Un solemne funeral cerrará diez días de luto en Reino Unido por la muerte de Isabel II
Si el funeral por (el ex primer ministro británico) Winston Churchill fue, según algunos analistas, "el réquiem del Reino Unido como gran poder", el de la reina cobra una magnitud muchísimo mayor.
También está todo organizado para el funeral de la soberana, cuya muerte deja abierta la puerta a un nuevo rey ya de avanzada edad –Carlos III tiene 73 años–.
Como ocurriera en el funeral del duque de Edimburgo, el elemento militar será una constante durante los próximos días.
La oficina del lord chambelán –situada dentro de palacio– será el centro de operaciones, trabajando sobre un plan orquestado por el teniente coronel Anthony Mather, retirado en 2014, una figura clave en el funeral de Churchill en la llamada Hope Not (operación Esperemos que no").
Los primeros planes para los preparativos de la muerte de Isabel II se remontan a los años 60 aunque se han introducido modificaciones, con reuniones dos o tres veces por año entre varios departamentos del Gobierno, la policía, el Ejército, medios de comunicaciones y la asociación Royal Park.
El objetivo: que todo salga perfecto durante estos próximos diez días de actos solemnes.
No obstante, en estas primeras horas hay detalles que, por ahora, solo Carlos conoce.
El Foreign Office lidia con las llegadas al país de dignatarios de todo el mundo, muchos de los cuales se alojarán en palacio y otros en el hotel Claridge's y se prevén reuniones en el Parlamento de ambas Cámaras -Comunes (baja) y Lores (alta).
Al día siguiente se ondearán de nuevo las banderas y a las 11.00 Carlos sería proclamado rey en una ceremonia en St James's aderezada con toda la pompa que la ocasión merece, en la que un funcionario de palacio leerá una declaración formal y en la que Carlos jurará proteger la Iglesia en Escocia.
El Parlamento se reunirá para acordar un mensaje de pésame y que los diputados rindan tributo a su Majestad en los Comunes. Toda la actividad parlamentaria quedará suspendida durante diez días.
Operación Unicornio
Al producirse la muerte en Escocia, el cuerpo de la reina será trasladado inicialmente a la sede del Parlamento escocés, el palacio de Holyrood, donde se interrumpirá automáticamente todo tipo de actividad parlamentaria y se pone a disposición de los ciudadanos un libro de condolencias.
Allí será custodiada por la Compañía Real de Arqueros, que adornarán sus sombreros con plumas de águila.
El siguiente paso será trasladar, por la avenida Royal Mile en Edimburgo, el cadáver hasta la Catedral de St Giles, donde yacerá en la capilla ardiente y donde se celebrará un primer servicio.
Para el llamado D-Day+2 se contempla que el ataúd de la reina se traslade al palacio de Buckingham, en Londres, desde Balmoral en tren, desde la estación de Waverley, lo que se ha llamado Operación Unicornio, el protocolo contemplado si la reina muere en Escocia.
Se anticipan multitudes aguardando al paso del tren en diferentes localidades para arrojar flores a los vagones.
De acuerdo a este guión, el día D+3, el nuevo monarca británico se embarcará en una gira por todo el país, donde visitará Edimburgo, Belfast y Cardiff y asistirá a servicios en recuerdo de su madre.
Para el denominado D+5 (día 6 tras la muerte), el ataúd se trasladará a Westminster Hall, donde yacerá durante cuatro días hasta que llegue el momento de la procesión desde el palacio de Buckingham, que atravesará el Mall –el primer gran desfile militar de esta operación– pasará por las Guardas a Caballo (Horse Guards) y por el Cenotafio. Un recorrido similar al trazado por la procesión de la Reina Madre en 2002.
Antes de que llegue el amanecer del D+10 –el día de la celebración del funeral–, se extraerán las joyas reales del ataúd y se limpiarán, al tiempo que esa jornada será declarada festiva a nivel nacional, con los comercios y la Bolsa de Valores de Londres cerrados.
El día del funeral –D+10–, a las 9.00 de la mañana, el Big Ben se dejará oír para anunciar el funeral de estado por la reina en la Abadía de Westminster, que acogerá a 2.000 invitados.
Se espera que a las 11.00 doras el ataúd alcance las puertas del templo y que el país enmudezca en señal de respeto. Sus restos yacerán en la Capilla del Rey Jorge VI, en el Castillo de Windsor, junto a su padre.
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