Los indignados piden que no haya violencia el 19-J
Reiteran que se ha iniciado una estrategia política de desprestigio del movimiento para acabar con el respaldo social que reúne.
Artur Mas, presidente catalán, los comparó con la kale borroka. Felipe Puig, consejero de Interior, habló de "guerrillas urbanas". Los hijos del 15 de mayo han lamentado esas equiparaciones y han reiterado que son pacifistas y que no tuvieron nada que ver con los acontecimientos violentos del Parlamento catalán. De todas formas, y aunque rechazan la violencia, critican que "las camisas manchadas de algunos políticos parecen pesar más que los 40 heridos". En este contexto, recuerdan la dura actuación policial durante el desalojo barcelonés, con un... "A los que se suman otros 147 de los incidentes del 27 de mayo".
Los dirigentes hicieron hincapié en que no hablaban de todo el movimiento. "La mayoría de indignados no son violentos. En problema es que los radicales se amparan en la multitud", fueron las palabras del consejero. No obstante los manifestantes creen que esto tiene que ver con una estrategia de desprestigio al movimiento para tratar de acabar con el respaldo social con el que cuenta.
Alicia Domínguez, portavoz, leyó un comunicado en la Ciutadella: "El debate generado en torno a los sucesos del 15 de junio está sobredimensionado con el objetivo estigmatizar a un colectivo mediante la estrategia política". A su juicio, los parlamentarios quieren "desviar la atención de los recortes que se llevan a cabo desde el Gobierno catalán y con la finalidad de legitimar nuevas formas de represión policial contra un movimiento pacífico".
Un indignado llamado Jesús García reiteró el mensaje general del colectivo: "Nosotros no nos hacemos responsables de los incidentes del bloqueo al Parlamento catalán, porque somos un grupo pacifista". La intención era bloquear los recortes, no el órgano, y, según mantienen, el cordón no pretendía impedir el paso de los diputados, sino que era un gesto simbólico.
El 15-M asevera ahora que pretendía que los manifestantes se sentaran de forma pacífica y con los brazos entrelazados hasta que los Mossos los sacaran, sin oponer resistencia. Según reconocen los portavoces, es muy difícil que un grupo heterogéneo y sin representación cumpla las decisiones.
No obstante, los indignados trabajan para que no haya movimientos violentos en la manifestación contra los recortes del próximo domingo. En una rueda de prensa en la Ciutadella les rogaron que se abstuviesen de participar y explicaron que estudiarán mecanismos para que no se repitan los sucesos del Parlamento.
Rercuerdan el 27 de mayo
Los indignados rechazan la violencia verbal y física, pero lamentan que se criminalice al movimiento por unos incidentes en los que ningún parlamentario salió herido. "Las camisas manchadas de algunos políticos parecen pesar más que los 40 heridos, a los que se suman otros 147 de los incidentes del 27 de mayo". Recuerdan, así, el desalojo de Barcelona.
Desde su punto de vista, Puig buscaba algo que avalase la "violenta" actuación policial de mayo y, con los hechos del Parlamento, ha obtenido la foto que buscaba.
El movimiento cree que asusta a la clase política porque está abriendo nuevos métodos de participación, que ponen en cuestión la legitimidad del sistema democrático.
La Fiscalía no detecta abuso policial en los hechos del Parlamento
Teresa Compte, fiscal Superior de Cataluña, señaló que "a día de hoy no se ha detectado ningún abuso policial" en los acontecimientos. Según señaló, en cualquier concentración masiva hay efectivos que se encargan de mantener el orden público, "como orden democrático y constitucional, y en este caso mucho más porque afectaba al funcionamiento del Parlamento de Cataluña".
Un grupo de agentes tiene que aportar las pruebas y ver "lo que hace cada persona", ya que sólo se puede imputar a quienes hayan ejercido los actos tipificados en el Código Penal. En este caso, los Mossos separaban a los violentos del resto de los manifestantes, desarrollando sus funciones de policía judicial.
Compte insistió en que hay que tener "tolerancia cero" con cualquier ataque a las instituciones democráticas y dijo que se está investigando a dos grupos de personas: quienes atacaron a los parlamentarios y obstaculizaron el funcionamiento del órgano y quienes se enfrentaron a la Policía, una vez los diputados estaban dentro.
Los seis detenidos pertenecen al último grupo. El Juzgado de Instrucción número 25 de Barcelona, en funciones de guardia, decretó libertad provisional para ellos, aunque sigue abierta la causa por resistencia y desobediencia. La Fiscalía pretende que los agentes que no constaban en el atestado testifiquen y concretes lo que ocurrió.
Puig dice que la ocupación no se puede permitir más tiempo
Felipe Puig subrayó que la situación en la plaza Cataluña de Barcelona "no se puede permitir mucho más tiempo". El consejero reclamó "reflexión" porque "el nivel de utilización del espacio público está evitando que miles o millones de ciudadanos puedan ejercer su derecho de disfrutar del espacio comunitario".
Según explicó. la Generalitat no puede más que observar "la situación con mucha prudencia y mayor intensidad". Eso salvo que se produzca algún delito o salvo que el Ayuntamiento le pida ayuda. Además, volvió a subrayar que hay gente que está "utilizando" el movimiento para llevar sus extremismos a la práctica.
De hecho, dos de los siete detenidos en el Parlamento tienen antecedentes y habían sido identificados en los altercados de Bolonia hace dos años. Puig explicó a Onda Cero que ha habido un "exceso de simpatía" intelectual y política con el 15M, en el que se han camuflado violentos. "El movimiento debería hacer una depuración interna".
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