Elecciones 19-J: Abascal reivindica el avance de Vox en un acto sin propuestas para Andalucía
Campaña electoral
El presidente de Vox pide el apoyo a los votantes del PSOE y considera que en Andalucía "se está ensayando la gran coalición"
Especial: 40 años de elecciones en Andalucía
Son las ocho y media de la tarde. Unas vallas delimitan un pasillo en la calle Asunción del sevillano barrio de Los Remedios, uno de los más conservadores de la ciudad. Al final de ese pasillo rodeado de gente está el banco que el líder de Vox, Santiago Abascal, usó a modo de speaker corner en 2015 y que quiere convertir en símbolo del fuerte crecimiento de su partido desde entonces. Un símbolo en un partido construido sobre ellos, rodeado de banderas de Vox y de España, desde el que el presidente del partido ha reclamado el voto a los votantes del PSOE, ha advertido al PP que "no le dará un cheque en blanco" y ha asegurado que en Andalucía "se está ensayando la gran coalición".
Abascal volvía a su banco, aquel en el que asegura que se sintió ridículo en 2015 cuando intentaba convencer a los viandantes acompañado por diez figurantes. Esta tarde cientos de personas esperaban a su líder, en un acto convocado para la apertura de la campaña de las elecciones andaluzas pero en el que el indiscutible protagonista era él. Y en el que las propuestas concretas para Andalucía han brillado por su ausencia. El discurso propositivo de Vox es nacional, como lo es su escenografía: algún despistado se ha llevado una bandera andaluza que ondeó al principio, pero no al final del acto, cerrado con el himno de España.
El objetivo era reivindicar ante sus fieles el camino recorrido desde los 18.000 votos de las andaluzas de 2015 a los entre 17 y 21 diputados que les augura el estudio preelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas. "No han parado de insultarnos, de demonizarnos", ha criticado Abascal, pero "más pronto que tarde llegaremos al Gobierno de la nación y cambiaremos en rumbo de nuestra patria". Para ello ha pedido "sin reproches" el voto a aquellos que votaron al PSOE en las anteriores elecciones, porque "si alguien va a defender a los obreros, a los más débiles, es Vox". No ha olvidado a ninguno de sus colectivos objetivo: los cazadores, los trabajadores de la industria, los jóvenes sin empleo. El caladero electoral del partido es variado: se ven en la concentración muchos mocasines, pero también muchas zapatillas.
A todos ellos ha prometido que no habrá cheque en blanco para la investidura, criticando las cábalas sobre la mayoría suficiente para que el PP gobierne, porque los populares "no han cumplido el acuerdo de investidura". "La democracia parlamentaria exige mayoría absoluta", ha reivindicado, y "vuestras convicciones no van a tirarse por el retrete". Cambio real es el lema de la campaña de las andaluzas. Esa es la idea fuerza que Vox repite como mantra: quieren participar del Gobierno andaluz e imponer sus políticas, asegurando ser capaces incluso de votar en contra de un PP que afirma estar dispuesto a repetir las elecciones en caso necesario. "En Andalucía están ensayando la gran coalición, no sabemos si será PP-PSOE o que uno se abstenga", asegura.
Sus forofos le despiden como le han recibido, "presidente, presidente". Antes han gritado también "presidenta" a la candidata a la Presidencia de la Junta de Andalucía, Macarena Olona, que ha iniciado su discurso asegurando que, tras entregar el acta, "ya soy toda vuestra". En su arenga, las ideas fuerza de la formación: la negación de la violencia de género, la defensa de la familia "como pilar de la sociedad", la crítica a un feminismo que "nos ha traicionado" y la crítica a la inmigración, tema recurrente en la formación, en contra de un multiculturalismo "que no funciona", con "culturas que no son respetables" y al que también ha hecho referencia Abascal, que ha relacionado el colapso sanitario con la atención a los extranjeros. Ninguna de ellas para Andalucía.
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