Carlos Navarro Antolín
La pascua de los idiotas
Sevilla/La dirección destituida en Abengoa S. A., que presidía Gonzalo Urquijo, quien sigue al mando del grupo desde la filial Abenewco 1, forzó que no hubiese quorum en la primera convocatoria de la última junta general de accionistas, con lo que demoró 24 horas el cese del consejo de administración y permitió que ese mismo día se convocase otra junta de accionistas, para el 21 o 22 de diciembre, en la que se propone reducir a tres el número de consejeros y se propone para ocupar el cargo a tres personas con amplia experiencia en concursos de acreedores y liquidación de empresas.
Así lo acredita las actas notariales levantadas en la junta general convocada el 16 de noviembre y celebrada al día siguiente, con el resultado conocido del cese de Gonzalo Urquijo, Josep Piqué, Manuel Castro, José Luis del Valle, José Wahnon, Pilar Cavero y Ramón Sotomayor, los siete consejeros de la matriz de la multinacional fundada en Sevilla en 1941 por los ingenieros Javier Benjumea Puigcerver y José Manuel Abaurre Fernández-Pasalagua, junto con tres amigos y otros familiares.
En la primera convocatoria del lunes 16 de noviembre comparecieron 5.106.415.269 acciones que suponían el 22,557% del capital social, con lo que no se alcanzaba el quorum exigido del 25% para que se celebrase ese día, con lo que se pospuso al martes 17 de noviembre.
Al día siguiente, cuando ya no era necesario un mínimo de capital presente para constituir la junta general extraordinaria, comparecieron 5.309.289.637 acciones, representativas del 28,363% del conjunto de los propietarios. En esa segunda convocatoria, algo más del 18% de la propiedad votó el cese de órgano de administración, frente al aproximadamente 9,4% que lo respaldó.
¿Qué hizo que del lunes al martes se superase el quorum que se requería para celebrar la junta de accionistas en primera convocatoria y un día antes no? Una comparación entre las acciones presentes y representadas en ambas jornadas ponen de manifiesto que fueron los votos delegados al todavía presidente y, sobre todo, al secretario del consejo de administración, Daniel Alaminos Echarri, los que motivaron que el lunes 16 no se celebrase la junta general y se evitó que esa misma mañana, el consejo fuese destituido, por lo que permaneció un día más al frente de la matriz.
La variación de las acciones presentes (las que sus accionistas se conectaron telemáticamente para participar en la junta) variaron en mucha menor proporción que las representadas (las que otras personas se conectaron en nombre de los titulares para votar). Esa diferencia es especialmente abultada en las acciones representadas de Abengoa de la clase A –que tienen 100 votos por título, frente a las de tipo B, con un voto por acción–, que crecieron en 99.383.067 acciones entre una convocatoria y otra. Ese volumen, que supone aproximadamente un 6% del capital, se corresponde casi íntegramente con los títulos de dos de los principales accionistas que tiene Abengoa en las de tipo A.
Por un lado, el Gobierno, a través del Fondo de Reserva de Riesgo de Internaciolización, con 48.034.256 acciones de esa clase, y por el otro, el Banco de Santander, con 50.813.815 títulos del tipo A. Ambos delegaron su voto en el secretario y suman 98.849.071 acciones, un volumen muy cercano al incremento de quorum entre el 16 y el 17 en ese tipo de acciones. Además, el Santander no fue el único banco que delegó en el secretario.
Los accionistas que se hicieron con la mayoría del capital en la junta del martes, los minoritarios agrupados en Abengoashares, habían enviado el grueso de sus votos mediante un notario, con lo que todos los así remitidos y también quienes se conectaron telemáticamente, se registraron con anterioridad y comparecieron tanto el 16 como el 17.
Esos votos los entregó el notario a Abengoa el jueves 12 de noviembre, por lo que tras hacer los recuentos pertinentes, la dirección ya supo que Abengoashares estaba muy cerca de ganar la junta y destituir al consejo.
Consciente de su inminente cese, el consejo de administración se reunió el propio domingo 15 de noviembre y acordó convocar el mismo 16 una junta extraordinaria el 21 o 22 de diciembre para reducir a tres el número de consejeros y proponer a Francisco Prada, Joaquín García-Romanillos y Alejandro Sánchez-Pedreño, especialistas en concursos de acreedores y liquidación de empresas, un nombramiento que entroncaría con la confirmación también el 16 en una información a los accionistas en la web de la empresa de que Abengoa S. A. se encamina a la quiebra porque no ha logrado las adhesiones para que los proveedores con deuda vencida acepten convertirla en préstamos participativos. Según la información que trasladó a los accionistas, sólo 28 millones de los 153 que se adeudan han consentido. Eso llevaría a la matriz a un concurso por 125 millones y supondría su liquidación si se ejecuta el rescate y la ruptura societaria, que la dejaría sin activos.
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