María C. de Azcárate

(por email)

Carta abierta a Yolanda Díaz

Leo esta noticia: "Yolanda Díaz anuncia una reforma exprés que eliminará los despidos automáticos en casos de invalidez permanente. El Tribunal de Justicia de la UE advierte de que este precepto es contrario a la normativa comunitaria".

Señora vicepresidenta, los empresarios ofrecemos hacer un trabajo que nuestra empresa necesita a cambio de un salario. No hay más. Si no se realiza el trabajo, no hay salario; de la misma manera que usted no va a pagar un jersey si no se lo dan. Lo que pretende es que el empresario pague lo que debe pagar usted. Así de sencillo. Los empresarios pagamos a los trabajadores. Empresarios, autónomos y trabajadores pagamos al Estado mucho dinero para que ustedes lo administren bien y, cuando enfermamos o nos jubilamos, nos ayuda. Y como, en lugar de administrar bien ese dineral, se lo gastan en ustedes mismos y otros sinsentidos, usted se dedica a ver cómo hacer pagar a otros lo que debería pagar usted.

Los empresarios ya hacemos labores administrativas que debería hacer la Administración de Hacienda... Por ejemplo, pagamos partes importantes de bajas laborales (no sé por qué, porque ya pagamos al Estado y su Seguridad Social para que se ocupe de ello), y ahora tenemos que pagar a trabajadores que no pueden trabajar. De la misma manera que usted no pagaría por un jersey que no le dan, no es de recibo que nos obligue a pagar a los empresarios un trabajo que no recibimos. No somos ONG, somos solo empresarios que ofrecemos un producto intermedio, trabajo, para convertirlo en un producto final, un jersey por ejemplo. Lo vendemos y obtenemos un beneficio. Que normalmente además reinvertimos para crecer. Así de sencillo. Ya está bien de involucrarnos en su caos. Si no sabe administrar nuestro dinero, váyase. Pero deje de intentar que empresarios y autónomos le solucionemos la papeleta. Nos dice cómo y dónde tenemos que gastar nuestro dinero pero, señora ministra, nuestro dinero es nuestro, ganado con esfuerzo, sacrificios y riesgo, sobre todo riesgo, que es lo que parece que no se entiende. Arriesgar nuestro dinero y patrimonio es lo que nos diferencia a los empresarios de otros trabajadores. Lo arriesgamos todo y podemos ganar o perder. Si perdemos, no nos ayuda ni el pedalines. Y si ganamos, usted decide quitárnoslo para pagar sus deudas y su mala gestión. Va a ser que no. Va a ser que nuestras causas sociales y benéficas las elegimos nosotros en libertad. Pero tal vez es eso, lo de la libertad, lo que usted no entiende. Tal vez haya que empezar por ahí para entenderla a usted.

Y ya vale de reformas exprés y de saltarse las leyes y la Constitución. Que estemos tan estupefactos que no reaccionamos con lo que está pasando, no quiere decir que un día digamos “basta ya!”.

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