La aldaba

Carlos Navarro Antolín

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En verano, Juanma, el momento es en verano

En julio se cumplen dos años del gobierno actual, el momento idóneo para realizar ajustes muy necesarios La ciruela de Camboya, el icono de la crisis del campo La lección de Inmaculada Casal y María del Monte

Juanma Moreno con los consejeros de su Gobierno.

Juanma Moreno con los consejeros de su Gobierno. / Juan Carlos Muñoz

Las bicicletas son para el verano y las crisis de gobierno también. El Gobierno de Andalucía, azul completo como la mar, está tranquilo y en calma. La oposición socialista sigue varada en el puerto de la parsimonia, tanto que se diría que está entre cómoda y resignada. Pasadas las elecciones europeas, fijadas a principios de junio, será el momento de los recambios. Con los calores, con agosto asomando en el almanaque, con los dos años cumplidos desde el anuncio de la composición del primer Ejecutivo con mayoría absoluta y con parte de la población de vacaciones, será la coyuntura idónea para anunciar a los nuevos consejeros, que tendrán tiempo para ponerse a punto de cara al inicio del curso político. El gobierno es demasiado plano. Pretendidamente plano, podríamos decir. Destaca el presidente y nadie más. La marca de Moreno es la gran fortaleza. Y la ausencia de arietes en la izquierda es de momento una garantía que permite no tener que emplear a banderilleros de lujo. Pero la sanidad es el sumidero por el que se van los apoyos. El campo ruge como hacía tiempo que no veíamos. El portavoz es un tipo simpático, sin aristas, joven, un valor de futuro tal como expone el propio presidente, pero Ramoncín no tiene precisamente un eco tronante que concentre la atención y alivie la figura del presidente cuando vengan las duras.

Arturo Bernal es fijo en el gobierno. Con el turismo no se juega. Y su sintonía personal con el presidente es total. Quizás le sobre Cultura. O más bien haya quien quiera esa parcela. Paradela encaja en el morenismo como el aceite oliva virgen extra a las espinacas. Es disciplinado. Rocío Blanco no hace ruido, sin novedad en sus cuarteles de Empleo tras años de convulsiones con el PSOE. De Carolina España no hay quejas. Como tampoco del de universidades. Antonio Sanz echa tantas horas de currelo que parece un meritorio de las antiguas empresas. Patricia del Pozo tiene una pareja de baile (la educación) que no es para lucirse, pero al menos puede hacer cosas de interés con la Formación Profesional. Moreno sabe que hay dos parcelas muy desprestigiadas y que necesitará un gobierno tensionado para la segunda mitad de un mandato en un contexto marcado por la inestabilidad política nacional y, cómo no, las circunstancias que haya que vivir (o sufrir) de la Casa Génova. La primera tarea es ordenar la casa propia antes de que se produzca el desorden, intuir las futuras goteras, detectar las heridas, cambiar los peones, renovar los alfiles y consolidar las torres. El mar se puede embravecer de pronto. En verano, el momento es en verano. Como las bicicletas.

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