El Gobierno andaluz no prevé negociar con el PSOE para convalidar en el Parlamento el decreto de simplificación aprobado el pasado martes. La portavoz socialista, Ángeles Férriz, ofreció a Juanma Moreno, durante la sesión de control de ayer, apoyar la norma que reduce 329 trámites y retoca 80 leyes y decretos a cambio de tramitarla como proyecto de ley. Esta fórmula supondría retrasar la aplicación de unas políticas que son prioritarias para el Ejecutivo autonómico y eso es algo que en San Telmo no contemplan.

El decreto aprobado el pasado martes es el último giro de tuerca de un plan iniciado en 2019 con el decreto que agilizó la declaración de proyectos estratégicos y que continuó en marzo de 2020 con un primer texto de reducción de trabas administrativas. Entonces el Gobierno contaba con una alianza parlamentaria con Vox que le permitía desplegar sus planes normativos sin quebraderos de cabeza.

La situación ahora es distinta, como quedó demostrado en la tarde del miércoles en el Parlamento. El Gobierno de PP y Cs sacó adelante dos leyes que, en su concepción inicial, eran decretos. Vox ya no deja pasar todas las normas que llegan desde San Telmo, por lo que populares y naranjas han tenido que afanarse durante meses para negociar con el PSOE y Unidas Podemos las leyes de apoyo a las ELA y de creación de la agencia Trade.

Con el nuevo decreto no ocurrirá lo mismo, salvo cambio de planes. La tesis que mantienen en el Gobierno es que el texto está más que negociado con el sector empresarial, que arropó a Juanma Moreno en la presentación de esta norma en un acto con un boato que da pistas sobre la importancia que dan en San Telmo a su apuesta por la simplificación administrativa. De hecho, la teoría que manejan en el Ejecutivo andaluz es que si este decreto cae, es la oposición quien debe explicar por qué, en un argumento similar al que mantuvieron durante la negociación del Presupuesto de 2022, que acabó fracasando.

Moreno no fue tajante ayer en su rechazo a la oferta lanzada por Férriz, pero sí empleó un tono más duro del habitual en la respuesta a la dirigente socialista. “Si quieren acordar, lo tienen bien sencillo: realismo, sensatez y credibilidad, que sólo se gana haciendo lo que uno dice, no lo contrario, que es lo que usted está practicando con su jefe de filas”, espetó el presidente de la Junta en recuerdo a la negociación de las cuentas autonómicas. Desde el Gobierno, además, señalan que el PSOE ya rechazó el primer decreto de simplificación e incluso lo llevó al Tribunal Constitucional.

Las razones que llevan a los socialistas a pedir la tramitación como proyecto de ley son similares a las que utilizaron en su rechazo al primer texto. “No se puede hurtar su papel al Parlamento y hacer que se apruebe por la puerta de atrás como un decretazo, de manera precipitada y no dialogada”, esgrimió Férriz, que también afeó que el debate se vaya a celebrar el próximo miércoles, sólo una semana después de que los grupos parlamentarios hayan podido acceder a un texto que retoca 80 leyes y decretos vigentes.

El Gobierno se enfrentará entonces al primer obstáculo serio en su agenda legislativa, ya que desde la caída del Presupuesto no ha tenido problemas para seguir aprobando normas, ya sea por unanimidad o gracias al apoyo de la izquierda. El Pleno de la semana próxima incluye otras cuatro normas que, previsiblemente, saldrán adelante sin grandes turbulencias. La ley de perros de asistencia no recibirá votos en contra, mientras que la negociación con Vox permitirá sacar adelante la ley de tasas y precios públicos. Los decretos, con ayudas al empleo derivadas de los fondos europeos y con medidas de apoyo al sector turístico, también deben recibir el apoyo de la mayoría.