Ha sido un antes y un después para el Sevilla la vigorosa eclosión de un chaval de la cantera como Isaac Romero, pero él solo no puede obrar la transformación colectiva, por supuesto que no. Y en ese poderoso Sevilla que ganó y bien al Atlético de Madrid tuvo mucho que ver la aportación de jugadores de primer nivel que trataban de reencontrarse y en ello están. Los ejemplos más nítidos, Sergio Ramos y Marcos Acuña.

Sergio Ramos | Llegó ese defensa de jerarquía de acero

Los sevillistas que se ilusionaron con el fichaje de Sergio Ramos el pasado verano, que no fueron todos, se imaginarían que el camero iba a rendir justo como lo hizo ante el Atlético de Madrid. Con ese oficio para adelantarse a lo que va a hacer el rival e imponerse, o corregir al compañero, o incluso usar su cuerpo al límite del reglamento. Sí que fue un líder.

Isaac Romero | Es el primer defensor y el primer rematador

De repente, el Sevilla se ha encontrado un diamante en el cenagal donde se había metido. Ya no es la efervescencia del que debuta por sorpresa. Isaac Romero no sólo se pone de gol por su instinto, astucia y capacidad para fabricarse las jugadas, sino que es el primer defensor. A los centrales los trae locos, locos.

Acuña | Ahormó el partido con su golpeo desde atrás

Para el Sevilla sería definitivo que Marcos Acuña encontrara una línea de regularidad y brindara actuaciones como la de ayer, sobre todo en la primera parte, cuando apareció más en ataque. Cuando el Sevilla tenía la pelota atrás y trataba de salir, Ocampos daba el paso adelante y era su paisano quien asumía el rol de iniciar las jugadas. Y casi siempre bien.

Lucas Ocampos | Se está amoldando a su nuevo rol

El racial jugador argentino va a más en esa posición que Quique le ha tenido que encomendar por las circunstancias. Ante el Atlético estuvo más preciso en las combinaciones pegado a la banda izquierda y también ganó la línea de fondo para luego buscar su pie derecho. Acabó de delantero y con el corazón en la boca.