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Las fugas de PSOE y PP explican el auge de Ciudadanos en las elecciones andaluzas

Transferencia de voto

Susana Díaz gana el 2-D porque logra convencer a seis de cada diez votantes socialistas de 2015 y no pierde apoyos a su izquierda

Inés Arrimadas, Juan Marín y Albert Rivera, en Sevilla el sábado. / Juan Carlos Vázquez
Carlos Rocha

19 de noviembre 2018 - 06:15

Sólo Juan Marín podrá salir el 3 de diciembre presumiendo de sus ganancias. Según el sondeo de Metroscopia para el Grupo Joly, Ciudadanos encabeza por poco el triple empate de la oposición gracias a un espectacular crecimiento respecto a 2015 previsto para las próximas elecciones.

Los naranjas duplican con creces su resultado de los pasados comicios gracias a la sangría de apoyos que sufren los totems del bipartidismo, con el PP como gran perjudicado.

Fidelidad y transferencia de voto / Metroscopia / Dpt. Infografía

La irrupción de Podemos y Ciudadanos después de las autonómicas de 2015 fue llamativa, pero las antiguas fuerzas emergentes han tomado sendas distintas en sus tres primeros años en los pasillos de las Cinco Llagas.

Los naranjas repiten el éxito y ganan casi trece puntos tras convencer a 220.000 votantes del PP y a 140.000 del PSOE. Según el sondeo elaborado por Metroscopia, el 21% de los andaluces que optaron por los populares en 2015 se unirá el 2 de diciembre a las filas del Ciudadanos.

Este porcentaje es sólo del 10% entre los votantes socialistas. A ello hay que sumar un porcentaje de fidelidad razonable (56%) entre los naranjas.

El PP se desangra y el PSOE aguanta

Las fugas de votantes de Ciudadanos hacia el PP, del 6%, son demasiado exiguas para compensar el descenso de los populares. Así se explica el sorpasso en el centroderecha.

El PP recibe apoyos mínimos desde los partidos de izquierda y no es capaz de mantener ni a la mitad de los fieles de marzo de 2015. Juanma Moreno, en su segundo intento, sólo convence al 47% de los votantes que cogieron su papeleta hace tres años.

La otra víctima del auge naranja mantiene el tipo por varias razones. La primera es el porcentaje de socialistas que repiten con el partido del puño y la rosa. Seis de cada diez votantes del PSOE en 2015 –concretamente el 58%– optan por Susana Díaz y los suyos.

La segunda es que las fugas hacia Ciudadanos son más leves, aunque los socialistas sólo cazan a un 3% de los simpatizantes naranjas de 2015, unos 11.000.

El PSOE tiene además otra línea de agua por su izquierda, aunque logra taponarla. Hay unos 70.000 andaluces que en 2015 estaban con Susana Díaz y que ahora se suma a esa confluencia. La cifra se corresponde con el 5% de los apoyos logrados por los socialistas en las pasadas elecciones.

Equilibrio entre las fuerzas de izquierdas

Según han explicado en no pocas ocasiones los líderes de Adelante Andalucía, su alianza busca, entre otras cosas, seducir a esos votantes descontentos con la gestión de Susana Díaz que jamás habrían optado por IU y Podemos por separado.

Lo logran, pero se trata de una victoria pírrica, que se queda lejos del 15% de afines al PSOE que el bloque de izquierdas aspiraba a lograr.

Lo que Antonio Maíllo y Teresa Rodríguez ganan por un lado lo pierden por el otro. El 8% de los votantes que Podemos e IU obtuvieron por separado en 2015 viajan hacia las filas socialistas.

Son unos 80.000 ciudadanos que, al cambiar de parecer, equilibran los flujos en el bloque de la izquierda. La buena noticia para los confluyentes es que tienen el mayor índice de fidelidad entre los votantes.

Según la encuesta realizada por Metroscopia, el 67% de los andaluces que se aventuraron con Podemos en su primera comparecencia en Andalucía, hace tres años y medio, repite con Susana Díaz. La cifra es algo menor entre los votantes de IU, ya que la federación de izquierdas conserva al 61% de sus votantes de marzo de 2015.

Las transferencias de voto entre bloques

Las transferencias de voto dejan un nuevo mapa político en Andalucía, aunque a simple vista se ve lo mismo de siempre, salvo en 1994 y 2012: el PSOE está a una distancia considerable de la oposición.

Pero hay cambios reseñables cuando se analizan los bloques ideológicos que determinarán la política en el Parlamento que salga de los comicios del 2 de diciembre. El crecimiento de Ciudadanos consigue un movimiento de algo más de cinco puntos desde el centroizquierda hacia el centroderecha.

Los votos que pierde el PP se quedan en casa, pero hay un 5% de los que pierde el PSOE que se van al bloque de centroderecha. La encuesta de Metroscopia otorga a la suma de PSOE y Adelante Andalucía un 51,8% de los apoyos, frente al 57% de 2015, cuando Podemos e IU iban por separado.

PP y Ciudadanos crecen para llegar al 41,3%, desde el 36% de hace tres años y medio. El crecimiento de Vox, que multiplicaría por siete su porcentaje de apoyos hasta llegar al 3,1%, llevaría al bloque de derechas a recortar distancias, pero ni PP ni Ciudadanos han adelantado su política de pactos con el partido de Santiago Abascal, que, en cualquier caso, no sacaría escaño.

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