El caso Koldo y la continuidad de Ábalos aprietan a Pedro Sánchez

Koldo García, el ex asesor de Ábalos.
Koldo García, el ex asesor de Ábalos. / Europa Press

El caso Koldo y la continuidad de José Luis Ábalos como diputado del PSOE tras la detención de su ex asesor Koldo García por una presunta trama corrupta de cobro de comisiones ilegales presionan al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez.

El caso que investiga una supuesta trama de comisiones en la venta de mascarillas a administraciones públicas gobernadas por el PSOE durante la pandemia ha estallado, además, días después de que el PSOE lograse su peor resultado histórico en Galicia y en la precampaña de las elecciones vascas del 21 de abril.

La polémica, que ha conllevado presión a los socialistas desde la derecha y también desde la izquierda, se coló en la presentación del candidato del PSE-EE, Eneko Andueza.

Ábalos, ex ministro y ex secretario de Organización del PSOE, no ha renunciado a su acta, como pide el PP, y en una entrevista con La Sexta dijo no sentirse aludido al defender Sánchez la lucha contra la corrupción “caiga quien caiga” y reivindicar que “quien la hace la paga”. Sostuvo además que de haber continuado como ministro sí habría dimitido, mientras rechazó marcharse ahora porque no está acusado ni investigado. Sólo está dispuesto a renunciar dentro de una estrategia que busque “ejemplarizar la vida pública”, pero no para dar un “tributo a la derecha” que -avisó- busca cobrarse una pieza mayor.

En el PP interpretan la entrevista de Ábalos como una “extorsión” y una amenaza a Sánchez. Así lo señaló la vicesecretaria de Organización del PP, Carmen Fúnez, que en un acto en Guadalajara sostuvo que el ex ministro le advirtió al presidente de que “por él llegó al Gobierno y que por él puede salir del Gobierno”.

El partido de Alberto Núñez Feijóo exige que Sánchez aclare por qué no pide el acta de Ábalos, desde cuándo conocía los hechos del caso Koldo y cómo los investigó.

Vox atacó al PSOE a través de X, donde su cuenta oficial llamó a echar “a los corruptos socialistas de la poltrona”, denunciando que “impulsan la destrucción de España” o que “se llenaron los bolsillos cuando los españoles peor lo estaban pasando”.

Las críticas llegan también desde la izquierda. La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, evitó pedir la renuncia de Ábalos mientras denunció que “las prácticas corruptas son una de las señas de identidad del bipartidismo”.

Argumenta el partido morado que hasta su irrupción en España regía una ley de la omertà (ley del silencio) por la que PSOE y PP “se tapaban entre ellos para poder seguir robando el dinero de todos y de todas” y que ahora ya no pasa y debe haber “tolerancia cero hacia cualquier práctica corrupta”.

La fórmula de la “tolerancia cero” fue la empleada por la portavoz del Gobierno y miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE, Pilar Alegría, para defender que su formación es “implacable” con los corruptos, “sean quienes sean y vengan de donde vengan”.

La también ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes intervino en Barakaldo (Vizcaya) en la presentación del candidato del PSE-EE a las elecciones vascas, donde acusó a la derecha de querer construir una “tormenta” de mentiras y ruido contra el PSOE, al tiempo que rechazó lecciones por parte del PP.

También se escucharon otras voces socialistas. El presidente asturiano, Adrián Barbón, defendió que la Ejecutiva Federal del PSOE ha sido clara y recalcó que los socialistas no pueden ser “iguales que aquellos que, en un periodo tan difícil como fue la pandemia, hicieron negocio”.

Cuando el foco sigue apuntando a Ábalos, el Gobierno de Sánchez se enfrenta a una semana en la que el presidente y cuatro ministros tendrán que responder en el pleno del Congreso por el caso Koldo, cuestionados por el PP y Vox.

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