El Observatorio Económico de Andalucía reclama un cambio de política regional
Elecciones Andalucía
Alerta de que el principal problema de la comunidad es su "débil capacidad productiva"
Admite que las políticas del PSOE no han funcionado pero tampoco ve alternativas en la oposición
SEVILLA/Andalucía necesita un cambio de política económica. Y aumentar su capacidad productiva como principal mejora. Ése es el mensaje que el Observatorio Económico de Andalucía (OEA) lanzó hoy al hacer sus propuestas a la clase política regional de cara a las elecciones autonómicas del 2-D.
El presidente del Observatorio Económico de Andalucía, Francisco Ferraro, defendió la necesidad de que se oiga la voz de la sociedad civil para enriquecer el debate público, colectivo y político y, aún más, en un momento electoral como el que vive ahora la comunidad. Por ello, la asociación independiente, que basa sus reflexiones y propuestas en el análisis económico, ha elaborado un documento para "llamar la atención de los responsables políticos en particular y de las sociedad andaluza en general sobre la necesidad de que el debate electoral se centre en el problema fundamental que Andalucía: la débil capacidad productiva de la región para generar empleo y rentas suficientes para sostener de forma solvente las necesidades de los andaluces, reducir la tasa de desempleo, sostener el Estado de Bienestar y mirar al futuro con confianza", explicó Ferraro en la presentación del texto, que llegó a calificar de "manifiesto", a los medios de comunicación.
Ferraro explicó que el OEA demanda que "el debate electoral debería centrarse en propuestas para una nueva orientación de la política económica regional, que debería tener por norte el desarrollo de los factores de crecimiento y la eficiencia en todas sus políticas". Y señaló que ese enfoque "exige partir de una evaluación de las políticas que vienen aplicándose en muchos casos desde hace décadas; es decir, un
análisis profesional e independiente de sus resultados, de su eficiencia y eficacia, lo que, junto a la consideración de la experiencia internacional, permita formular nuevas políticas, no sólo en la definición de los grandes
objetivos, sino también de sus medidas, instrumentos y agentes".
Preguntado por si propugnan un cambio político en el Gobierno de Andalucía, Ferraro y el resto de directivos del OEA se cuidaron mucho de poner siglas a sus propuestas porque lo que piden es un giro a las políticas, independientemente de quién las ejecute. Sí admitió que las políticas desarrolladas en 40 años de autonomía y preautonomía, siempre bajo gobiernos del PSOE "no han funcionado", pero alertó de que tampoco el OEA encuentra entre los partidos que concurren y no gobiernan propuestas coincidentes con las suyas para hacer viable ese cambio de política económica.
La elaboración de este documento parte de la constatación de que la economía andaluza, que ya partía de una posición retrasada respecto al conjunto de España y de la UE, en el periodo de democracia y de desarrollo autonómico "no ha logrado mejorar su posición relativa". Es más, la preocupación es mayor, relató Ferraro, porque ha empeorado no sólo en periodos de crisis, lo que es habitual, "sino que también en la fase de recuperación sigue divergiendo, aunque sea lentamente". El presidente del OEA resaltó como principal consecuencia de ello que Andalucía ha vuelto a ser región de desarrollo para la Comisión Europea. "Desde 2005 hemos perdido 4,8 puntos de PIB por habitante", alertó el también consejero editorial de Grupo Joly, hasta situarnos en el 73,9% de la media española.
El OEA detalla en el documento las que considera que son las principales limitaciones de Andalucía para conseguir un adecuado progreso económico. Entre ellas destacó en primer lugar el capital humano, porque aunque "haya aumentado el número de egresados en todos los niveles de formación, tanto los años promedio de formación como los niveles formativos de Andalucía son los más bajos de España", enfatizó Ferraro antes de recordar que la región es la "última en el informe PISA". La elevada tasa de fracaso escolar, de las más altas de España, y la dificultad para encontrar personal cualificado para muchas actividades productivas, son otras de las carencias que detalló.
Respecto a la inversión productiva, el OEA ve una "reducida capitalización de la economía andaluza respecto a su peso demográfico", que no está muy alejada de la media nacional en cuanto a viviendas e infraestructuras públicas, pero sí es "significativamente reducido" el peso del capital directamente productivo (fábricas, equipo de transporte, TIC, maquinaria y otros activos).
El mercado de trabajo sigue mostrando un elevado nivel de paro en Andalucía, lo que para el OEA es ya "un hecho estructural". Ferraro destacó la "paradoja" de que con una población del 18% de la española, solo represente el 10,1% de la emigración española al extranjero en el periodo comprendido entre 2008 y 2017, y el 13,2% de la emigración interna en el mismo plazo temporal.
También encuentra limitaciones en el tejido empresarial, porque Andalucía es la comunidad autónoma con menor densidad empresarial de España (6,05 empresas por cada 100 habitantes, frente a 7,15 en el conjunto nacional). "Adicionalmente abundan las microempresas, como en España, pero en Andalucía su peso es más elevado, porque el 96% de las empresas andaluzas tienen menos de 10 trabajadores y, además, "existen
incentivos fiscales y regulatorios que desaniman el aumento de la dimensión", resaltó el presidente del OEA.
Y aunque Andalucía tenga una estructura productiva muy diversificada, hay "mayor peso relativo en actividades intensivas en recursos naturales y empleo de modesta cualificación, mientras que las actividades intensivas en tecnología y conocimiento" tienen mucha menos relevancia.
Finalmente señaló también como restricció el marco institucional, con especial incidencia en que hay cada vez "más evidencias de que la calidad institucional es determinante del progreso" y el OEA alerta de que "Andalucía se encuentra en una posición menos favorable para el progreso y la actividad económica" con motivo de la "calidad de su Gobierno regional".
Ferraro rechazó que todas estas limitaciones tengan un "origen congénito" y aseguró que está en la sociedad andaluza "la capacidad de revertirlas". Fue entonces cuando el presidente del OEA criticó las políticas económicas seguidas desde la Junta de Andalucía "en la que ha predominado la provisión del Estado del Bienestar, con una amplia panoplia de prestaciones sociales que llegan a crear dependencia entre sus
beneficiarios, y el fortalecimiento de las estructuras del poder político regional, con la proliferación de instituciones públicas regidas por políticos o allegados, sin que el criterio de selección relevante haya sido su
adecuación profesional para el puesto".
Los miembros del OEA son críticos con que "el actual Gobierno de la Junta de Andalucía" abogue "por practicar una política de demanda más expansiva aumentando más intensamente el gasto público, a pesar de que no se han logrado reducir los desequilibrios financieros en la fase de recuperación del ciclo". Y les preocupa que en el actual contexto de desaceleración "un aumento del gasto público implicaría un aumento de la deuda,
cuando la evidencia entre los países europeos es que los que han aumentado su deuda no han crecido más que los países que la han reducido".
Por eso frente a esa política de demanda, en las que las autonomías tienen pocas competencias, la Junta no enfatiza políticas de oferta, "que son las más determinantes para mejorar las capacidades competitivas de una economía".
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