Desde mi córner

¿Será la catarsis que busca el Sevilla?

  • Sufriendo mucho, tras el descanso se vino arriba dando una lección de efectividad

DONDE menos se espera salta la liebre y la liebre en fútbol es un triunfo inesperado que pone al Sevilla en cuartos de final de la Copa del Rey. Nada que ver este Sevilla de Getafe con el que viene malviviendo en la temporada, muy lejos de aquella banda desorganizada que hizo las delicias del Alavés, por acordarnos del último que salió beneficiado de los favores sevillistas. Y el de anoche fue un partido con múltiples lecturas.

Todo arranca con un muy tempranero gol de Sergio en mala salida de Soria, lo que parece allanarle el camino. No fue así, ya que la tropa aguerrida de Bordalás metió a todo el Sevilla en el regazo de Alberto con el peligro que eso tiene. Y el empate cae de maduro en una falta de sincronización defensiva a la que no es ajeno Sergio. Ahí es cuando llega la fase más negra de la noche. Bueno mejor que la fase más negra, digamos que fue la única fase negra del partido.

El descanso le viene al Sevilla como el agua a los garbanzos y ya nada tendrá parecido alguno con lo ocurrido hasta ese momento. Como por ensalmo desaparecen las desincronizaciones en retaguardia y surge una figura trascendental para el discurrir de las cosas, la de Isaac Romero. La de Isaac y, sobre todo, la de Ocampos, que se encarga de protagonizar cuantas maniobras libra el Sevilla en ataque. Dos robos y dos contras del argentino para que el recién llegado marque.

Lo hará por partida doble y ya con el marcador tan de cara, Sergio y la compaña hacen la raya en la media luna y así no ha de intervenir Alberto. Ha sido una lección en la que se ha unido el sufrimiento con la eficacia más la brillantez de Ocampos. Decíamos ayer que esta cita copera podía cauterizar las heridas que anda deparando el curso y así ha sido. Una noche de fiesta que bien que celebró ese millar de sevillistas que no dejaron de animar, ¿habrá llegado la catarsis?

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