado hasta los 7 grados centígrados, los servicios sanitarios atendieron a 275 personas entre las miles que hacían cola a la intemperie, de las cuales 39 fueron trasladadas a un hospital.
Carlos III visitó hoy a policías, bomberos y personal sanitario del distrito londinense de Lambeth, por el que transcurre parte de la cola, para agradecerles su labor.
Los ocho nietos de la reina Isabel II, encabezados por el príncipe heredero, Guillermo, y su hermano, Enrique, velaron este sábado los restos mortales de su abuela en la capilla ardiente instalada en el Palacio de Westminster.
Guillermo y Enrique, vestidos con uniforme militar, encabezaron al resto de sus primos, todos ellos de luto riguroso, mientras los ciudadanos seguían entrando a la sala de Westminster Hall, el edificio más antiguo del complejo parlamentario.
Junto a los dos hijos del rey Carlos III participaron en la ceremonia Peter Phillips y Zara Tindall, hijos de la princesa Ana; Beatriz y Eugenia, hijas del príncipe Andrés; y Luisa y Jacobo Windsor, hijos del príncipe Eduardo, quien presenció el acto como espectador. Phillips, el mayor de los nietos, tiene 44 años, frente a solo 14 de Jacobo, vizconde de Severn.
En la tarde del viernes, sus padres, los cuatro hijos de Isabel II, participaron en una ceremonia idéntica en torno al féretro de la monarca. Se trata de la primera vez en la historia que los nietos de un soberano llevan a cabo la conocida como Vigilia de los Príncipes.
Más de 500 jefes de Estado y dignatarios de todo el mundo asisten este lunes en Londres al funeral de Estado por la reina Isabel II, fallecida a los 96 años tras más de siete décadas como soberana del Reino Unido.
Se trata del mayor evento con mandatarios extranjeros que ha coordinado el Ministerio de Exteriores británico en tiempos modernos, para el que se ha desplegado un dispositivo de seguridad comparable al de los Juegos Olímpicos de Londres, en 2012.
Es el primer funeral de Estado que se oficia en el siglo XXI en el Reino Unido, que no ha vivido ceremonias similares desde la muerte de Jorge VI, en 1952, y la del primer ministro Winston Churchill, en 1965.
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