Crónica Personal

Sánchez, desorientado

Los dirigentes internacionales muestran cierta resistencia a incluir en sus reuniones a quien gobierna con comunistas

Lo dicen algunos socialistas de segundo nivel, que a veces son los que mejor conocen los avatares de la política, porque algunos de sus jefes llegan al más alto cargo por cuota: regional, femenina, o porque hay que hacer hueco al partido coaligado. Donde, por cierto, hay guerra a muerte entre Yolanda Díaz y Podemos. El conflicto puede acabar de la peor manera posible para Pedro Sánchez.

Pero vamos a lo que dicen algunos socialistas de segundo nivel. Ven a Sánchez desorientados, como si los árboles de las negociaciones con los independientes no le dejaran ver el bosque. Y no advierte que el mundo tiembla sin que él tenga ningún papel a pesar de su tan promocionada presidencia de turno de la UE. Sí, participa en la cumbre de Egipto sobre Oriente Medio, importante reunión, pero va como presidente de turno, no como presidente de gobierno de un país importante de la UE. Y días atrás, cuando el famoso quinteto que mueve el mundo occidental –EEUU, Reino Unido, Alemania, Francia e Italia– se reunió también para analizar la situación en Oriente Medio, Sánchez no participó.

La conclusión a la que se llega fácilmente es que o Sánchez muestra ahora escaso interés por la política internacional, aunque conoce muy bien su importancia, o los dirigentes internacionales muestran cierta resistencia a incluir en sus reuniones al único presidente europeo que gobierna con comunistas y que, lo saben perfectamente, negocia con independentistas unos privilegios que son dudosamente constitucionales. En España y en otros países europeos.

En esa posible desorientación que se advierte en Sánchez –término utilizado por un socialista de prestigio hoy considerado dinosaurio por los sanchistas aunque cuenta con el respeto de infinidad de españoles– se incluye la decisión, su decisión, de impedir que los barones socialistas participaran en el debate del Senado sobre las Autonomías. Fue iniciativa del PP, pero no ha sido muy inteligente dejar al gobierno y al PSOE sin defensa después de la versión que dio Pere Aragonès sobre lo que se está negociando con Moncloa y los dirigentes del PP expresaran su estupor por negociar lo que, a su entender, no es negociable.

El presidente de la Generalitat cumplió su objetivo de hacerse hueco en un escenario en el que Puigdemont se mueve como único protagonista, los presidentes del PP atacaron sin piedad la política de pactos de Moncloa y la voz del PSOE quedó silenciada por decisión de Pedro Sánchez.

Se viven momentos convulsos, y el jefe de gobierno parece estar fuera de juego. Fuera y dentro de España.

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