Calle Rioja

Francisco Correal

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Se acabó el petróleo, queda el humor

Recuerdos. El cantante y humorista (a su pesar) Josele recoge en un libro una vida plena en la que formó el trío Los Payos, el dúo Yerbabuena y fue en la caravana de Felipe González en el 82

Josele con Paco Gandía y Pepe da Rosa en una representación teatral.

Josele con Paco Gandía y Pepe da Rosa en una representación teatral. / M. G.

EN el colegio nos enseñaban los tipos de triángulos: equilátero, isósceles y escaleno. Y están los triángulos de Josele. El familiar: los tres varones Benito, Josele y Máximo. Como los Goytisolo pero con el refuerzo fundamental de su hermana Amelia. El artístico: Los Payos, ese grupo que formó con Luis Romero y Eduardo Rodríguez Rodway, único superviviente de Triana, los que en 1969 llevaron a las primeras listas de éxitos la canción ‘María Isabel’, que medio siglo y media década después sigue dejándonos con la boca abierta y la playa desierta. Y el triángulo del humor: por orden de aparición, Paco Gandía (1929), Pepe da Rosa (1931) y Josele Moreno (1943). Tres décadas diferentes. Uno nacido en las postrimerías de la dictadura de Primo de Rivera, otro en los primeros días de la Segunda República y Josele en los años más duros de la posguerra. Josele es tan triangular que hasta nació un día 3 de noviembre. “Mi madre retrasó el parto para que no naciera el día de los difuntos”.

A Máximo Moreno, excelso pintor y fotógrafo, autor de portadas de discos memorables, le rindieron tributo en la Cartuja. A Benito Moreno (1940-2018), renacentista total, cantautor, pintor, que tradujo a Bécquer por sevillanas, se le homenajeó con una antológica en la Fundación Cajasol. Ahora ha llegado el momento de Josele. Su exagerada vida, y no es ninguna exageración esta fórmula de la novela de Bryce Echenique, se cuenta en el libro ‘Mis Memorias son de risa’ (Páginas del Sur), que se presentó en la Caja Rural del Sur con Salomón Hachuel como maestro de ceremonias. El fin de fiesta fue impagable: toda la familia en el escenario cantando ‘María Isabel’: su esposa, Arlette, la francesa con la que se casó el 28 de octubre de 1969, sus hijos, sus nietos (a quienes dedica el libro), sus hermanos Máximo y Amelia, sus sobrinas y los artistas del grupo Clave de Tres.

Con Los Payos, junto a Raphael, Toni Leblanc y Ángel de Andrés en 1969. Con Los Payos, junto a Raphael, Toni Leblanc y Ángel de Andrés en 1969.

Con Los Payos, junto a Raphael, Toni Leblanc y Ángel de Andrés en 1969. / M.G.

Por el libro, donde contó con la inestimable colaboración de Ignacio Díaz Pérez, descubrimos que Josele fue remero en el Náutico y en 1960 participó en la primera regata Sevilla-Betis; que fue el descubridor de José Luis Perales, un joven que había pasado por la Universidad Laboral de Sevilla y trabajaba de delineante en el estudio de un arquitecto en Vallecas. El año que Armstrong llega a la Luna, Josele llegó a Carmen Polo de Franco. El mítico 1969 compartió camerino con Raphael y Toni Leblanc en una gala patrocinada por la esposa del Jefe del Estado.

Josele es puro Licor 43. El mismo año que nacen Serrat, Aute y Raphael. Salió de nazareno en la hermandad de la Soledad de San Lorenzo, aunque por imperativo del guión de Salomón permaneció callado ejerciendo de hermano del Silencio, la cofradía a la que pertenecía su hermano Benito. En esta larga vida de risas y también lágrimas y sudores, los hermanos de Josele no han sido solo biológicos. Después del trío de Los Payos, formó pareja artística con Paco Aguilar (Yerbabuena). Y en el colegio san Francisco de Paula nació su amistad y complicidad con Rai Palma, con el que hizo delirios como ‘El muerto que nunca existió’ y vivió aventuras como el viaje a una gala en Santiago de Compostela en el que su condiscípulo tomó por pensión el parador Hostal de los Reyes Católicos.

El niño Josele veraneaba con su familia en Chipiona y muchos veranos lo mandaban a El Castillo de las Guardas. El libro muestra fotografías de un viaje iniciático, cuando Josele hizo la revolución rusa. Con veinte años, acompañó a su padre a Madrid el 21 de junio de 1964. “Por la mañana fuimos al Museo Sorolla y por la tarde al Bernabeu”. En el palco estaba el esposo de Carmen Polo presidiendo la final de la Eurocopa en la que España derrotó a la Unión Soviética con un gol de Marcelino.

Mañana hay derbi. En la familia siempre era un acontecimiento. Benito era bético y Josele es sevillista. No pudieron estar en la presentación Fran Ronquillo y Pablo Blanco, desplazados a Londres para ver el Arsenal-Sevilla. Josele es tan generoso que ha llegado a imitar a su imitador en La Cámara de los Balones. Su elenco de personajes es interminable. En el libro aparece compartiendo charla con uno de ellos, el cantautor argentino Jorge Cafrune.

Con Felipe González en 1982, Josele junto a Serrat, Paco Ibáñez, Lebrijano, Paco Gandía, Jesús Quintero y Rafael Escuredo. Con Felipe González en 1982, Josele junto a Serrat, Paco Ibáñez, Lebrijano, Paco Gandía, Jesús Quintero y Rafael Escuredo.

Con Felipe González en 1982, Josele junto a Serrat, Paco Ibáñez, Lebrijano, Paco Gandía, Jesús Quintero y Rafael Escuredo. / M. G

Desde los tiempos de ‘María Isabel’ o ‘Adiós Angelina’, la canción con letra de Joan Baez en la que los Payos compitieron con Bob Dylan, los tiempos han cambiado. Josele participó en la caravana artística que acompañó a Felipe González en la campaña electoral de octubre de 1982. Con ese elenco, cómo no alcanzar 202 diputados: Serrat, Paco Ibáñez, Lebrijano, Pascual González, Paco Gandía, Josele… Cuatro décadas después, resulta verosímil la escena del actual presidente en funciones, Pedro Sánchez, cogiendo el teléfono y llamando a Bélgica (en el original era a Alemania) para decirle a Puigdemont: “Vente pa’España, tío”. Un monólogo con su hermano Antonio que sigue tan incombustible como el sombrero de la canción del verano.

“Yo no era humorista; yo era tartamudo y tímido”. Cuenta que en una grabación con el técnico Paco Cervantes, éste salió a fumar un cigarrillo y dejó el micrófono abierto. “Yo empecé a improvisar y estaba grabando”. Le llegó primero a Jesús Quintero, otro de los hermanos no biológicos de este Goytisolo del Sur, y después a Valerio Lazarov, “que ese día estaba en Sony, donde Paco Cervantes mandó la cinta”. Franco acababa de morir y Lazarov le dijo que grabara para el especial de fin de año, que en realidad era el final de una época. “Terminó de grabar Sara Montiel y salí yo con mi camisa Agromán y mi gorra. Lazarov echó a toda la gente del plató porque se oían las carcajadas. Lo vieron catorce millones de espectadores”.

Pepe da Rosa jr, periodista de Canal Sur, recordó los éxitos teatrales de este trío de cómicos siderales con los que Dino Risi o Mario Monicelli hubieran conquistado el Véneto y la Lombardía. Josele conoció a Paco Gandía en la Taberna de El Traga. En 1982, el mismo año de Naranjito y los 202 diputados del PSOE de Felipe y Guerra, se rodó ‘Se acabó el petróleo’, a las órdenes de Pancho Bautista. La realidad imita al arte, escribió Oscar Wilde, y el mundo actual le da a esa película el título de profecía.

Es el denominador común del triángulo de los Morenos. Borges tiene una Milonga de los Morenos que parece escrita por Benito: “De tarde en tarde en el Sur / me mira un rostro moreno, / trabajado por los años / y a la vez triste y sereno”. Hermanos, con permiso de Amelia, amigos de la bifurcación. Benito pintaba y cantaba; Máximo pinta y hace fotografías; Josele cantaba, imita y hace reír, lo más difícil en este mundo. “Yo me encuentro bien de salud, lo único que tengo es la pensión un poquito baja”. El libro tiene prólogo del Yuyu (once años juntos en El Pelotazo) y un saluda de José Luis García-Palacios, presidente de la Caja Rural del Sur donde se presentó.

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