Andalucía se desmarca de la tasa turística que cobran 21 países europeos
Turismo
Los visitantes que duermen en hoteles de Portugal, Francia o Italia pagan entre 1 y 10 euros por noche y persona
El Gobierno andaluz se niega a implantar el gravamen que piden ciudades como Sevilla, Málaga, Cádiz o Granada
Los centros históricos de las grandes ciudades andaluzas se vacían de residentes
Se habla a menudo de los ingresos que reporta el turismo. Las estimaciones, que suelen ser de parte, no entran jamás a calcular los gastos que el turismo provoca en las ciudades que se van habituando al maná de una actividad industrial que, como las demás, genera en las sociedades tantos beneficios como perjuicios. Como todas las demás.
Para sufragar las cargas extraordinarias que genera la actividad turística en las poblaciones, numerosos países, regiones y ciudades del mundo han implantado la conocida como tasa turística, un gravamen que engrosa las arcas públicas del mismo modo que lo hacen los ciudadanos de a pie, sometidos a multitud de impuestos por el disfrute de los servicios que proveen las administraciones. De ahí que sean numerosos los ayuntamientos que, con el fin de ofrecer el mismo servicio de calidad a los visitantes, los cargan con una tasa por el uso de los bienes en las ciudades de destino.
Los ayuntamientos de Sevilla, Málaga, Granada o Cádiz llevan meses debatiendo sobre la imposición de la tasa turística y le propusieron a la Junta de Andalucía la adopción de un gravamen autonómico a imagen y semejanza de lo que ya ocurre en Cataluña o en Baleares. No será el caso de Andalucía. El consejero de Turismo, Deporte y Cultura, Arturo Bernal, zanjó ayer el debate diciendo que "ahora no toca", con el argumento de la situación económica "de incertidumbre", y apoyando el interés de las empresa. En el sector hay una "oposición frontal" a su implantación, afirmó Bernal.
Contaminación por la combustión del queroseno de los aviones, generación de basuras, empleo de las carreteras y las calles, uso del agua potable... Son variados los efectos que provocan en las ciudades de destino los turistas, como cualquier hijo de vecino, y es por eso por lo que la tasa turística ha sido adoptada en 21 de los estados miembro.
Hasta 10 euros en Florencia, Roma y Venecia
El escenario de la tasa turística en Europa es diverso. En Viena cargan por noche y por persona un 3,2% del precio de la habitación, por ejemplo. En París cobran 5 euros por noche y por persona en los hoteles de lujo, mientras que en el resto del país y de alojamientos hoteleros el gravamen va desde los 20 céntimos a los 4 euros por noche y por persona. La tasa turística en Italia no puede exceder de los 5 euros la noche excepto en Florencia, Roma y Venecia, donde puede llegar a los 10 euros. En Portugal, por citar otro país vecino, el impuesto a los turistas está tasado entre 1 y 2 euros por persona y por noche. Sólo Dinamarca, Suecia, Finlandia, Irlanda, Luxemburgo, Letonia, Estonia y Chipre carecen de la tasa turística, según señala el informe Tourism taxes by design elaborado por el Grupo Nao.
En cuanto al resto del mundo, la patronal Hosteltur incluye ciudades y países que aplican este impuesto para los visitantes como Nueva York, San Francisco, Egipto, Túnez, Marruecos, Maldivas, Riviera Maya, Dubai o Thailandia.
Los ingresos para los ayuntamientos andaluces
El cálculo del Ayuntamiento de Granada es que si la aportación es de 1 euro ó 1,5 euros se podrían recaudar entre 3 y 5 millones de euros. El Ayuntamiento de Sevilla, con una propuesta de tasa entre 50 céntimos y 2 euros para todos los usuarios de hoteles, hostales y alojamientos privados de la ciudad, aspira a recaudar unos 7 millones de euros anuales. Cádiz espera ingresar 2 millones de euros al año, mientras que Málaga, con una tasa de dos euros, llegaría a los 10 millones.
Ha surgido también un debate sobre el destino adonde deben ir dirigidos estos ingresos extraordinarios en las arcas públicas. Mientras que los colectivos sociales y las comunidades afectadas por los efectos en materia de ruidos o basuras causados por la repentina proliferación de hoteles y apartamentos turísticos apuestan por el empleo de ese dinero en la mejora de las infraestructuras, de los servicios de limpieza o de las redes viarias, el gasto ordinario, el sector hotelero apuesta por destinar el dinero generado por la tasa en la promoción turística, incluida en esta partida la subvención a las aerolíneas de bajo coste que se han instalado en los aeropuertos andaluces.
Las administraciones emplean en Andalucía magros recursos de sus presupuestos para ayudar económicamente a las aerolíneas. Greenpeace ha advertido de que la justicia de la Unión Europea está estudiando si estas ayudas a las empresas de vuelo, común en Andalucía, se ajustan a las directivas de la competencia empresarial.
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