El Palquillo

La Virgen de Gracia y Amparo ya está en Santa Marina

La dolorosa ante el Señor de la Resurrección

La dolorosa ante el Señor de la Resurrección / Jesús Barco

Omnium Sanctorum se queda prácticamente huérfana. A falta del traslado del Santísimo Sacramento este próximo domingo, el templo encara el tramo final del compás de espera antes de su cierre por obras, unos trabajos que se extenderán durante todo el verano. Por tal motivo, la hermandad de Los Javieres efectuó en la tarde-noche de este viernes el traslado de su titular, la Virgen de Gracia y Amparo, a la iglesia de Santa Marina. Lo hizo sin el Cristo de las Almas que, recordamos, se encuentra en el taller de Laura Pérez en pleno proceso de intervención.

En torno a las nueve y media, con el atardecer prácticamente cumplido sobre las cales mudéjares y la vieja espadaña, una calle Feria a rebosar recibía el cortejo compuesto únicamente por las andas de la dolorosa, vestida -como siempre- de manera elegantísima y rotunda por Joaquín Gómez. El trabajo de un buen vestidor, al fin y al cabo, siempre revertirá positivamente, y anoche resultó ser una ocasión extraordinaria para recrearse en la dulzura de la talla de Fernández-Andes, que con el tiempo está adquiriendo una entidad propia cargada de presencia y de atracción. Remataba el conjunto el San Juan atribuido a Montes de Oca. 

A su paso, las andas -comandadas por Díaz Talaverón e iluminadas con faroles y una breve pero intensa candelería- impregnaban las personalísimas calles Relator y San Luis con aroma a romero, esparragueras y rosas blancas. Solo el silencio y los golpes secos del llamador, junto al crepitar de las velas y el metrónomo de las varas, desajustaba las respiraciones de aquellos cofrades que consiguieron cicatrizar, en la herida de la memoria, una Semana Santa que parece que apenas existió. 

Pasadas las once de la noche hacía su entrada en Santa Marina la dolorosa de Los Javieres, que recibirá culto en la capilla de la Virgen del Amor al igual que sucediera entre 1993 y 1996, siendo esta última imagen reubicada en la capilla bautismal. Precisamente en dicha estancia permaneció la titular de la Resurrección entre 1994 y el año 2000. 

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