En sus recientes declaraciones, el ex secretario general del Partido Socialista en el el País Vasco expone sus puntos de vista sobre la situación actual, la deriva del PSOE y los planteamientos que contempla para superar la crisis política que padecemos, entre los que cabría destacar un necesario pacto PSOE-PP para encarar los problemas de fondo entre los dos grandes partidos. Nicolás Redondo dice, entre otras cosas, que el fracaso de la socialdemocracia, de los partidos de la izquierda democrática, es decir del PSOE, se debe al éxito de las ideas que tuvieron en su momento, que fueron compartidas por la mayoría, pero que hoy están en crisis. Una curiosa forma de analizar un problema de fondo, que no es otro que el de una falta de un liderazgo que sea capaz de recuperar las emociones del pasado. También subraya que desde la época de Zapatero ha habido un repliegue ideológico en un partido que ahora tiene un discurso clásico y trasnochado, y que ha ido perdiendo la identidad que logró como partido de centro-izquierda progresista, gracias a la valentía de Felipe González, al que ahora reivindica porque cree que aún tendría mucho que aportar. Si alguien duda de que la veteranía sea un grado, las palabras de un líder que hubiera sido "redondo" para el PSOE, de un político coherente, con los pies en la tierra, llamándole al pan pan, resuenan ahora con más fuerza que nunca, reclamando su lugar a la voz de la experiencia, que es, a mi entender, indispensable para superar los escollos del presente y encarar el futuro.