Abengoa firma su segunda reestructuración financiera en dos años

El contrato suscrito le aportará 97 millones de euros en dinero nuevo y la posibilidad de emitir bonos convertibles por valor de 1.423 millones

La multinacional reconoció a final de febrero que sin esa liquidez no tenía asegurada su viabilidad futura

Gonzalo Urquijo, presidente de Abengoa.
Gonzalo Urquijo, presidente de Abengoa. / M. G.

Abengoa vuelve a intentar su reflotamiento. Casi dos años después de firmar la reestructuración financiera que evitó el concurso de accreedores, en la que hubiese sido la mayor quiebra de la historia en España, la compañía ha firmado una segunda operación de reestructuración financiera, según comunicó la empresa que preside Gonzalo Urquijo este lunes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Los términos del contrato de reestructuración, ya conocidos en su mayor parte, se ratifican en la información remitida al regulador de los mercados. Las entidades financieras que firman el acuerdo se comprometen con Abengoa a hacer una inyección de dinero nuevo por un importe máximo de 97 millones de euros que darían derecho a la conversión en hasta el 99% de las acciones de A3T Luxco 2, así como el otorgamiento de nueva liquidez a favor de Abenewco 1 en forma de una nueva línea de avales sindicada por un importe máximo aproximado de 140 millones de euros, con la garantía de ciertas sociedades del grupo y en términos similares a los de la línea de avales existente.

El contrato también prevé una modificación de la estructura societaria del grupo Abengoa. Como consecuencia de esa reestructuración, la sociedad Abenewco 2 hace una aportación no dineraria a Abenewco 2 Bis la totalidad de las acciones de Abenewco 1 titularidad de Abenewco 2, representativas del 100% del capital social de Abenewco 1. El objetivo de esa aportación es que Abengoa sea el accionista único de Abenewco 2, quien a su vez será lel accionista único de Abenewco 2 Bis, que a su vez será titular de todas las acciones de Abenewco 1 actualmente titularidad de Abenewco 2.

Todo este cambalache de acciones permitirá al grupo hacer "una o varias emisiones de bonos convertibles por Abenewco 2 Bis por importe nominal total de 1.423 millones de euros más el importe de la deuda contingente que se hubiera cristalizado antes del cierre de la transacción, cuyo importe máximo es de 160 millones de euros; y un importe a acordar correspondiente a la deuda de los impugnantes –que ganaron en un juzgado Mercantil de Sevilla el reconocimiento de su deuda íntegra previa al preconcurso–, con una duranción inicial de cinco años.

Periodo de adhesión

Una vez firmado este contrato que supone la segunda reestructuración financiera de la compañía desde que se evitó la quiebra, Abengoa anunció este lunes que inicia un periodo de adhesión a dicho contrato por parte de acreedores financieros no incluidos hasta ahora. Ese periodo finalizará el próximo 29 de marzo.

Esta segunda reestructuración se viene anunciado por Abengoa desde que presentó los resultados del primer semestre de 2018, en la noche del pasado 30 de septiembre, al filo del plazo legal. Entonces anunció la firma de una hoja de términos y condiciones (term sheet) con un conjunto de entidades financieras e inversores que ostentan la mayoría del llamado Nuevo Dinero 2 (New Money 2, que se corresponde el tramo 2 de la deuda "nueva", o posterior al preconcurso) y del 'New Bonding', para asegurar su sostenibilidad financiera". Desde entonces ya se finaron las condiciones del aporte de liquidez por un importe de hasta 97 millones de euros, y de las nuevas líneas de avales, por un importe de 140 millones de euros, y ya se especificaba que se conseguiría mediante la emisión de un instrumento convertible en acciones de una sociedad dentro del perímetro de la planta de cogeneración A3T.

Esta segunda reestructuración tiene como trasfondo varios hechos. En primer lugar, la deuda sobrevenida por el triunfo de los acreedores que impugnaron y ganaron ante los tribunales que era excesiva la quita hecha en la reestructuración anterior, la que se hizo para evitar el concurso de acreedores.

En segundo término está la propia marcha de la multinacional andaluza, que tras adelgazar su plantilla, vender activos considerados no estratégicos y centrarse en la actividad tradicional de ingeniería y construcción no consigue que el negocio sea lo suficientemente fuerte para sostener su estructura laboral actual y hacer frente a la fuerte deuda que aún soporta.

Respecto al negocio, en 2018 el Ebitda fue de 188 millones, ligeramente superior a los 127 millones de 2017, pero con menores ventas que un año antes. En 2018 las ventas alcanzaron los 1.303 millones de euros, esto supone una reducción con respecto a 2017 (cuando las ventas fueron de 1.479 millones). Esto supone retroceder en ventas por segundo año consecutivo. En 2017 bajaron un 2% respecto a 2016 y el dato difundido el 26 de febrero sitúa el descenso de 2018 en un preocupante 11,9%. Este decrecimiento lo explica la compañía "debido a la finalización de algunos proyectos, así como al retraso en el inicio de proyectos contratados a finales de 2017 y principios de 2018".

La compañía cifra su endeudamiento financiero bruto al cierre de 2018 en 5.656 millones de euros, incluyendo 929 millones de euros que corresponden a deuda de sociedades clasificadas como mantenidas para la venta, y 320 millones de euros de financiación de proyectos. "De los 4.407 millones de euros restantes de deuda financiera corporativa bruta, 200 millones de euros están registrados a largo plazo y 4.207 millones de euros a corto plazo, en aplicación de lo establecido en la normativa contable, debido al default técnico incurrido al haber firmado el acuerdo Lock-up (contrato de bloqueo) con los acreedores financieros", señaló la dirección de Abengoa en una nota remitida a este periódico al anunciar sus resultados del ejercicio anterior.

Fuertes pérdidas

Por todo ello, a finales de febrero, Abengoa comunicó que cerró el ejercicio de 2018 con unas pérdidas de 1.498 millones de euros, pese a que el pasado año completó la venta al grupo canadiense Algonquin de Atlantica Yield.

Entonces, la multinacional con sede en Sevilla explicó las fuertes pérdidas "debido principalmente al efecto de incluir la deuda New Money 2 y Old Money a valor de reembolso, parcialmente compensados por la venta de Atlantica Yield" y sostiene que este efecto negativo en las cuentas "será revertido al finalizar la reestructuración financiera y la deuda volverá a registrarse a valor razonable". Este resultado contrasta con los 4.284 millones de euros de beneficio que declaró hace un año aún por efecto de la primera reestructuración financiera que aplicó tras evitar el concurso de acreedores.

No había viabilidad sin liquidez

La firma del contrato de esta segunda reestructuración es esencial para que Abengoa pueda seguir en pie. Al comunicar los resultados del año 2018, la compañía le dijo al mercado que no tiene asegurada su viabilidad futura. En el documento técnico de resultados financieros remitido a la CNMV, la multinacional andaluza admitió que “la normalización de la actividad tras el proceso de reestructuración financiera concluido en marzo de 2017, ha sido más lenta de lo esperado y, por tanto, para asegurar la viabilidad del Grupo a corto y medio plazo y poder continuar con su actividad de forma competitiva y sostenible en el futuro, se hace necesario tener una plataforma estable que permita el acceso a los mercados de capital para financiar su circulante”, así como “acceder a nuevas líneas de avales para poder asegurar el crecimiento de su negocio de Ingeniería y Construcción”, y “mantener una estructura financiera adecuada para el modelo de negocio que va a desarrollar a futuro”.

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