Abengoa pacta recibir más liquidez tras perder 100 millones hasta junio

La multinacional andaluza acuerda con sus principales acreedores un plan financiero para acometer sus proyectos de ingeniería y construcción.

Las ventas caen un 20% respecto al año anterior.

La central de cogeneración A3T de México se ha convertido en uno de los ejes de la reestructuración de Abengoa.
La central de cogeneración A3T de México se ha convertido en uno de los ejes de la reestructuración de Abengoa. / M. G.
Raúl Estévez

01 de octubre 2018 - 21:39

Sevilla/"Back to basics". Así, en inglés, resumió el presidente de Abengoa, Gonzalo Urquijo, el esfuerzo que está haciendo la actual dirección de la compañía para generar la estructura operativa y financiera adecuada que "consolide el futuro" de la empresa andaluza más internacional.

Urquijo explicó ayer en una transmisión de vídeo en abierto a todos los interesados el nuevo acuerdo que ha alcanzado la compañía con los principales acreedores, que puede definirse como una adenda a su plan de reestructuración original. Esta hoja de ruta consiguió mantener la actividad de la empresa, pero fue fallida e incompleta en varios aspectos. Sobre todo, a la hora de proveer a la compañía de financiación con la que afrontar nuevas inversiones.

El objetivo ahora es lograr la suficiente liquidez para impulsar sus proyectos de ingeniería y construcción para terceros. Este tipo de contratos suponen para la actual dirección la vuelta a la esencia de Abengoa y su tabla de salvación para los próximos años.

Con esta idea en mente, Abengoa ha firmado una "hoja de términos y condiciones" con un conjunto de entidades financieras e inversores que poseen la mayoría del llamado New Money 2. Término que engloba al segundo tramo de la deuda de nueva creación que la empresa cerró en el acuerdo de reestructuración de 2017.

Con la planta de cogeneración A3T que la compañía tiene en México –cuyo primer encendido de la turbina de gas se realizó el pasado agosto y está previsto que entre en operación comercial a finales de este año– como garantía al "transformarla" en acciones, Abengoa logra 97 millones de euros en liquidez y nuevas líneas de avales, por otros 140 millones de euros.

Esta operación, sin embargo, está "sujeta al cumplimiento de determinadas condiciones suspensivas". Entre ellas, "la transferencia a Algonquin del 16,5% que actualmente el grupo tiene en Atlantica Yield", que esta a falta autorizaciones de índole legal, y "a la obtención de los consentimientos necesarios por parte de los acreedores conforme a los actuales instrumentos de financiación".

Además, la dirección de Abengoa, liderada por Urquijo, "va a proponer a los acreedores del Old Money –aquellos existentes antes de la reestructuración finalizada en 2017– que consientan, mediante su adhesión a la misma mediante la firma de un contrato de restructuración y lock-up, una reestructuración de su deuda". La propuesta estará abierta hasta el 30 de noviembre de 2018.

Según, la compañía "dicha propuesta de reestructuración se implementaría mediante un canje de los instrumentos actuales por otros instrumentos nuevos obligatoriamente convertibles en acciones, para lo que se constituirá una nueva sociedad (Abenewco 2 Bis)".

La junta extraordinaria decidirá hoy si acepta el ‘split’ de acciones pedido por Benjumea

Estos nuevos instrumentos tendrán un vencimiento de cinco años desde su emisión, aunque los acreedores tendrán la opción de extenderlos hasta un máximo de diez años en total.

De este modo, Abengoa intenta resolver los principales problemas que le acucian: la falta de liquidez, los conflictos con cierto segmento de sus acreedores, la reducción de sus ventas y el incremento de sus pérdidas operativas.

Ayer mismo, Abengoa anunció unas pérdidas de 100 millones de euros durante el primer semestre de este año, "debido principalmente a los costes financieros", y a pesar de los ingresos extras logrados por la venta del 25% de Atlantica Yield.

Abengoa tras el plan de viabilidad. Fuente: Abengoa.
Abengoa tras el plan de viabilidad. Fuente: Abengoa. / Dpto. de Infografía

La progresiva reducción de las ventas no ayuda a la situación global de la compañía. Hasta junio, Abengoa facturó por este concepto 552 millones de euros, un 20% menos que en 2017.

La buena noticia es que el resultado bruto de explotación (Ebitda) fue de 87 millones de euros, un +444% más que el obtenido un año antes. Según la compañía, gracias "principalmente a la reducción de gastos generales y a la ausencia de gastos de asesores relacionados con el proceso de reestructuración financiera en 2017".

Además, el endeudamiento financiero bruto ascendió a 4.649 millones de euros, por debajo de los 5.080 millones que contabilizada en el primer trimestre.

Precisamente, hoy se celebra una junta general de accionistas para votar la división (split) de las acciones, solicitado por Inversión Corporativa –de la familia Benjumea–, Finarpisa y Blanca de Porres Guardiola, que representan el 3% del capital.

El consejo de administración recomendará rechazar la propuesta, ya que es contrario a la normativa del mercado de valores, según advirtió en su momento la CNMV.

La propuesta intenta evitar que el precio mínimo de los títulos pierdan valor al pasar de 0,01 euros a 0,001, como obliga la CNMW, ya que cada acción se dividiría en diez y ninguna podría traspasar ese nuevo valor mínimo.

La Bolsa española vio con buenos ojos el plan de sostenibilidad propuesto por Urquijo y las acciones de Abengoa cerrarron ayer con una subida del 3,02%, aunque llegaron a alcanzar un incremento del 15%.

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