“Si Elcano hubiera sido inglés habría robado las especias y sería famosísimo”
Tomás Mazón | Ingeniero y divulgador de la Primera Vuelta al Mundo
Lo que comenzó como un pasatiempo se ha convertido en una pasión y en una encomiable labor divulgadora. Tomás Mazón, ingeniero de profesión, lleva años investigando la Primera Vuelta al Mundo protagonizada por Magallanes y Elcano. Su página web rutaelcano.com se ha convertido en una obligada referencia para todos los apasionados de esta epopeya, equivalente con la llegada a la Luna, que celebra este año sus 500 años. Un importantísimo aniversario que el Gobierno no ha celebrado como debería.
–¿Cómo le surge a un ingeniero de Obras Públicas esta pasión por la primera vuelta al mundo?
–Al principio encontré en esto algo con lo que ocupar el poco tiempo libre cuando estaba trabajando fuera de casa. Pero cuanto más me metía, más motivos para la admiración veía. Todo terminaba teniendo más mérito del que uno pudiera sospechar. Como no encontraba dos maneras iguales de contar la historia, me propuse estudiar a fondo las fuentes originales archivadas para tratar de averiguar qué pasó realmente, cómo y por qué, y en eso sigo hasta hoy, más de cinco años después. Me dio fuerte.
–En su libro Elcano, viaje a la historia, publicado en 2020, aporta datos inéditos de la epopeya. Uno de los testimonios más interesantes es del grumete Martín de Ayamonte que usted encontró.
–Sí, era fundamental incluir en el libro su transcripción traducida al castellano. Martín de Ayamonte huyó a nado de la nao Victoria en la isla de Timor, y poco después lo localizaron los portugueses. El testimonio que dio se conserva en Lisboa, y en él relata lo acontecido hasta entonces durante el viaje. Había pasado muy desapercibido para la historiografía, y lo creo importante, entre otras cosas, porque ayuda a entender que Elcano fue el cerebro de la primera vuelta al mundo, y quien se empeñó personalmente en conseguir este logro.
–Además de ofrecer nuevos datos también desmiente otros...
–Los desmentidos son constantes si nos centramos en lo que se cuenta en las fuentes primarias, y nos olvidamos de lo que se ha escrito después. De entre todas estas cosas, la que siempre me ha llamado más la atención es darme cuenta de la clase de marinos que iban aquí. Ese perfil tan manido de buscavidas y granujas a bordo de estas expediciones se contradice con lo que uno encuentra realmente: gente revestida de orgullo por saberse donde nadie antes había llegado, determinados a conseguir sus objetivos por honor y fidelidad, y demostrando una gran cualificación técnica. Ellos mismos lo dejaron escrito. Está ahí para leerlo.
–¿Cree que esta historia está bien contada?
–Si lo creyera supongo que no me habría esforzado por estudiarla tanto, ni por escribir dos libros. En septiembre saldrá el que he escrito sobre el capitán Gonzalo Gómez de Espinosa, un protagonista de importancia capital en esta historia, del que casi nadie se acuerda, o a quien se le suele maltratar. Fue el que intentó volver por el Pacífico, buscando la ayuda de otros castellanos en Panamá. Su historia no sólo es muy desconocida, sino que es la de alguien movido por altos valores, la de un auténtico hombre recto y leal.
–¿Los hombres que se enrolaron en la travesía lo hicieron para buscar la gloria o por simple deber?
–Creo que, al principio, pesaba más el deber. Era simplemente otra expedición más de descubrimiento. Había marinos que tenían mucha experiencia en otros grandes viajes previos y esto no era sino su trabajo. Sin embargo, poco a poco el deber dio paso a la búsqueda de la gloria, porque el viaje se fue transformando en épico progresivamente, haciendo que el honor los impulsara cada vez en mayor medida.
–¿Magallanes o Elcano?
–Ambos. Lo que pasa es que Magallanes cuenta con un amplio reconocimiento, mientras que no ha sido así con Elcano, sobre todo fuera de España. Hay que igualarlos, equilibrar su fama, y para eso había que impulsar a Elcano. Por eso le dediqué los títulos tanto de mi libro como de mi web rutaelcano.com, y no me canso de explicar el por qué de su enorme mérito.
–Llevamos casi tres años conmemorando la gesta. El próximo 8 de septiembre se cumplirán 500 años de la llegada de la Nao Victoria a Sevilla. ¿No le da la impresión de que este importantísimo acontecimiento de la historia de España está pasando sin pena ni gloria?
–El empuje necesario de la administración central empezó bastante bien, pero fue languideciendo y ahora es prácticamente nulo. Los que desde el sector privado tratamos de dar a conocer esta historia nos hemos quedado con poco más que la compañía de la Armada, de algunas embajadas, y de muy concretas administraciones regionales y locales, que navegamos cada uno a nuestro aire haciendo lo que podemos. Pese a ello, y a que podía haber sido mucho mejor, al menos creo que algo sí ha calado el mensaje.
–¿Qué habría pasado si Elcano hubiese sido inglés ?
–En vez de comprar las especias que trajo, las habría robado, lo habrían nombrado sir y hoy sería famosísimo. Es el caso de lo que pasó con Francis Drake, el primer inglés que dio la vuelta al mundo. Lo hizo 58 años tarde, cuando había ya 190 marinos que la habían dado en expediciones españolas.
–¿Qué le ha parecido la serie que se acaba de estrenar en Amazon Prime?
–Una ficción que poco tiene que ver con la realidad de esta historia. Me costó mucho tragármela aunque, al final, al menos Elcano y Magallanes quedan como hombres de honor y se separan bastante bien los méritos de cada cual. Ojalá sirva para despertar en el público el interés por saber qué pasó realmente, porque eso sí fue fascinante.
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