Trapero torpedea al 'Govern'
Juicio del 'procés'
Ajuste de cuentas del jefe de los Mossos el 1-O, que debilita la defensa de los ‘consellers’ y tacha de “irresponsable” al de Interior
Revela un plan para detener al Ejecutivo en pleno tras la DUI
Madrid/Tras codearse con Carles Puigdemont y ser entronizado por el soberanismo, el mayor Josep Lluís Trapero se ha desmarcado este jueves del proyecto independentista con un cortafuegos que puede comprometer a las defensas del procés: los Mossos dejaron claro que no quebrarían la Constitución y se ofrecieron a detener a todo el Govern.
En la testifical más esperada del juicio en el Supremo a la cúpula del procés, Trapero, pendiente de ser juzgado por rebelión en la Audiencia Nacional, recriminó al Govern su "irresponsabilidad" con el 1-O, confesó su "incomodidad" por la deriva política del ejecutivo de Puigdemont y defendió a capa y espada a los Mossos d’Esquadra en su dispositivo "conjunto" con Policía y Guardia Civil para impedir el referéndum "ilegal".
Después de que sectores del soberanismo acusaran de "traidor" al comisario Manel Castellví por sostener en el Supremo que los Mossos habían pedido al Govern que diera marcha atrás con el 1-O por el riesgo de violencia, Trapero, idolatrado hasta ahora por los independentistas, no sólo corroboró lo que apuntó su jefe de Información, sino que fue más allá y soltó amarras con el Ejecutivo de Puigdemont.
Sin improvisar, sin los titubeos de Castellví, con la seguridad con la que siempre ha intervenido en público, y más en el día clave para su futura defensa en la Audiencia Nacional -donde se enfrenta a una petición fiscal de 11 años de cárcel-, se distanció ya por siempre de Puigdemont y de su Govern.
Los Mossos emplazaron a Puigdemont y a los ex consellers Oriol Junqueras y Joaquim Forn al cumplimiento de la legalidad y advirtieron de que "no iban a quebrar nunca con la legalidad ni la Constitución" y que no acompañaban el proyecto independentista, esgrimió Trapero.
Relato preparado a conciencia
Un dique de contención para separar a los Mossos del Govern de Puigdemont que el mayor fue levantando en el Supremo con firmeza y con un relato que se notaba preparado a conciencia -no en vano, su abogada, Olga Tubau, estaba sentada a su lado-.
Y por si aún podía quedar alguna duda, Trapero soltó la bomba, cuando le interrogaba Xavier Melero, abogado de Joaquim Forn: pese a desconocer la "trascendencia jurídica" de la Declaración Unilateral de Iindependencia (DUI), se ofrecieron el 27 de octubre de 2017, ante las máximas autoridades judiciales de Cataluña, a detener a Puigdemont y a todos sus consellers, nueve de ellos sentados en el banquillo del Supremo.
Con Puigdemont actualmente fugado de la justicia española en Bélgica, Trapero desveló incluso que los Mossos habían preparado el dispositivo para detener al entonces presidente y a sus consellers dos días antes de la DUI del 27 de octubre, dada la "gravedad" de la situación.
El mayor no ocultó su "incomodidad" y su enfado con el Ejecutivo de Puigdemont, especialmente con el ex conseller Joaquim Forn, a quien echó en cara que prometiera que los Mossos d’Esquadra garantizarían que se podría votar con normalidad el 1-O. "Dio una imagen que alimentó algo que creo que estamos pagando y no se adecúa con la realidad", afeó a quien fue su jefe político.
La declaración de Trapero puede comprometer a las defensas de los consellers, porque su versión reafirma que el Govern tiró adelante el 1-O pese a los riesgos de que hubiera violencia y porque impulsaron una DUI en un momento de "gravedad" que llevó a los Mossos a planificar su detención.
Pero por contra, trata de desbaratar la tesis de las acusaciones de que los Mossos, con Trapero al frente, se erigieron en el "brazo armado" del procés, una de las claves para imputar un delito de rebelión a la mayoría de ex consellers juzgados en el Supremo y al propio mayor en la Audiencia Nacional.
Sobre el tenso registro del 20-S en la Conselleria de Economía, Trapero aseguró que se implicó personalmente en proteger a la comitiva judicial y que propuso una salida "segura" mediante una "cápsula" de 20 escoltas reforzada por un cordón de antidisturbios y separada de los manifestantes por otro de voluntarios. Preguntado por si hubo violencia, refirió el lanzamiento de una botella de agua a los Mossos, "algún empujón" y "evidentemente" los destrozos en los coches de la Guardia Civil.
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