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La producción de cultivos de regadío cae un 30% en la Cuenca del Guadalquivir

Los regantes solo han podido disponer de la mitad de la dotación, lo que ha puesto en pérdidas a la mayoría de explotaciones. Feragua demanda la declaración urgente del estado de sequía y la correspondiente condonación de cánones y tarifas

Balsa de Melendo en Lebrija (Sevilla).

Los regantes de la Cuenca del Guadalquivir lanzan un SOS ante la crítica situación que están padeciendo por la falta de agua para riego, lo que se traduce de forma directa en una merma de las producción que de media se eleva al 30% y en la desaparición de unos mínimos márgenes de rentabilidad, lo que hace inviable el futuro de sus cultivos.

Por ello, la Asociación de Regantes de Andalucía Feragua reclama que se acometan las obras de regulación precisas para equilibrar el déficit hídrico y se habiliten medidas compensatorias para esta campaña.

El pasado miércoles 30 de septiembre, explica Feragua, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir dió por terminada la campaña de riego, la tercera consecutiva en la Cuenca con restricciones “y la más dura de los últimos trece años, pues los regantes de la Regulación General apenas han podido disponer de la mitad de una dotación normal”.

Según un estudio realizado por Feragua con datos facilitados por sus comunidades de regantes, las restricciones de la presente campaña se han traducido en una caída media de la producción del 30%, que se eleva hasta el 50% en algunos cultivos como el arroz, que solo han podido sembrar la mitad de su superficie. Otro cultivo que se ha visto gravemente afectado es la remolacha, cuya producción se ha visto afectada entre el 25 y el 40%, así como el algodón, con una caída media del 25%.

Del olivar, el cultivo más importante de la Cuenca, se estima que la caída de la producción oscilará entre el 20 y el 25%. En el trigo y girasol, la merma oscila entre el 10 y el 20%, el mismo descenso que se prevé en los cítricos, mientras que en la patata el impacto ha sido algo más atenuado.

Gráfico que ilustra la situación.

“En general, estamos hablando de una caída del 20-30% de la producción, que en la práctica significa la entrada en pérdidas de la gran mayoría de explotaciones agrícolas”, resume el presidente de Feragua, José Manuel Cepeda. Con la rentabilidad agrícola bajo mínimos, concretamente en un porcentaje entre el 5 y 10% de la facturación, una disminución del 10% de la cosecha significa para la gran mayoría de cultivos perder el margen y tener unos resultados negativos.

Números rojos

“La situación varía lógicamente según el tipo de cultivo y su valor añadido, pero en una proporción muy alta la rentabilidad está en el 5% de la producción final, si ese 5% final ya no existe, la cuenta de resultados se pone en números rojos”, explica Cepeda, quien recuerda que a esta situación se añade además la evolución del mercado eléctrico y el cada vez más asfixiante peso de los costes energéticos, que incrementa los gastos, al mismo tiempo que la caída de ingresos se ve mermada por una reducción de la producción asociada a la falta de disponibilidad de agua.

Explica que el problema es que la pérdida de rentabilidad de este año se suma a la disminución del margen de las dos campañas anteriores, donde los regantes no sufrieron restricciones tan duras, pero tampoco disfrutaron de una dotación normal y, por tanto, tuvieron que modificar su planificación hacia cultivos menos demandantes de agua y de menor valor añadido. “Por decirlo de manera gráfica, en esta campaña hemos entrado en notables pérdidas después de dos campañas en las que prácticamente veníamos empatando”, ha declarado el presidente de Feragua.

Declaración urgente de la situación de sequía

En esta situación, los regantes andaluces solicitan la declaración urgente de la situación de sequía para la Cuenca, como paso previo a un decreto de medidas compensatorias que establezca la condonación de cánones y tarifas así como otras exenciones fiscales.

En los años de 2006, 2007 y 2008, con niveles de restricciones similares a los de la pasada campaña, el regadío se benefició de estas medidas, que los regantes esperan que se repitan y además se apliquen con urgencia.

Feragua ha pedido además al Gobierno una respuesta más estructural al déficit hídrico del Guadalquivir, la cual pasa por aumentar la capacidad de regulación de la Cuenca con nuevos embalses y balsas, “abandonando el enfoque exclusivamente medioambientalista que tiene actualmente el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Miteco”.

“Este trienio de restricciones ha puesto de manifiesto que hay que aumentar la garantía de agua, so riesgo de dañar de forma irreversible a un sector que es crucial para el desarrollo rural de Andalucía y para evitar la despoblación de la llamada España vaciada”, ha afirmado José Manuel Cepeda.

Por dicho motivo, Feragua va a demandar al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico durante el actual periodo de consulta pública del Plan Hidrológico del Guadalquivir, que el mismo se apruebe contemplando la ejecución de las obras de regulación necesarias para equilibrar el déficit hídrico existente, es decir las Presas de Cerrada de la Puerta, San Calixto y el recrecimiento del Agrio.

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